Libro del peregrino
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La información de esta página ha sido obtenida en Godesalco.com, y la hemos transcrito por que creemos que es muy completa y que os servirá de orientación.

¿Qué es la Vía de la Plata?

La Vía de la Plata, en rigor, es una antigua calzada romana que comenzó a construirse en Mérida (Emerita Augusta, capital de la provincia romana de Lusitania) en época de Octavio Augusto, nombrado emperador de Roma en el 25 a.C., y que unos 250 años después acabó alcanzando Astorga (Asturica Augusta). Era la calzada romana nº XXIV, la Iter ab Emerita Asturicam, cuya función era facilitar las comunicaciones militares del Imperio Romano dentro de la Península Ibérica.

Abandonada tras la decadencia y caída del Imperio Romano, aún se encontraba en buen estado cuando llegaron los invasores árabes en el siglo VIII. Ellos la aprovecharon en sus incursiones al noroeste peninsular, desde las primeras del general Tarik, hasta la famosa campaña de Almanzor que culminó en Santiago de Compostela el 11 de agosto del año 997, de donde se lleva las campanas de la catedral a hombros de prisioneros cristianos para fabricar con ellas unas lámparas en la mezquita de Córdoba, unos 500 años antes de un simétrico acto de desagravio, al final de la Reconquista.

Es de los árabes de donde deriva el nombre actual de nuestra ruta. Los historiadores tienden hoy a descartar cualquier vinculación con el metal argénteo, y afirman que "Vía de la Plata" viene de "B'lata" o "Bal'latta", término árabe que hace referencia al carácter empedrado de la antigua calzada romana.

El caso es que el inicio de la peregrinaciones a la tumba del apóstol Santiago, en la parte de la Península que iba siendo reconquistada a los árabes, permitió el reciclaje de la antigua vía militar en nueva ruta de peregrinación cristiana: la ruta por la que los mozárabes de Al-Ándalus peregrinaron a Compostela en la Baja Edad Media. Y así nació el "Camino Mozárabe a Santiago".

 

El trayecto actual del Camino Mozárabe

La actual ruta de peregrinación jacobea vinculada a la antigua calzada romana, y que los peregrinos de hoy llamamos Vía de la Plata o Camino Mozárabe, es un conjunto de ramales que comparten un tronco central común: el tramo que va de Mérida a Granja de Moreruela, a unos 35 km al norte de Zamora capital.

Sin embargo a Mérida puedes acceder, por trayectos señalizados para peregrinos por las Asociaciones de Amigos del Camino, bien desde Sevilla, bien desde Granada. Por el norte, a partir de Granja de Moreruela, la ruta se bifurca en dos vías alternativas: (a) la que sigue por Benavente y La Bañeza para unirse al Camino Francés en Astorga; y (b) la que se desvía hacia el noroeste y accede a Santiago tras pasar por Sanabria y Orense. Esta, a su vez, presenta dos variantes entre La Gudiña y Ourense: (a) la que pasa por Verín, Ginzo de Limia y Allariz, de 99 km, peor señalizada y con más carretera, y (b) la que pasa por Laza, Vilar de Barrio y Xunqueira de Ambía, de 83 km.

El que yo seguí en agosto de 2001 fue el trayecto Mérida - Cáceres - Salamanca - Zamora - Puebla de Sanabria - La Gudiña - Laza - Ourense - Santiago, y es de este recorrido del que me ocupo en los párrafos que siguen a continuación. Sin embargo, debido a que muchos peregrinos están interesados en el trayecto desde Sevilla, he incluido los datos del trayecto de Sevilla a Mérida en la Tabla de Datos. Estos han sido recopilados desde diversas guías escritas y páginas web y, de momento, yo desconozco esa parte del Camino.

 

Ambiente humano

Es cierto que cada vez más peregrinos optan por esta ruta; según he leído, los que la recorrieron en el verano de 2002 duplican a los que la hicimos el año anterior: pero es que éramos poquísimos. La mitad de los días o más no vi a un solo peregrino a pie, aunque eran algo más frecuentes los que la recorrían en bicicleta. Esto hace que, en lo humano, resulte una ruta bastante más fría que el Camino Francés, poco adecuada para los que toleren mal la soledad y persigan, ante todo, el encuentro con otros peregrinos. Sin embargo es perfecta si buscas tranquilidad y mucho tiempo para sumergirte en el entorno natural o cultural, e interaccionar directamente con los habitantes de los pueblos que se van cruzando. Es en ellos donde puedes encontrar el siempre necesario calor humano: eso sí, mientras te comportes con discrección, paciencia y educación, y no como alguien que merece un reconocimento especial, mostrando el mismo interés por el prójimo que el que quieres que ellos muestren por tí. He conocido a peregrinos en el Camino Francés que se comportaban como si fueran Indiana Jones, que se dirigían a los lugareños desde un imaginario pedestal de peregrino, aventurero o lo que sea; con frecuencia no recibían a cambio más que un sordo rechazo por parte de los locales.

En relación con lo que es el "ambiente peregrinil" en sí, he considerado muy conveniente transcribir el último párrafo de la segunda de las guías de la CSJ (Confraternity of Saint James, ver más abajo). Creo que es sumamente aclarativo de lo que, al menos hasta ahora, nos ha venido sucediendo a muchos de los caminantes que hemos llegado a Santiago tras recorrer la Vía de la Plata. Dice más o menos así: "Algunos peregrinos han comentado que encontraron su llegada a Santiago algo triste, particularmente si con anterioridad habían recorrido el Camino Francés; después de unos 1000 km de caminar solitario desde Sevilla, se ven repentinamente sumergidos en un mar de gente que, tras haber tenido tiempo de sobra para conocerse desde Roncesvalles o algún otro lugar del Camino Francés, celebra entre sí con alborozo su llegada a Santiago". Una celebración de la que el peregrino "platense" se ve excluido y encuentra extraña, pues pocas veces pudo gozar de ese espíritu festivo a lo largo de su solitario trayecto. Muy a diferencia del Camino Francés donde, progresiva, imperceptible e inexorablemente se va relajando ese espíritu espartano y aventurero con el que partíamos, donde cada mañana uno se levanta un poquito más tarde, cada día más amigos, cada semana más cenas entre peregrinos, y donde todo se va haciendo poco a poco más fácil, alegre y cálido.

