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  Huellas de perro.jpg (12614 bytes)  Planificar una camada   Huellas de perro.jpg (12614 bytes)

    Los factores que debemos tener en cuenta a la hora de planificar la camada son los siguientes:

   Consideraciones genéticas: La genética es la parte de la biología que trata de la herencia y lo relacionado con ella y estudia el por qué de los caracteres heredados. Existen tres formas de combinación posible de machos y hembras que dan origen a distintos programas de cría:

  1. In-breeding: Muy común entre los criadores, consiste en la utilización en los programas de cría de machos y hembras estrechamente emparentados. Esta forma muy utilizada hace 15 ó 20 años produjo importantes campeones en muchas razas ya que es una muy rápida manera de fijar las buenas características de los dos progenitores en, al menos, un cachorro de la camada. Hemos de tener en cuenta sin embargo que al igual que fijamos las virtudes se fijan también las características indeseables, por eso este método debe ser utilizado por el criador responsable de forma controlada.
  2. Line-breeding: Consiste en cruzar a la hembra con un macho de la misma familia con el que tiene ancestros comunes en cuarta o quinta generación. Esta fórmula es muy acertada e inteligente siempre que se conozcan todos los machos y hembras que componen el árbol genealógico de hecho y no sólo de palabra, lo cual es bastante difícil sobre todo para el que empieza en una raza. Los más reputados programas de cría se basan en este método utilizando ocasionalmente uno de los otros dos, el primero en caso de ejemplares excepcionales y el tercero para   refrescar la sangre en un momento determinado.
  3. Out-cross: Consiste en cruzar a la hembra con un macho con el que no existe ningún grado de parentesco. El riesgo de esta opción radica en que, al ser los progenitores tan genéticamente dispares, los cachorros pueden resultar igualmente muy distintos.

   Elección del semental: No debemos elegir un perro mediocre, debe de tratarse de un ejemplar típico de la raza, sano y equilibrado. Siendo conscientes además de las virtudes, pero sobre todo de los defectos de nuestra hembra sin dejarnos llevar por apasionamientos absurdos, que no harán más que impedir la buena elección del macho  que tiene que estar enfocada a mejorar lo bueno y contrarrestar lo menos bueno.

   El dueño de la perra tiene que conocer con pelos y señales el pedigrí de la misma así como el del macho que ha elegido, y además conocer a los ejemplares que lo integran y lo que estos han transmitido.

   Es muy recomendable también solicitar del propietario del macho que en los días anteriores a la monta, haga un chequeo completo que incluya un análisis de la calidad y motilidad del semen y descarte cualquier infección a nivel urogenital. Por supuesto la hembra debe encontrarse en las mejores condiciones físicas en el momento de la monta, en su justo punto de peso, bien musculada y sin riesgo de que alguna enfermedad oculta pueda significar posteriores complicaciones durante la gestación, en el momento del parto o en el período de lactancia de los cachorros.

   Se ha demostrado también que lo ideal es que la madre haya sido revacunada contra el coronavirus, parvovirus, moquillo, hepatitis, adenovirus, leptospirosis, tos canina y rabia, en los seis meses anteriores a la fecha prevista para su nacimiento. Además se desparasitará 48 horas antes de la monta.

   Existen varios tipos de cubrición:

  1. La cubrición natural: Ambos ejemplares deben disponer de espacio y tiempo para conocerse y cortejarse. debe haberse tenido la precaución de dejar orinar a la perra con anterioridad para que llegada la hora de la monta se encuentre más cómoda. Ambos deben tener el estómago vacío para evitar riesgos como el de la torsión. En un primer momento el perro tantea a la hembra hasta asegurarse de que su disposición es plena, momento en que ella se queda inmóvil, aparta la cola y eleva la vulva para permitir la penetración. El macho la montará entonces asiendo fuertemente su grupa con las patas delanteras y ejecutará movimientos de impulso con la pelvis, para que el pene, moderadamente erecto, la penetre. El contacto establecido con la penetración forzará unos movimientos de impulso mucho más potentes, ya que el pene se va volviendo cada vez más erecto. Este movimiento se conoce como "respuesta eyaculatoria intensiva" y es cuando el bulbo del pene aumenta considerablemente de tamaño causando la eyaculación. El tamaño del bulbo dentro de la vagina cierra el paso hacia el exterior del pene, lo que da lugar a lo que conocemos como "nudo. Una vez la respuesta eyaculatoria intensiva se completa y el bulbo ha alcanzado su máximo tamaño, el perro desmontará a la hembra, aculándose contra ella o situándose en paralelo. La duración de la cópula varía de un individuo a otro. si durante este período la hembra se encontrase incómoda el propietario debe tranquilizarla hablándole suavemente o acariciándola para evitar que intente desligarse. Una vez deshecho el nudo y ya separados no es necesario, como se creía antiguamente mantener a la perra inmóvil con las patas traseras levantadas por encima del nivel de su cabeza.
  2. Inseminación artificial: Hay muchas circunstancias que justifican el uso de esta técnica que es muy sencilla y se emplea con éxito en muchos países del mundo en el campo de la cinofilia. El primer paso consiste en asegurarse mediante una prueba citológica de que la hembra se encuentra en el momento óptimo. Por otra parte es necesario extraer el semen del macho mediante una estimulación manual, procediendo primero a un masaje del pene a través del prepucio y cuando empieza a formarse el bulbo, echar hacia atrás la piel para dejar el pene al descubierto. En la mayoría de los casos será suficiente ejercer entonces una presión con los dedos índice y pulgar por detrás del bulbo, en otra ocasiones además de ésto habrá que ejercer además ligeros movimientos intermitentes sobre el mencionado bulbo. El proceso de eyaculación es idéntico al de la monta natural. El equipo necesario para esta operación será un contenedor perfectamente esterilizado, mantenido a 38,5ºC para evitar que el cambio de temperatura altere o destruya el semen.

                      - Inseminación artificial con semen fresco: Es la práctica más común, generalmente cuando al macho se le extrae el semen la hembra está incluso presente y se la insemina directamente. Para ello se inserta en la vagina de la hembra una sonda específica para este fin y se aplicará al extremo que queda fuera una jeringa que contenga la totalidad del esperma extraído haciéndolo pasar por el tubo. Para esto es necesario mantener a la perra sobre sus patas delanteras y con las traseras elevadas por encima de la altura a la que tiene la cabeza, durante aproximadamente diez minutos, para posibilitar así que el semen fluya por el tubo hasta el cuello uterino y hacia el útero. Posteriormente se extraerá la sonda y con la mano enfundada en un guante esterilizado, se introducirá el dedo índice por la vulva en la vagina y se estimulará la zona del clítoris, para propiciar las contracciones que ayudarán al transporte del semen hacia su objetivo. Es esencial que a la perra no se le permita orinar en el mayor tiempo posible para evitar que la acción de la orina pueda destruir parte del semen que aún no ha llegado a destino.. Es muy importante mantener en todo momento las más óptimas condiciones de higiene.

                      - Inseminación artificial con semen refrigerado o congelado

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