Los
más olvidados: Los Niños Hemos entrado a la era de
la cibernética, de las computadoras y
los viajes al sistema solar. Hemos
contemplado el fastuoso recibimiento del
año 2000 y el inmenso derroche de los
países llamados desarrollados; pero por
otro lado estamos viendo y viviendo como
el sistema actual y sus valores han
caído a lo más profundo de la
degeneración y la corrupción; la
familia, la sociedad, las leyes que rigen
a los hombres, principalmente al Tercer
Mundo, no son mas que un remedo o careta
de la explotación de unos pocos sobre la
inmensa mayoría.
Dentro de esta mayoría
encontramos a los niños - ¿Esperanza
del futuro? superviviendo en una
selva de concreto; trabajando en las
peores condiciones, dejando truncado su
derecho a la alegría de ser niños, de
ser criaturas inocentes de Dios, tomemos
en cuenta las palabras del Maestro Jesús
el Cristo, de que si los hombres no
piensan ni actúan como los niños,
serán cortados de la faz del Nuevo
Mundo; muchos niños y adolescentes
abandonan sus hogares por los golpes y
maltratos que reciben; por falta de
alimentos, por el hacinamiento de las
familias.
A nuestra mente vienen los
nombres de los Mamanís, Quispes, Tuctos,
etc, niños campesinos muertos
envenenados en una comunidad cuzqueña;
el recuerdo del niño PETISO, muerto
electrocutado por un reflector de la
plaza San Martín (Lima); y el aumento de
petisos o PIRAÑITAS que pululan en las
calles muestran a una sociedad cada vez
más indolente, más insensible; que no
respeta ni protege la vida de estos
pequeños.
Por desgracia, cada vez
hay más adolescentes que se prostituyen
en las calles; cada 35 segundos una
adolescente embarazada trae al mundo otro
niño, ¡¡ niños que son padres sin
haber dejado de ser niños!!. Ciertamente
que la moral de los adultos frente a los
niños, es lo más sucio en que ha caído
el hombre.
Puede una sociedad
llamarse civilizada y defensora de los
Derechos Humanos y a la vez permitir, con
leyes incluso, la explotación de niños,
la prostitución infantil, alimentar a
través de los medios de comunicación la
degeneración, la inmoralidad de los
jóvenes y adolescentes. ¿Que clase de
sociedad, que clase de gobernantes han
impulsado a las grandes mayorías a
odiarse unos a otros, a engañarse unos a
otros, a explotarse unos a otros?
Ciertamente que este
sistema de vida no engrandece la moral
del Padre Jehova, ni sus leyes,
establecida en los diez mandatos. Este
sistema de vida es producto de demonios,
demonios que adoran el dinero (Timoteo
6:10); demonios que hablan de democracia
y libertad y por otro lado enseñan y
practican alcoholismo, libertinaje
sexual, violencia, armamentismo, racismo,
contaminación ambiental, machismo,
orgullo, egoísmo, propiedad privada.
La esclavitud del pasado,
no ha terminado, simplemente ha tomado
otra forma; ahora bajo las leyes del
cesar (capitalismo) la esclavitud tiene
la forma de explotar las necesidades de
los demás; hasta lo mas mínimo es
explotado, hasta la inocencia de los
niños.
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