 

Características de la ruta

Señalización

Desde a Sevilla o Granada a Santiago, tanto si vas hacia Astorga, como si vas por Sanabria y Orense, y en este caso, por cualquiera de las dos variantes que hay entre La Gudiña y Ourense, el Camino está señalizado con flechas amarillas. Sin embargo algún peregrino que había partido desde Sevilla me comentó que en el verano del 2001 la señalización entre esta ciudad y Mérida era bastante escasa. Y según la guía de la CSJ también lo es en los últimos 15 km anteriores a Ourense si se sigue la variante que pasa por Allariz. Lo cierto es que las flechas abundan más en unos tramos que en otros, y a veces es necesario recurrir a la intuición. No esperéis el disparatado exceso señalatorio que se encuentra en el Camino Francés: aquí todo es mucho más discreto.

En especial es importante mantenerse alerta y/o seguir las recomendaciones de las guías (a) en los dos kilómetros anteriores al punto en que se accede a la N-630 para cruzar el Embalse de Alcántara, (b) en el "punto negro" que hay tras Grimaldo, (c) a la hora de atravesar el embalse del Esla en la provincia de Zamora, y (d) durante la subida a La Canda. De ello y de algunas cosas más escribo más abajo, en el apartado dedicado a las "Dificultades especiales" de la ruta.

Caminos

En cambio, y como beneficio que es para los que vamos a pie, sí puede decirse que nuestra ruta transcurre mayoritariamente por caminos. Incluso a veces se pisotea algún tramo de la antigua Calzada Romana, en especial el que ha sido restaurado a la salida de Baños de Montemayor. Eso sí, entre Mérida y Granja de Moreruela (y supongo que desde Sevilla), la compañía de la Nacional 630 es continua. En realidad esto no es tan mala cosa en tanto que a veces nos vendrá bastante bien para no desorientarnos o, al menos, para sentirnos más seguros ante el peligro de perdernos, si sabemos a qué lado (izquierda o derecha) queda. Prácticamente sólo hay que caminar por su arcén cruzando el embalse de Alcántara (el tramo, para mí, más desagradable de toda la ruta), entre Aldeanueva del Camino y Baños de Montemayor (muy peligroso por lo estrecho del arcén) y, a ratos, entre Salamanca y El Cubo del Vino. Y poco más.

Yo diría que solo en Galicia se hacen algo más frecuentes las carreteras. También aquí, en Orense e incluso en la comarca zamorana de Sanabria, y para "compensar", es fácil encontrar de vez en cuando una corredoira totalmente embarrada y encharcada, de lado a lado, y esto en agosto.

De todo lo anterior pienso que se puede sacar como conclusión que quizás sea una buena idea usar zapatillas de deporte hasta Puebla de Sanabria. Pienso que sólo la posibilidad de encontrar barro a partir de aquí hace preferible el uso de las botas de trekking.


El calor

Como podrás suponer, en la parte andaluza y extremeña de la ruta (es decir, más o menos hasta Aldeanueva del Camino) las temperaturas son las más altas que encontramos en todas las vías jacobeas. En verano es frecuente caminar a 40ºC o más entre las doce de la mañana y las seis de la tarde. En realidad las temperaturas empiezan a hacerse excesivas a partir de las diez de la mañana o incluso antes. Por eso lo ideal es poder recorrer esta ruta en primavera, con lo que además de evitar el excesivo calor, podrás disfrutar de unos paisajes bastante más verdes y floridos, especialmente en las dehesas extremeñas y salmantinas. No obstante si no te queda otro remedio que recorrerlo en verano, pues adelante. Yo lo hice en agosto y en cuanto pueda repito.

Los consejos que siguen son algo obvios, pero es importante que los tengas en cuenta.

[1] Es muy conveniente madrugar y hacer un descanso en las horas centrales del día, para luego proseguir por la tarde.

[2] Es necesario protegerse la cabeza del sol, a ser posible con un sombrero, que te va a cubrir más superficie del rostro, cuello y orejas que una gorra. Y también resulta algo más elegante. Los hay de paja por unos 2 €, pero también de materiales más frescos y mayor precio. Si es de ala ancha puede que roce con la mochila y resulte incómodo de llevar: como alternativa opta por uno de ala corta. En cualquier caso busca con tiempo, compara y escoge bien, merece la pena.

[3] Usa camisas o camisetas con cuello y mantenlo levantado mientras camines. Otra posibilidad es utilizar una tela de gasa en torno a la cabeza y el rostro.

[4] Imprescindible resulta la crema de protección solar. Ante la duda, opta por el factor de protección más alto de los que estés considerando. Y no olvides nunca utilizarla en las pantorrillas: ten en cuenta que caminarás casi siempre hacia el Norte y que el Sol lo vas a tener a tus espaldas.

[5] Antes de comenzar cada etapa, asegúrate de averiguar cuáles van a ser los lugares en que vas a poder obtener agua, y en función de ello decide con cuánta has de cargar. Sucede además que, precisamente en Andalucía y Extremadura, las distancias pueden llegar a ser bastante largas (hasta 38 km entre pueblo y pueblo).

[6] También puede suceder que pierdas, de una forma brusca y sorprendente para tí mism@, las ganas de comer. Este fue mi caso. Como ejemplo puedo contaros que los 40 km entre Carcaboso y Aldeanueva del Camino los despaché con dos madalenas y dos minibolsas de patatas fritas como todo alimento sólido: simplemente no tenía ninguna gana de comer más. Por ello te aconsejo que lleves algún complejo de vitaminas y minerales, y que a la hora de comer incluyas siempre ensaladas y frutas.

[7] Es imposible dormir en Extremadura en verano con un saco normal. Se debe utilizar un saco-sábana de algodón o, si tenéis la suerte de encontrar uno, pues de seda (por si os sirve de algo, los gerundenses Luz y Ramón -un abrazo- me dijeron que en la India son muy baratos, unos 2 €). Mi consejo es que os enviéis un saco normal (pero de verano, de los baratos, de los que llaman "de camping") a la Lista de Correos de la oficina de Zamora capital, al llegar allí lo cogéis, enviáis a casita el saco-sábana, y a seguir.

[8] Por último, y por su interés, reproduzco lo que se dice en el sitio web de la AACS-VP de Granada respecto del golpe de calor: "Puede ser peligroso si no se le da importancia. Consiste en una alteración de la consciencia producida por la elevación de la temperatura corporal y la deshidratación. Síntomas: dolor de cabeza, confusión, marcha vacilante, alucinaciones e incluso puede llegar al coma. Remedios: el afectado debe ponerse a la sombra, tumbado con la cabeza girada, beber líquidos y avisar mientras tanto al puesto de socorro más cercano."

[9] Y si para alguno esto supone una ventaja, puedo aseguraros que mear, lo que es mear, se mea poco.


