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Salud y bienestar

  Huellas de perro.jpg (12614 bytes)  Displasia de codo   Huellas de perro.jpg (12614 bytes)

    La displasia de codo incluye varias enfermedades bien diferenciadas:
  • No unión del proceso ancóneo: Se ha reconocido ampliamente y recientemente se ha considerado que es la causa más común de osteartrosis del codo.

   Las razas afectadas por lo general son las que sufren la displasia de cadera, es decir, las grandes y gigantes de crecimiento rápido que alcanzan un peso de muchísimos kilos en pocos meses, los machos se ven más afectados que las hembras en una proporción de 2 a 1. Se acepta que su etiología es genética, debido a que la lesión se encuentra con frecuencia en camadas. No siendo por tanto aconsejable usar para cruzar a perros con este problema.

   Se suele presentar bilateralmente y a muy temprana edad (5 a 8 meses), ya que en perros normales el proceso ancóneo debe unirse con el cúbito a más tardar a las 18 a 20 semanas de edad, si no se une a esta edad posiblemente permanezca no unido.

   El animal presenta síntomas de cojera, dolor, atrofia muscular y al reconocimiento médico se observa dolor a la extensión y flexión de las extremidades siendo frecuente encontrar una gran dilatación de la cápsula articular en su cara lateral junto a la inserción del músculo ancóneo. En la radiografía en reflexión se aprecia una separación del pico del olecranón en postura lateral. En los perros adultos el resultado final de una no unión del proceso ancóneo es patológico y consistente en un pedazo de hueso que está unido a cúbito sólo por un puente de cartílago fibroso o tejido conjuntivo.

   El tratamiento es quirúrgico mediante la extirpación del proceso ancóneo, también se ha descrito la posibilidad de la fijación del proceso ancóneo mediante un tornillo de compresión pero la experiencia de la mayor parte de los autores es el que implante termina por romperse.

   Cuando el diagnóstico es muy tardío y los cambios osteoartrósicos son grandes debe evaluarse cuidadosamente el tratamiento quirúrgico siendo el reposo y los antiinflamatorios no esteroides el más adecuado.

  • Proceso coronoides fragmentado: También es característica de razas grandes y gigantes siendo los machos lo que la presentan con mayor frecuencia que las hembras en relación de 2 a 1. Siendo sus causas predisponentes la sobrealimentación y los factores hereditarios.

   Es una alteración del proceso coronoides y que coexiste generalmente con la osteocondritis del epicondilo humeral, siendo su diagnóstico diferencial difícil, se observa en el animal dolor a la flexión y extensión del codo, habiendo crepitación a la palpación y desviando la extremidad hacia fuera al caminar siendo necesario el examen radiográfico en proyección antero-posterior para confirmar los síntomas.

   Aunque normalmente no se ve nada anormal antes de que el perro tenga unos 7 meses, previamente pueden observarse algunos síntomas desde los 4 ó 5 meses. Siendo importante avisar al dueño de un perro joven con signos clínicos del codo que el perro debe regresar para repetir las radiografías cada cuatro semanas desde el primer examen.

   Muchos casos se han perdido porque se han dado diagnósticos erróneos y difusos de "dolor de crecimiento" no habiendo justificación para inyectar corticoesteroides intraarticulares cuando los signos son vagos y las radiografías son normales en un perro joven.

   Los fragmento del proceso coronoide por lo general, no se observan en las radiografías, siendo los primeros signos radiográficos pequeños osteofitos en el borde dorsal del proceso ancóneo y en el borde medial del proceso coronoides. Si existe lesión en un sólo lado, el diagnóstico comparativo es fácil de hacer ya que la diferencia entre el lado normal y el enfermo será obvia. El tratamiento es también quirúrgico.

  • Osteocondritis disecante del condilo medial: Aunque se da con menor frecuencia aparece también en razas grandes y gigantes siendo frecuentemente bilateral. Los animales empiezan a cojear entre los cinco a siete meses siendo más evidente después del ejercicio. En la exploración del animal se observa dolor a la extensión del antebrazo y el diagnóstico se realiza mediante radiografía. Cuando el diagnóstico es precoz el tratamiento es quirúrgico y si es tardío el tratamiento médico es el aconsejado.

                                                                                           Dr. José Luís Pazos Boluda

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