Es una enfermedad parasitaria causada por
un nematodo filariforme llamado Dirofilaria inmitis, que pertenece a la clase Secementea,
orden Spirurida, suborden Spirurida, superfamilia Filaroidea, familia
Onchocercidae y género Dirofilaria, parásito que se localiza en el estadio
adulto en el ventrículo derecho y las arterias pulmonares de los perros infestados. También existen otros
parásitos filariales como la Dirofilaria repens, Dipetalonema dracunculoides
y Dipetalonema reconditum, que producen microfilarias en la circulación pero
solamente la Dirofilaria inmitis causa la enfermedad del gusano del corazón.
La filariosis está
aumentando su porcentaje en Europa, sobre todo en los países del Mediterráneo,
detectándose zonas en el sur de Francia, norte de Italia y España con más del 30% de
los perros parasitados. En España los mayores porcentajes se presentan en el sur de la
península y en las islas Canarias oscilando del 25 al 50%, en el delta del Ebro es del
35,8% y va aumentando progresivamente.
La transmisión:
Se efectúa a
partir de los mosquitos de los géneros Aedes, Culex y Anopheles.
El ciclo:
El ciclo es el
siguiente; el mosquito se infesta durante la ingestión de sangre proveniente de un perro
infectado, en el interior del mosquito se desarrollan durante dos semanas las larvas
infestantes de tercera edad (L3) que se van a localizar en el aparato picador. Cuando el
mosquito pica al perro e ingiere sangre, las larvas quedan sueltas debajo de la piel
dentro de una gota de hemolinfa y después penetran activamente a través de la herida
producida por el estilete del mosquito.
En el perro la larva
migra atravesando el tejido conectivo subcutáneo y muscular hasta llegar a la sangre
cumpliendo así dos fases sucesivas del proceso larvario (L4,L5). Los jóvenes adultos
penetran en el istema venoso y alcanzan la cavidad derecha del corazón alrededor de tres
meses después de la infestación. Los jóvenes parásitos pueden alcanzar en el corazón
derecho cerca de 6 cm. de longitud, mientras que las hembras y los machos sexualmente
maduros pueden medir respectivamente 25 - 30 cm. y 13 - 16 cm.
La sintomatología:
La sintomatología
que suelen presentar los perros afectados va desde un aletargamiento, poca tolerancia al
ejercicio, tos crónica, jadeo excesivo, prurito generalizado y pérdida de apetito.
El diagnóstico:
Se debe basar en:
- Radiografía torácica:
Incluyen hipertrofia del ventrículo derecho, dilatación del non pulmonar y dilatación
de la rama pulmonar principal. Siempre se deben realizar dos radiografías, una en
decúbito lateral derecho y otra dorsoventralmente.
- Angiografía pulmonar:
Si se puede realizar se observa dilatación y tortuosidad de las arterias pulmonares. Los
gusanos adultos del corazón pueden identificarse por defectos lineales en la trama.
- Detección de microfilarias:
Las dos pruebas más eficaces son:
- La Técnica de Knott: se basa en un
proceso de concentración de microfilarias por centrifugado y además nos permite
hacer estudios de la morfología del parásito.
- La Técnica de filtrado: es similar
a la anterior, siendo su concentración de microfilarias a través del filtrado, pero la
identificación del parásito se realiza peor.
- Test de Elisa: es un método que
utiliza anticuerpos para detectar la presencia del antígeno circulante de los vermes
adultos en suero o plasma. Estas pruebas inmunológicas se deben usar para diagnosticar
posibles infestaciones ocultas, cuando los síntomas sugieren que hay filariosis, pero no
se observan microfilarias circulantes mediante cualquiera de las técnicas de detección
de microfilarias.
Es necesario tener en
cuenta que hasta un 20% de los perros infestados pueden no presentar microfilaremia y que
no todos los animales con microfilaremia están infestados por D. inmitis. Los test de
Knott y de filtración sirven solamente para la detección de microfilarias en sangre pero
no permiten diferenciar entre D. inmitis y otros vermes carentes de entidad patológica,
mientras que los test serológicos presentan el riesgo de no revelar infestaciones leves
(por debajo de 6 filarias), pero por el contrario detectan las infestaciones ocultas y
permiten conocer si realmente la infestación es debida a D. inmitis.
Una vez efectuado el
diagnóstico y asegurándonos que el perro padece la enfermedad, antes de elegir la forma
de tratamiento y prevención debemos realizar un chequeo al perro, a ser posible un
heparorrenal, test de coagulación, análisis de orina y un examen electroacardiográfico
o ecocardiográfico.
Control de la
enfermedad:
No existe ningún
fármaco simultáneamente eficaz frente a los adultos y microfilarias, por lo que es
necesario un tratamiento secuencial con diferentes productos dependiendo de la
sintomatología podremos hablar de:
- Dirofilariosos subclínica:
El perro no presenta ninguna sintomatología clínica, siendo sus condiciones generales
buenas y su infestación producida durante un período no superior a 3 años , con un ECG
normal, una radiografía en la que no hay lesiones tan solo delgadas densidades
perivasculares y el test serológico fue negativo debido al bajo número de vermes adultos
o débilmente positivo, teniendo un pronóstico favorable.