Animales

Pues no voy a empezar hablando de ningún cornúpeta. ¿Por qué? Pues porque mi recuerdo se centra especialmente en el hermano perro. Si no me ladraron quinientos canes entre Mérida y Santiago, es que no me ladró ninguno. Recuerdo sobre todo a los que protegían a las ovejas en la provincia de Zamora, especialmente dos grupos de ellos a la salida de Tábara. Por esto es imprescindible llevar bastón. Y cuando te veas rodeado, camina tranquilo y sin detenerte; si es posible da un pequeño rodeo. Hay quien aconseja no mirarles directamente a los ojos.

El ganado vacuno nos lo encontramos continuamente en Cáceres y en Salamanca; en realidad casi siempre que haya una dehesa. Y a veces es bravo. Pues lo mismo: tranquilidad, y si no hay barrera entre ellos y vosotros (como me pasó a unos trece kilómetros de salir de Carcaboso, en medio de una preciosa dehesa), no os detengáis ni perdáis de vista el muro o la verja que en caso de necesidad habrá que saltar. Y con los rebaños de ganado manso que pastan tranquilamente, procurad no importunar a los terneros deteniéndoos ante ellos y mirándolos fijamente. Y si están bebiendo en una charca en medio del camino, a lo mejor lo más conveniente puede ser esperar un poco a que terminen y se vayan.

 

Dificultades

 

Hasta Cañaveral

El asunto es el siguiente: según se informa en otros sitios web (por ejemplo en el de la AACS-VP de Sevilla), el restaurante Miraltajo está cerrado. Y eso significa no poder planificar una etapa Cáceres - Miraltajo (tal como propone la guía de El País). Pero aún estando abierto: ¿quién coño quiere dormir allí? No hay sitio con menos encanto para que un peregrino pase la noche que un restaurante de carretera en medio de una paramera abrasada por el Sol a trece kilómetros del núcleo urbano más próximo. Por consiguiente lo razonable es hacer una etapa entre Casar de Cáceres y Cañaveral. Dos lugares en los que os aseguro que os váis a sentir bien agusto: sobre todo en El Casar, con su magnífico albergue de peregrinos (ojo: frente al ayuntamiento y su malhadado reloj - no se me olviden de los tapones para los oídos), con su piscina, con su hospitalidad, con su gente... y con su Torta del Casar. En Cañaveral, a falta de refugio, se duerme bien y barato en el Hostal Málaga (12 € en 2001).
Este planteamiento casi obliga a que las etapas anteriores tengan como puntos de partida y/o llegada Mérida - Aljucén (pueblo cálido y agradable; 15,5 km) - Alcuéscar (proverbial es ya la hospitalidad de los Esclavos de María y de los Pobres; 20 km) - Valdesalor (sin mucho encanto, pero con un restaurante en las cercanías; 26,5 km) - Casar (25 km), dejando la visita a Cáceres para las horas centrales de esta última jornada. Eso si hacemos etapas cortas en los primeros días (un buen consejo, aunque sea mío), porque para los más machotes hay otras alternativas.
Pero desgraciadamente lo que dije dos párrafos más arriba no carece de consecuencias negativas para el peregrino: ahora el tramo Casar de Cáceres - Cañaveral se hace a pelo, o sea, sin sombra ni agua en sus 34 km. Y si tenemos en cuenta el estado en el que uno acostumbraba a llegar al Miraltajo, hacia las doce de la mañana, después de seis horribles y peligrosos kilómetros por la N-630 (lo que lleva cruzar el embalse de Alcántara) bajo el sol jaguar del mediodía extremeño, y todo ello si no te has perdido por las veredas mal señalizadas que te conducen hasta la nacional, francamente, el tal restaurante era un verdadero oasis, y malditos los interminables kilómetros que tardaba en aparecer. Mientras dure su cierre, el trayecto en esta parte del Camino se va a hacer muy duro. A menos que nos desviemos al Club Tajomar, en el embarcadero, pero mejor os informáis antes de hacerlo (puede que el día que lleguéis también esté cerrado, o que no sirvan comidas, o que se hayan bebido todo el agua, o qué se yo). En el apeadero del ferrocarril yo diría que no hay nada de nada (bueno, sí: sombra, pero de esas bajo las que uno se achicharra). Así pues: carguen con litros y litros de agua (quizás cuatro por persona) y embadúrnense bien con crema solar factor 900. O más.

 

El agujero negro

Así es como lo llamó un ciclista segoviano cuando nos encontramos cerca de Requejo (Sanabria), y francamente, siempre he admirado la lucidez de los ciclistas segovianos.
El tema al que ahora me refiero versa sobre la simpática cortesía con que el propietario de unos terrenos localizados unos 5 km después de Grimaldo nos obsequia a los peregrinos: temeroso el pobre hombre de que su humilde propiedad no sea digna de ser hollada por tan nobles visitantes, se ha tomado la molestia de ocultar unas flechas y pintar otras para que (eso sí, dando un pequeño rodeo de algo más de una hora, total, como por aquí hace fresco y hay fuentes por doquier...) podamos conocer unos terrenos que el buen paisano considera más merecedores de admiración que los propios...
En fin, que como dijo con acierto el simpático Federico Trillo, manda huevos.
Tal como lo recuerdo, hube de abandonar el camino señalizado cuando la alambrada que va a la derecha gira bruscamente hacia la izquierda, impidiéndome el paso, y obligándome a un desvío monte abajo a la izquierda, donde no se ve ya una sola flecha. Es posible que haya que saltar la valla en este punto; es posible que haya algún desvío a la derecha un poco antes: yo no lo sé. Parece ser que, haciendo lo primero, las flechas amarillas aparecen un poco más adelante. El hecho es que si no estamos bien alerta, no quedará otro remedio que bajar el monte campo a través, cruzar una finca (perros) y llegar a la carretera del canal, el cual ha de quedar siempre a nuestra derecha. Después de un interminable y sinuoso a más no poder recorrido por la misma, se acaba encontrando un camino que, a nuestra izquierda, baja a Riolobos, a unos 200 m. En este cruce podemos optar por ignorar el pueblo y seguir de frente, hasta encontrar de nuevo la ruta señalizada (bien señalizada, quiero decir) y seguir directamente hasta Galisteo, o desviarnos a Riolobos, donde beber, maldecir e informarnos de una ruta alternativa por carretera hasta el pueblo de las murallas de canto rodado. Menos mal que allí nos espera el Mesón Rusticiana y su buena y abundante comida para compensarnos un poco.
Así que esto es lo que hay.

