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¿Una oportunidad para los matrimonios?
¿Qué son los Equipos de Nuestra Señora?
Quizá, a veces, en esos raros momentos de calma en que uno se enfrenta profundamente con la realidad, se han formulado estas preguntas: ¿Qué ha sido de nuestro matrimonio a lo largo de estos años...? ¿Dónde está la comunicación en nuestro hogar...? ¿Cómo afrontar con esperanza la educación de nuestros hijos...? ¿Cuál es el verdadero sentido de nuestra Fe?
Y notan que aún les falta mucho por descubrir en su vida de pareja cristiana.
Quizá también hayan oído hablar de reuniones de equipo, o conocen a matrimonios que pertenecen a los Equipos de Nuestra Señora. Y a pesar de que ellos tienen, como todo el mundo, sus limitaciones y problemas, les han parecido llenos de algo que les mantiene unidos y con ilusión, y relacionados entre ellos con una amistad muy especial.
Es posible que se hayan preguntado: ¿Habrá algo que pueda ayudarnos
a alcanzar una vida matrimonial mas profunda?, o también: pero eso de
los Equipos de Nuestra Señora, ¿qué es?, ¿en qué
consiste?...
La primera respuesta suele ser repetir un tópico: "ES UN MOVIMIENTO DE ESPIRITUALIDAD CONYUGAL".
Pero por una parte, el término Movimiento no resulta grato a nuestros oídos por cuanto significa de institucionalización, jerarquía, deberes..., y a nosotros nos gusta andar por nuestra cuenta, luchar nuestras batallas, no depender de los demás.
Y por otra parte, ¿a qué suena eso de espiritualidad?. Sin duda a algo pasado, a oscurantismo trasnochado, a algo ajena a la vida normal.
Así que, sin querer, empezamos a explicarlo desde una postura a la defensiva...
Nadie puede caminar solo y sin ayuda; es hora urgente la que vivimos para que nuestros cristianos caminemos al unísono. Por lo demás, nada funciona establemente sin una cierta estructura y disciplina.
En cuanto a la palabra espiritualidad, aunque es difícil hablar de ella, es algo que todos vivimos inconscientemente. Todos damos un sentido a nuestra existencia, todos apreciamos determinados valores más que otros, todos tenemos una espiritualidad. Pero en casi todas las parejas persiste la concepción individual de las cosas. Muchas veces se vive como una lucha de las dos personalidades para ver quién puede más, pocas una entrega mutua.
Y tal vez el paso hacia una espiritualidad conyugal sea la esencia de los equipos
de Nuestra Señora.
Lo que caracteriza a los E.N.S. entre los Movimientos que en la Iglesia reúnen matrimonios, no es tanto buscar su formación o buscar su compromiso; fundamentalmente es AYUDAR A LA PAREJA A VIVIR JUNTOS.
Esto abarca todas las cosas, pero desde una perspectiva peculiar: la formación en la fe es conyugal, el compromiso es a menudo conyugal, la oración es conyugal, etc.
Y todos los medios de que se sirven los E.N.S. tienden a hacer crecer esa conyugalidad, a aumentar el diálogo, y las posibilidades de unión del matrimonio. Y por tanto el amor.
Van haciendo descubrir a la pareja cristiana la necesidad y la presencia de Cristo en su vida, y la necesidad de pertenecer a una comunidad de Iglesia, para desde ahí servirla y servir también al mundo que los rodea.
Un equipo es una comunidad de cinco a siete parejas y un sacerdote, que emprenden esa aventura impresionante que propone el cristianismo: compartir sus vidas. Llegar al "tenían un solo corazón, un mismo sentir" de los primeros cristianos.
Compartir es el descubrimiento profundo y personal de uno mismo para poder entrar luego en una relación verdadera con los demás.
Compartir es un proceso, un crecimiento, es una lucha con mi yo individual, contra la tentación de encerrarme en mi torre.
Compartir es irse dando, entregando las riquezas y las miserias. Es irse vaciando. Es ir dejando un hueco para Él.
Compartir es, en definitiva, el gran COMPROMISO: puedes llegar a decir PADRE NUESTRO, puedes llegar a entender qué significa vivir, qué significa el amor, los hijos, los otros...
No hay límites para el compromiso de quien quiere compartir.
Los E.N.S., nacidos en Francia en 1939, están extendidos hoy por muchos países del mundo. Y se siguen extendiendo.
Les ofrecen un camino de continuidad y una presencia estable a lo largo de sus vidas.
En su seno hay parejas jóvenes y maduras, y todas ellas reconocen que su vida de pareja y de cristianos ha cambiado desde que entraron en ellos.
Los E.N.S. son como un grano de mostaza. Algo pequeño, sin mucha apariencia, fácilmente criticable.
Pero son como una fuerza que se mete por dentro, y poco a poco va cambiando la vida.
Desde "fuera" es difícil percatarse. Es algo a experimentar, a vivir.
¿Recuerdan lo que les dijo Jesús a aquellos que les preguntaban dónde vivía?: "Vengan y lo verán".
Esta es la misma invitación que les hacemos ahora a ustedes.
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