- Dirofilariosis moderada:También
son perros asintomáticos, con una menor tolerancia al ejercicio habitual, tos
esporádica, sólo bajo esfuerzo. En su analítica se observaría una anemia,
insuficiencia hepática o renal, aumento de ruidos cardiacos y respiratorios sobre todo
después de una prueba de esfuerzo, en su ECG se observaría una moderada hipertrofia del
ventrículo derecho y en su examen radiográfico una ligera hipertrofia del corazón, las
arterias pulmonares ligeramente engrosadas u el parenquima pulmonar más densificado. En
el examen de laboratorio hay un aumento de glóbulos blancos (Eosinofilia) y el test
antigénico es positivo. en este caso el pronóstico es favorable con reservas.
- Dirofilariosis grave
y Síndrome de vena cava: Los síntomas son muy evidentes con una
intolerancia al ejercicio máxima, problemas en el sistema respiratorio y cardiaco,
con disneas, epistaxis e insuficiencias cardiacas, pérdida del apetito y de peso. En su
examen clínico se observará anemia, cianosis, tos fácilmente provocable, ascitis,
hidrotorax, hepatomegalia, insuficiencia hepática y renal. En su ECG hipertrofia del
ventrículo derecho y en su examen radiográfico dilatación auricular y ventricular
derecha, las arterias pulmonares ensanchadas, deformadas y con desaparición brusca de los
trayectos arteriales. En el examen laboratorial además de anemia, disminución del
hematocrito y de la proteínas totales, aumento de los glóbulos blancos, de la creatinina
y de los enzimas hep´ñaticos, con un test antigénico altamente positivo. Siendo su
pronóstico reservado. En esta clase debe ser considerado el síndrome de la vena cava,
que constituye una emergencia y debe ser afrontada desde el punto de vista quirúrgico.
Tratamiento:
Se puede realizar:
- Extirpación quirúrgica de
los gusanos: Consiste en la extirpación de los gusanos a través de la vena
yugular. La cirugía es seguida de la eliminación de los gusanos restantes con un
tratamiento adulticida después de permitir que el perro se recupere durante dos o tres
semanas.
- Tratamiento adulticida:
Tiacetarsamida sódica (Caparsolate) a la dosis de 2,2mg/Kg cada 12 horas,
durante dos días seguidos y por vía intravenosa. Si el perro vomita después de
administrarle la tiacerasamida, pero su apetito es bueno y no hay otros signos, se
continúa el programa. pero si se presenta ictericia o vómitos continuos, o no come, se
suspende el tratamiento. Pudiendo iniciarse después de un período de espera de dos a
cuatro semanas. Melarsamina sódica (Immiticide), administración intramuscular en
dosis de 2,2mg7kg (dos inyecciones con un intervalo de 24 horas en los perros con
dirofilariosis subclínica. A la dosis de 2,5 mg/Kg cada 24 horas en dirofilariosis
moderada. A la dosis de 2,5 mg/Kg, administración seguida al mes o dos meses de dos
aplicaciones con intervalos de 24 horas en dirofilariosis grave. Antes de dar el
tratamiento adulticida conviene para prevenir el tromboembolismo limitar la actividad en
D. subclínica, estricto reposo en D. moderada y estricto reposo preferiblemente en jaula
en D. grave. Utilizar aspirina en D. moderada a dosis de 2 a 5 mg/Kg cada 24 horas desde
una semana antes hasta 3 -4 semanas después del tratamiento. Heparina cálcica en D.
grave a dosis de 50IU/Kg cada 12 horas de 1,2 semanas antes hasta 4 - 8 semanas después
del tratamiento. Si hay signos de reacción alérgica debido a la muerte de las filarias,
prednisolona a dosis de 0,5 a 1 mg/Kg durante el tiempo necesario para el control de los
síntomas (tos, fiebre). En casos de D. grave diuréticos (Furosemida) a dosis de 2 - 4
mg7kg iv o im cada 4 - 6 horas, después de la estabilización se puede continuar con
terapia oral a dosis de 2 - 4mg/Kg cada 8 - 12 horas. Captopril a dosis de 0.5 a 2 mg/Kg
cada 8 - 12 horas si no se obtiene la estabilización del paciente con la Furosemida.
hidralazina a dosis de 1 - 2 mg/Kg cada 24 horas si es posible el seguimiento de la
presión arterial, también está indicada la oxigenoterapia. La presencia de lesiones
hepáticas o renales excluyen el tratamiento inmediato.
- Tratamiento microfilaricida:
Después de instaurar el tratamiento adulticida y pasadas de cuatro a seis semanas
se instaura el tratamiento microfilaricida Utilizándose la ivermectina a dosis de 50
microgramos por Kg por vía subcutánea y oral mezclada con propilen glicol. También se
puede utilizar Milbemicina a dosis de 0,5 mg/kg. Al octavo día se realiza una prueba para
ver si detectamos microfilarias, si hay todavía daremos una segunda dosis.
- Tratamiento preventivo:
Se debe realizar desde el comienzo de la época de vuelo de los mosquitos hasta después
de su desaparición. En España se puede considerar que este período se extiende desde
marzo - abril hasta octubre - noviembre, en algunas zonas como el sur de España y
en las islas Baleares y Canarias la temperatura mínima media no baja de 10ºC por lo que
es posible la transmisión a lo largo de todo el año. Se suele utilizar Cardotek-plus
administrada cada 30 días por vía oral a dosis de 6 microgramos por Kg, este producto no
puede utilizarse en perros con microfilarias circulantes, por lo que todos los perros a
los que se de el programa preventivo tienen que ser sometidos previamente a test de
microfilarias.
Dr. José Luís Pazos Boluda

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