 

Cáparra

Y aquí es dónde llegamos al apartado dedicado a la etapa más famosa de toda la Vía de la Plata, los memorables 38 km entre Carcaboso y Aldeanueva del Camino pasando por el Arco de Cáparra. Así que al grano: se me ocurren dos posibilidades: (a) una etapa Carcaboso - Aldeanueva, que no se hace tan mal como parece, porque a estas alturas del viaje el cuerpo ya está más o menos hecho a las largas caminatas, y porque transcurre por unos parajes arbolados bien bonitos, pero que nos obliga a hacer otros 40 km el día anterior desde Cañaveral, o a hacer 30 y 10 si nos detenemos en Galisteo, y (b), habiendo dormido en Galisteo y tras enviarnos desde nuestro pueblo o ciudad la tienda de campaña a la Lista de Correos de Carcaboso (creo que solo cobran recargo pasados unos 10 días), salir de este pueblo hacia las cuatro de la tarde, hacer noche en el Arco de Cáparra, y deshacernos de la tienda en Aldeanueva a la mañana siguiente, de nuevo gracias a Correos. Por cierto que parece haber desaparecido la necesidad de cargar con cuatro o más litros de agua para recorrer este trayecto: según informa Antonio Bueno (gracias) ahora hay una máquina expendedora de botellas (0,60 cada una) en el Centro de Interpretación asociado a las excavaciones arqueológicas que allí se llevan a cabo. Esto es una gran suerte.
Yo hice lo primero, y salvé un poco la situación unos seis km antes de Aldeanueva, al llegar (una vez más) a la N-630. Aquí, al no verme yo con muchas ganas de saltar una valla y atravesar un prado lleno de vacas y terneros, decidí seguir la carretera, por donde a los pocos minutos, con gran emoción, me encontré con que un hermano bar me estaba esperando con los brazos abiertos y una gran sonrisa de amistad pintada en la boca. Tras saludarnos con admiración y respeto, procedí con gran tenacidad a desposeerle de cuantos líquidos me fue posible ingerir. Y así, más o menos una hora después, seguí por el (¡ojo!) muy estrecho arcén de la nacional, hasta algo después de Aldeanueva (un hostal que había por allí, el sitio en el que cené las dos minibolsas de patatas fritas; me cansé de dar vueltas por Aldeanueva preguntando por el refugio y el alguacil). [Por cierto que, en el tramo que hay entre Aldeanueva y Baños de Montemayor, hay que caminar mucho por la carretera, y el arcén sigue siendo igual de estrecho y el tráfico igual de intenso: lo veo bastante peligroso, especialmente para los ciclistas.]
Se me ocurre también que una tercera posibilidad, ciertamente menos digna que las anteriores, es llegar a Cáparra y con un teléfono móvil pedir que un taxi de Plasencia venga a recogernos, y que a la mañana siguiente nos devuelva al mismo sitio. Si vais escasos de fuerzas, puede ser una buena solución.
Otro aspecto a tener en cuenta en este tramo, es que es una de las zonas en las que más vamos a poder disfrutar de la poco tranquilizadora compañía de vacas y toros, que serán bravos en más de una ocasión. Así que abran bien los ojos y ensayen unas chicuelinas antes de partir.

 

El embalse del Esla

En cuanto al brazo del embalse del Esla que hay que vadear unos 20 km al norte de Zamora, hay que saber que solo en verano está seco. El resto del año tiene agua. Quiero decir que la gente pesca allí y todo. Y en cualquier caso no es siempre fácil seguir las señales, así es que es importante que sigáis bien las indicaciones de las guías (las de la CSJ son bastante más abundantes que las de El País, que sirven de bien poco). No obstante, tampoco es un gran problema perder el camino, pues siempre va a quedar a nuestra derecha la N-630, a la que vamos a tener que retornar, en todo caso, al final del embalse.

 

La subida a La Canda

Lo que ya me resultó otra cosa fue la subida a La Canda, la ascensión con la que había de salir de la provincia de Zamora. Para que os hagáis una idea, creo que en mi vida he subido una cuesta tan rápidamente; solo me paraba por los sustos que me llevaba al tomarme las pulsaciones. Y es que nada más empezar a subir uno está deseando terminar y salir de allí de una dichosa vez. A mí me llevó como una hora y tres cuartos, pero ya digo, subiendo con algo más que agilidad.
En aquel entonces (agosto de 2001) eran casi ocho kilómetros de selva virgen. Tan densa que a veces me veía obligado a andar de espaldas ante el peligro continuo de que una de las ramas de los escobones, que me golpeaban la cara continuamente, me sacase un ojo (por esto, me pareció una buena idea llevar puestas unas gafas durante la subida). Y cuando creía que la cosa empezaba a aclarar, vuelta otra vez a hacerse de noche. Al final, tras un buen rato de angustiosa subida, la progresiva cercanía de los postes del tendido eléctrico (en realidad, el hecho de poder empezar a verlos al ir saliendo un poco de la espesura) me fue indicando que el final de las emociones fuertes se estaba acercando, aunque eso sí, para no dejarme con ganas de más, la salida del tunel se hacía a través de un montículo de arena de varios metros, que había que trepar, a ser posible sin desnucarse. Menos mal que el santo varón que la señalizó dispersó manchas amarillas con profusión, así que entonces no era fácil perderse en aquella jungla. Pero claro, las señales si no se repintan, pues acaban volviéndose invisibles, y yo no sé cómo estarán ahora. Justamente, varios meses después (noviembre de 2002) supe que algún peregrino tuvo que ser rescatado por la Guardia Civil al extraviarse en el ascenso.
Desde luego, me pareció imposible para los ciclistas, a menos que estuviesen decididos a expurgar sus pecados con una penitencia de las de antes del Concilio de Trento.
N.B. Sin embargo, como parece ser que decía Lao Tze, todo cambia y nada permanece. Ni siquiera lo malo. Un visitante de este sitio, Joan, de Terrassa, mil gracias, que ha vuelto de recorrer el tramo Puebla de Sanabria - Santiago en junio de 2003, aparte de comentarme que ha "disfrutado muchísimo e intensamente del recorrido y de los escasos compañeros que he encontrado (un italiano y un alemán)", que "la etapa de A Gudiña a Laza ha sido una de las bonitas que nunca he hecho" y que "los refugios de Lubián, Cea, Xunqueira de Ambía, Laza y A Gudiña son excelentes", opina que "es totalmente recomendable hacer la subida a La Canda por el camino siempre y cuando no esté encharcado", pues él no tuvo ninguna dificultad especial: "la vegetación no era excesivamente densa (tuve muchas más dificultades en algunos caminos ya dentro de Galicia), estaba correctamente señalizada y no encontré ningún montículo de arena". Pues que dure, y para los días lluviosos o los ciclistas menos aguerridos, no olvidéis la alternativa de la vieja carretera nacional, algo más tendida y casi sin tráfico desde que abrieron la autovía de las Rías Baixas.

 

Dónde dormir

La AACS-VP de Sevilla viene ofreciendo una lista completa de los refugios disponibles a través de su sitio web; tiene especial interés la página en la que detallan las modificaciones sufridas por el Camino desde la última edición de la guía que ellos elaboran. Igualmente muy completa y con mucha más información sobre distancias, precios, características del albergue y servicios disponibles en cada localidad es la lista de refugios que figura en el sitio web de la AACS-VP de Granada. Igualmente la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago incluye en su sitio web su propia lista de refugios y albergues para toda la ruta. Por último las páginas que Mundicamino dedica a esta ruta jacobea informan con detalle de los servicios y alojamientos disponibles en las localidades del tramo Sevilla - Astorga. Es aconsejable consultar estos sitios web antes de partir.

Lo que sigue es un pequeño resumen de avisos realizado a partir de mi experiencia en el verano de 2001 y de lo que algunos visitantes de esta página han tenido a bien contarme una vez terminada su peregrinación. Esto significa que procuro que la información sea completa y actualizada, pero que no puedo garantizarlo.

[1] Albergues específicos para peregrinos, entendiendo por tales algo más que los locales improvisados que a veces nos ofrecen los ayuntamientos, no hay muchos, la verdad. Tengo conocimiento de los de El Casar de Cáceres (municipal), Mombuey (municipal), Lubián (municipal) y varios en la provincia de Ourense promovidos por la Xunta (La Gudiña, Laza, Vilar de Barrio, Xunqueira de Ambía, Ourense y Cea). Todos ellos muy recomendables, con cama, ducha, y si no recuerdo mal, agua caliente e incluso, oh maravilla, un sitio aceptable para tender la ropa. El de El Casar de Cáceres es casi lujoso, aunque tiene el inconveniente, que ya mencioné, de las poco discretas señales horarias del reloj de la plaza; como contrapartida, si por la noche el ruido nos despierta, podemos asomarnos a echar un vistazo a las pintorescas salamanquesas trepar espasmódicamente por las paredes. De los albergues de los pueblos de Ourense se ocupa la agrupación local de Protección Civil que, indefectiblemente, muestra una dedicación al peregrino merecedora de todos los elogios y agradecimientos que podemos leer el los Libros del Peregrino de cada uno de estos albergues. Por su parte, la ciudad de Ourense pone a nuestra disposición un ala del Convento de San Francisco, lo que aparentemente es el mejor de todos los refugios que se nos ofrecen. Sin embargo cada uno cuenta la fiesta según le va en ella. En mi caso tuve la mala suerte de que el día que llegué allí, el hospitalero se acababa de liar inesperadamente la manta a la cabeza y se había ido con sus bártulos a otra parte, sin avisar a nadie. Me harté de esperar bajo la lluvia a que llegaran de Protección Civil con la llave, y bueno, la verdad es que no fue una noche de ensueño, allí yo solo, con la única compañía de las ratas que entraban desde el cementerio para hurgar en los cubos de la basura de la cocina. Así que no sé que deciros...

[2] Alojamientos ofrecidos por la Iglesia Católica. Muchos aplausos merecen, en Alcuéscar, los Esclavos de María y de los Pobres, que nos dan sencillamente todo lo que tienen: habitaciones individuales, cuarto de baño y cena. Todo más que modesto, pero que refleja una generosidad inaudita si tenemos en cuenta que no piden nada a cambio (ni siquiera que vayas a misa). Ni se les ocurra marcharse sin dejar un donativo. El de Fuenterroble de Salvatierra es casi un hogar de peregrinos atendido por un hospitalero de verdad pero con poco tiempo libre: Blas, el cura. Por su parte, el párroco de El Cubo del Vino dispone de un pequeño local con cuatro camas y baño destinado a inmigrantes que llegan al pueblo para trabajar en el campo, pero que accede a que sea ocupado por peregrinos, quizás después de quejarse un poco (no se enfaden si les sugiere la conveniencia de un donativo). También (gracias otra vez a Joan) se puede dormir en el Monasterio de Oseira (es recomendable avisar con antelación, quizás a través de la Oficina de Turismo de Ourense). Y, que yo sepa, nada más: como en el Camino Francés la colaboración de los curas con los peregrinos es algo tacaña.

[3] Otros refugios municipales. Estos van desde lo modesto (el propio ayuntamiento, una escuela vieja, un local social, un polideportivo) a lo miserable (un matadero). En ellos habitualmente se duerme en el suelo y uno suele tener que ¿ducharse? apañándose con el agua del lavabo. De entre ellos, las velas negras hay que ponérselas al ayuntamiento de Carcaboso, que pasó de ofrecer a los peregrinos un hermoso polideportivo a un siniestro matadero sin agua, ni luz, ni limpieza, ni nada de nada (eso sí, la entomofauna era rica y abundante). Según informa Celia, en Carcaboso se puede dormir en el bar Ruta de la Plata (Tel.: 927 40 20 75), a la entrada del pueblo, donde la sra. Elena tiene rehabilitada una casa entera para alquilar habitaciones (3 ó 4) con baño, aire acondicionado y televisión; allí se puede desayunar y utilizar el frigorífico; comer y cenar puede hacerse en el bar Las Golondrinas. En cuanto a Puebla de Sanabria, a juzgar por lo que a uno le contaron los que durmieron en el polideportivo que ofrecen durante el verano (en invierno compartido con el mismo Ayuntamiento), sigue siendo tan cochambroso como nos previene la guía de la CSJ; por suerte en Puebla hay hoteles de sobra, pero en verano pueden estar llenos. El Hotel Los Perales, quizás por ser algo más caro (unos 45 €) y estar a la salida del pueblo (que se ubica sobre una elevación) puede ser de los pocos con plazas libres, y la verdad es que se está muy agusto allí. Queda justo en la salida que uno tiene que tomar a la mañana siguiente. No obstante merece la pena probar antes en La Trucha, con habitaciones sobradamente acogedoras y a mejor precio: lo verás nada más entrar en el pueblo. Pregunta por Eugenio y dile que vas de mi parte.

[4] Entre los albergues privados o públicos de gestión privada, se encuentra el albergue Annalena, de Aljucén, que es alabado por quienes han pasado por allí: nos ofrecen cena caliente, ducha y algunas comodidades por poco dinero; ignoro si es una alternativa o ha sustituido al local gratuito que ofrecía el Ayuntamiento en el 2001. En Galisteo hay ahora una alternativa al pequeño pero agradable refugio municipal: la Casa Rural del Mesón Rusticiana permite dormir a los peregrinos de forma algo más confortable por unos 5 €, si no recuerdo mal; muy buen trato y mejor comida (un consejo: pedid sólo un plato: luego ya veréis si os quedan ganas de más). Por otra parte, y según informa J. V. Blanco, desde la primavera de 2003 está abierto un albergue en Baños de Montemayor (propiedad de la Junta de Extremadura y gestión privada): son doce plazas en tres habitaciones a 14 -17 € la noche con el desayuno incluido; podéis ver sus características en su página web. Para los que os conforméis con menos lujos y no queráis pagar ese dinero, ya hay abierto un albergue municipal. Iguamente, y como alternativa a la falta total de servicios de Santa Marta de Tera, podéis optar por dormir (8 €) en el albergue privado de Anita, a la salida de Santa Croya de Tera (al ladito de Santa Marta): allí también podéis cenar (7 €) y desayunar: Celia, de Zaragoza (muchas gracias), que es quien me informó de esto, ya no se acuerda del precio... ¡mecachis...! :-). Y muy recomendable me pareció a mí el refugio/hostal de Castro-Dozón (propiedad municipal y gestión privada): meritorio servicio de lavadora y secadora, impagable piscina (gratis), buena comida y mejor trato. Aquí sucede que se puede dormir en el suelo, pagando 2 ó 3 €, o en habitaciones, por unos 12 €. Así que puedes elegir.

[5] Y si insistís en pagar por la comodidad de la cama y la ducha de agua caliente a lo austero de los colchones de baldosas y las duchas de lavabo, pues en Extremadura y Salamanca hay bastantes pueblos en los que podéis optar por pasar la noche en una casa rural, nunca demasiado caras o lujosas. Por ejemplo en Galisteo, Aldeanueva del Camino, Calzada de Béjar o (de nuevo) San Pedro de Rozados. No obstante, por lo general, ni en los pueblos de Zamora ni en los de Galicia, a menos que sean ya grandes y transitados, podemos contar con esta alternativa.

[6] Es importante saber que en las capitales de provincia, a excepción de Ourense, no hay refugios específicos para peregrinos. En Cáceres hay varios hoteles asequibles y pensiones agradables (p.e. la pensión Márquez está bien) en la Plaza Mayor o su entorno, una zona ideal para pasar la noche; también, según informa Antonio Bueno (gracias de nuevo), hay un albergue municipal juvenil (hasta 30 años) por unos 12 € en la Avenida de la Universidad, frente a Cruz Roja. En Salamanca y en Zamora hay sendos albergues juveniles de la REAJ abiertos todo el año y a todas las personas, sea cual sea su edad; la diferencia está en que mientras que el de Zamora exige la posesión del carnet de alberguista, en el de Salamanca puedes dormir presentando la credencial del peregrino o, en su defecto, siete ampollas y dos o tres tendinitis. Salamanca: C/ Escoto, 13-15, tel: 923.269.141 (cerca de la Gran Vía). Zamora: C/ Villalpando, 7, tel: 980.512.671 (cerca de la iglesia de San Lázaro). Hay también un albergue de la REAJ en Ourense, abierto en julio, agosto y septiembre: C/ Pérez Serantes, 2, tel: 988.252.412.

[7] Y a diferencia de lo que decían algunas guías, en el verano de 2001 no había refugio ni en Cañaveral (Hostal Málaga aceptable y barato), ni en Montamarta (recurrid a la Fonda El Asturiano, que puede estar llena porque es pequeña - a mí me tocó dormir en un cuarto donde guardaban mantas y productos de limpieza, pero eso sí, a cubierto y de gratis, y con derecho a cuarto de baño; ni se me ocurre quejarme).

 

Guías para peregrinos

Guías en español

[1] "La Vía de la Plata. Guía del Camino Mozárabe de Santiago", editada por la AACS-VP de Sevilla. Cuesta 15 €. La puedes solicitar en el sitio web de la asociación o por e-mail y te la enviarán por correo cobrándote 6 € de gastos de envío para España y 11 € para el resto de Europa. En esa página tienes también el nombre de las librerías de Málaga, Sevilla, Salamanca, Madrid y Bélgica en las que puedes comprarla directamente. También en dicha página puedes ver el índice de contenidos así como una muestra de los mismos. La guía cubre el recorrido desde Sevilla a Santiago por Laza y Vilar de Barrio, etapa a etapa, así como el desvío al Camino Francés desde Granja de Moreruela a Astorga. Incluye un mapa de cada etapa, una referencia histórica y una serie de consejos diversos para peregrinos. Además puedes consultar en Internet las últimas modificaciones del recorrido o sus infraestructuras, cuando no hayan podido ser incluidas en la edición más reciente. Es una guía de peregrinos completa y, a día de hoy, la única que conozco que se ocupa del trayecto completo del Camino Mozárabe.

[2] "Ruta del Camino Fonseca. De Salamanca a Santiago de Compostela", escrito por Luis Antonio Miguel Quintales y editado por Amarú en junio de 2002. Se puede conseguir a través del sitio web de la editorial o de librería "Víctor Jara", de Salamanca (C/ Meléndez, 21; Tel: 923.26.12.28; Fax. 923.26.78.60). Cuesta 16 €. Se ocupa, muy bien, de la parte Vía de la Plata que va de Salamanca a Santiago pasando por Sanabria, Laza y Ourense, es decir, de la variante de que trata esta página. Consigue plenamente el objetivo de cubrir cualquier necesidad informativa de los peregrinos, en especial los pedestres. Contiene una completa introducción de los aspectos generales de la ruta, descripción de las etapas una a una, mapas (topoguía, rutómetro), plano y reseña histórica y cultural de cada ciudad, perfiles topográficos, distancias totales y parciales, servicios disponibles en cada localidad, y resúmenes de todas las indicaciones a seguir por el caminante en cada etapa. De lejos, la mejor guía disponible para este trayecto, y, aunque dada la gran cantidad de información que contiene no es todo lo ligera que desearíamos, merece la pena cargar con ella. Podéis encontrar una información más amplia en el propio sitio web del autor.

[3] "La Ruta de la Plata a pie y en bicicleta". Editorial El País - Aguilar (2000). Cuesta unos 18 € y es fácil de encontrar en cualquier librería española. Lo primero que hay que saber de esta guía es que describe el recorrido entre Mérida y Santiago por Astorga, lo que significa que si pretendes partir de Sevilla, o seguir la variante orensano-sanabresa (a la que se refiere esta página web) tendrás que hacerte con alguna otra guía complementaria, además de resultar conveniente una amputación de las páginas que no vas a utilizar. En cualquier caso esta es una auténtica guía para peregrinos, con la única salvedad de su algo excesivo peso (de ahí el comentario anterior). Muy buenos los mapas, las fotografías y los comentarios sobre los aspectos culturales e históricos de los lugares por los que se pasa. La información sobre los servicios disponibles en cada localidad pretende ser exhaustiva, pero en algunos lugares se queda algo desfasada, por lo que debéis de tener en cuenta las informaciones contenidas a ese respecto en esta página web y en otras como las que se citan más arriba o en la sección de enlaces. Otra pega es que la descripción del recorrido de cada etapa no es demasiado útil en los lugares más "conflictivos".

 

                                                                              

 

[4] "La Ruta de la Plata", escrito por Juan Francisco Cerezo y publicado por Sua Edizioak en febrero de 1996. Cubre la ruta completa, desde Sevilla hasta Santiago, por Sanabria y Orense. Está a caballo entre ser un reportaje ameno, sencillo y bien acompañado de fotografías de la ruta, y ser una auténtica guía práctica para peregrinos. Los datos prácticos que proporciona son interesantes, pero escasos. Incluye mapas muy simples y descripciones de las etapas diferenciados para los intereses del que va en coche y para los de los peregrinos de a pie y en bicicleta: en realidad el mayor atractivo de esta guía es que incluye perfiles altitudinales de las etapas. Pero los mapas y descripciones de la ruta no serán de gran ayuda si durante el trayecto nos encontramos desorientados.

[5] "El Camino Mozárabe a Santiago - Prolongación de la Vía de la Plata", escrito por Maribel Outeiriño, editado por Caixa Ourense en 1999 y de ISBN 84-605-8742-8. Para conseguirlo quizás lo mejor sea contactar con la Asociación de Amigos de la Vía de la Plata en Ourense: Presidente: Óscar Sánchez; Tel: 988 23 55 07; Fax: 988.25.21.81; e-mail: Ourense@merkamueble.com. Esta guía comienza en Puebla de Sanabria, al lado del lago de origen glacial más grande de España, al norte de la provincia de Zamora, y termina, obviamente, en Santiago. Y aunque no da demasiados detalles del camino a seguir (pero sí de lo que se observa en su recorrido) y las distancias no están muy ajustadas, puede ser una buena alternativa para los peregrinos que recorran este tramo. Contiene muchas fotografías, abundancia de teléfonos de interés y unos mapas algo esquemáticos que más o menos ayudan a situar la ruta respecto de carreteras y pueblos, además de informar de los servicios disponibles en cada localidad. Está bien editada y es muy ligera.

[6] "Topoguía de la Ruta de la Plata", del Grupo Ecologista Alagón (de Salamanca), editada por Amarú en 1995. Al igual que el reseñado con el nº 2, se puede obtener a través del sitio web de la editorial o de la librería "Víctor Jara", de Salamanca. Cubre solo parte del trayecto en la zona norte de Cáceres y el sur de Salamanca. Está muy bien editada y, para el muy limitado trecho de que se ocupa, resulta muy práctica. Seguramente se pueda sacar buen partido de ella sin necesidad de cargarla (tomando notas o fotocopiando).

                                                                        

 

Guías en inglés

[1] "The Camino Mozárabe or Vía de la Plata. Part A: Seville to Astorga" y "The Camino Mozárabe or Vía de la Plata. Part B: Zamora to Santiago", editadas en el año 2000 por la "Confraternity of Saint James" y que cuestan 4,50 libras esterlinas cada una. La segunda de ellas contiene un cuadernillo central con notas específicas para ciclistas (rutas alternativas donde los caminos son impracticables), que cubren todo el recorrido desde Sevilla a Santiago. Quizás los peregrinos sepáis que esta es la asociación que cofinanció la construcción y que envía los hospitaleros del/al albergue Gaucelmo, en Rabanal del Camino. Diría yo que es algo así como la Asociación de Amigos del Camino de Santiago del Reino Unido. La Confraternity ha editado guías sobre todas las rutas jacobeas en España y en Francia que yo conozca, algunas de las cuales, y su precio en libras esterlinas en el verano de 2000, son las siguientes: "Finisterre. A guide for Walkers" (2.50 £); "Le Puy to the Pyrenees" (3.50 £); "Paris to the Pyrenees"; (4.50 £); "Vezelay to the Pyrenees" (3.00 £); "Arles to the Pyrenees" (4.50 £).Tienen también guías del Camino Francés, de los Caminos del Norte, del camino desde Madrid a Sahagún y del Camino Portugués.

Son guías hechas por peregrinos y complementadas con las informaciones que van enviándoles otros peregrinos que recorren esas rutas y utilizan estas guías, por lo que están realizadas desde el punto de vista de los propios peregrinos y son revisadas con cierta frecuencia. Por ello son una muy buena opción para cualquiera que lea inglés y vaya a hacer tanto la Vía de la Plata, como la Vía Podense, la Vía Tolosana o cualquier otra ruta jacobea que carezca de una guía suficientemente completa en español. Además son bien ligeritas. Su fuerte es la descripción, casi paso a paso, del recorrido a seguir, así como de los refugios y demás alojamientos disponibles. Incluyen también diversas notas sobre los aspectos culturales e históricos más relacionados con la tradición jacobea de los lugares por los que uno pasa. Los mapas en cambio son meros esquemas hechos a mano, y resultan de escasa utilidad.

Se pueden comprar on-line en www.telegraph.com/04camino/040009d1.htm o en el propio sitio web de la CSJ, que es www.csj.org.uk; en este sitio web está la lista completa, los precios actuales y las instrucciones para hacer el pedido, que pasan por enviar un e-mail a office@csj.org.uk (lo atiende Marion Marples, secretaria de la Asociación) o una carta a su nueva dirección (Marion Marples, Secretary, Confraternity of Saint James. 27, Blackfriars Road, London, SE1 8NY, Reino Unido. Tel: (+44) (0) 20 7928 9988. Fax: (+44) (0) 20 7928 2844; y por pagar vía cheque o Visa. Yo en su día solicité tres o cuatro guías por e-mail que pagué por adelantado mediante un cheque que me hicieron en el banco y que les remití por correo junto con mi hoja de pedido, y todo funcionó perfectamente.

[2] "Via de la Plata", Alison Raju, 12 £, editada por Cicerone Press en enero de 2002. Según la reseña de la propia editorial, cubre toda la ruta desde Sevilla a Santiago por el Camino Mozárabe, e incluye un apéndice sobre el camino hasta Finisterre. Información completa sobre la ruta a seguir (con indicaciones para ciclistas), los servicios disponibles en cada localidad, y los aspectos históricos y culturales (con atención especial a los más significativos en el marco de la peregrinación jacobea). Se puede conseguir a través del sitio web de la propia editorial. Alison Raju es autora de varias de las guías para peregrinos de la CSJ.

 

                                                                                

 

Atractivos

 

El Paisaje

La Vía de la Plata debería denominarse "el Camino de las Quercíneas". Solo en cortos tramos en torno a las ciudades Salamanca y Zamora deja uno de encontrarse con este género de árboles que se caracterizan por ser sus frutos las bellotas. Eso sí, no están precisamente entremezclados, sino que se distribuyen a lo largo de la ruta conforme a sus preferencias climáticas o el interés que los habitantes de la región tengan en los diversos aprovechamientos que estos árboles permiten. Es en Extremadura donde, junto con la encina, es muy abundante el alcornoque, algunos ejemplares, como los que recuerdo de poco antes de llegar a Cáparra, o en las cercanías de Grimaldo, son de una belleza memorable. El alcornoque se distingue mal de la encina, salvo por el tronco: verás que algunos ejemplares tienen la corteza lisa y de color rojo-ladrillo: son los que han sido descortezados recientemente para aprovechar el corcho. Esta corteza virará hacia el negro, y después, con los años, se irá haciendo cada vez más prominente, lo que de nuevo nos permitirá diferenciarlo de la encina, de corteza menos abundante y rugosa.

El alcornoque casi desaparece en Salamanca y Zamora, donde se hace dominante la encina. En Extremadura y Salamanca verás numerosas encinas formando esos bosques aclarados que llamamos dehesas, en las cuales nos encontraremos con quizás demasiada frecuencia, vacas, toros y terneros pastando tranquilamente (... pero para nuestra intranquilidad).

La encina reaparece tras una breve ausencia, a partir de Granja de Moreruela, pero ahora mucho más densificada, en bosques espesos, en un territorio, el de la comarca de La Carballeda, menos humanizado, amable y hospitalario que el que hemos recorrido hasta ahora. Todo resulta más áspero y austero a partir de aquí. Y un buen día, de golpe y sin darnos casi cuenta, en torno al pueblo de Asturianos, y al tiempo que entramos en la comarca de Sanabria, la encina desaparece para siempre y aparece el roble. Entramos en la España húmeda, y junto a melojos y carballos, aparecen también numerosos nogales y castaños. Desde aquí, ya todo es Galicia, aunque aún estemos en Zamora: lo notarás también en el lenguaje de las gentes, en su forma de comportarse, en los topónimos... y en bosques que son como de cuento de hadas (o de brujas, vaya).

Por último no puedo dejar de mencionar aquí dos grupos de unos cinco robles que ví en la etapa Ourense - Castro Dozón: el primero cerca de Casas Novas y el segundo un kilómetro antes de Oseira, así como los cuatro tilos que hay a las puertas de este monasterio: es difícil toparse con árboles más hermosos que estos - que lástima no haber llevado entonces una cámara de fotos.


Arte, monumentos

Según nos informa Felipe, en el trayecto de Cañaveral a Galisteo, aunque no aparece en ninguna guía, sólo en una señalización en el Puerto de los Castaños, se encuentra el convento mas pequeño del mundo, del siglo XVI, construido por San Pedro de Alcantara (patrón de Extremadura). Nuestro informante nos previene de que es algo que no se debe perder la oportunidad de ver, y que conviene disfrutar de la explicación de los Padres Franciscanos sobre el significado de tan singular monumento. En sus proximidades se encuentra un restaurante que en verano, sigue contándonos el bueno de Felipe, es como un verdadero oasis, desde donde se divisa la Torre de la Picota (de Galisteo) y la vista se alarga hasta la Peña de Francia. Podéis encontrar más información en la página web del mencionado establecimiento.

Personalmente me maravillaron las esculturas realizadas en madera de nogal que hay en la iglesia de Santa María la Blanca de Fuenterroble de Salvatierra, que según le oí decir a Don Blas, el cura, fueron realizadas por un agricultor del propio pueblo. La de Santiago Peregrino es mucho más bonita que la gran mayoría, si no todas, de las que ví en el Camino Francés. En el 2001 le acompañaban otras tres, que quizás ahora sean cuatro. Entre ellas, un Cristo resucitado (resucitando), elevándose con fuerza hacia lo alto, dimana justo la clase de espiritualidad que un peregrino puede encontrar idónea, esa que busca la luz y que busca la vida que hay más allá de lo cotidiano.

Pero sin lugar a dudas, el elemento artístico más importante de toda la ruta para nosotros, los peregrinos, es quizás la más antigua y, para mí, extraña y hermosa, escultura de Santiago peregrino, la de la iglesia románica (siglo XI) de Santa Marta de Tera, en la provincia de Zamora. La estatua se encuentra, junto a la de San Pedro, en el pórtico sur de la iglesia, por fuera, frente a una hermosa vista del río Tera, que atraviesa el Lago de Sanabria y es famoso por sus truchas. Para poder verla hay que rodear la iglesia por el jardín y meterse entre las tumbas del cementerio. Y en el caso de que caiga por aquí, saludos al buen párroco que, cuando aún circulaban, nos regalaba un duro a cada uno de los peregrinos que por allí pasábamos - adivinen por qué.

 

Perfil topográfico

 

De entre todas las localidades importantes que hay en el recorrido de Sevilla a Santiago de Compostela, la que se encuentra a mayor altitud es el pueblo de Padornelo, en la comarca de Sanabria (Zamora): son 1260 m. Esta altura se supera ligeramente en la portela de La Canda, unos kilómetros más adelante, justo a la entrada de Galicia. La que se encuentra a menor altitud es la ciudad de Sevilla, a tan solo 12 m.

 

Puedes obtener una imagen del perfil topográfico del tramo de la ruta que deseas recorrrer, con indicación de altitudes, distancias y lugares de paso, en el Peregrinómetro de Godesalco.com.