Los factores que debemos tener en cuenta a
la hora de planificar la camada son los siguientes: Consideraciones genéticas: La
genética es la parte de la biología que trata de la herencia y lo relacionado con ella y
estudia el por qué de los caracteres heredados. Existen tres formas de combinación
posible de machos y hembras que dan origen a distintos programas de cría:
- In-breeding: Muy
común entre los criadores, consiste en la utilización en los programas de cría de
machos y hembras estrechamente emparentados. Esta forma muy utilizada hace 15 ó 20 años
produjo importantes campeones en muchas razas ya que es una muy rápida manera de fijar
las buenas características de los dos progenitores en, al menos, un cachorro de la
camada. Hemos de tener en cuenta sin embargo que al igual que fijamos las virtudes se
fijan también las características indeseables, por eso este método debe ser utilizado
por el criador responsable de forma controlada.
- Line-breeding:
Consiste en cruzar a la hembra con un macho de la misma familia con el que tiene ancestros
comunes en cuarta o quinta generación. Esta fórmula es muy acertada e inteligente
siempre que se conozcan todos los machos y hembras que componen el árbol genealógico de
hecho y no sólo de palabra, lo cual es bastante difícil sobre todo para el que empieza
en una raza. Los más reputados programas de cría se basan en este método utilizando
ocasionalmente uno de los otros dos, el primero en caso de ejemplares excepcionales y el
tercero para refrescar la sangre en un momento determinado.
- Out-cross: Consiste
en cruzar a la hembra con un macho con el que no existe ningún grado de parentesco. El
riesgo de esta opción radica en que, al ser los progenitores tan genéticamente dispares,
los cachorros pueden resultar igualmente muy distintos.
Elección del
semental: No debemos elegir un perro mediocre, debe de tratarse de un ejemplar
típico de la raza, sano y equilibrado. Siendo conscientes además de las virtudes, pero
sobre todo de los defectos de nuestra hembra sin dejarnos llevar por apasionamientos
absurdos, que no harán más que impedir la buena elección del macho que tiene que
estar enfocada a mejorar lo bueno y contrarrestar lo menos bueno.
El dueño de la perra
tiene que conocer con pelos y señales el pedigrí de la misma así como el del macho que
ha elegido, y además conocer a los ejemplares que lo integran y lo que estos han
transmitido.
Es muy recomendable
también solicitar del propietario del macho que en los días anteriores a la monta, haga
un chequeo completo que incluya un análisis de la calidad y motilidad del semen y
descarte cualquier infección a nivel urogenital. Por supuesto la hembra debe encontrarse
en las mejores condiciones físicas en el momento de la monta, en su justo punto de peso,
bien musculada y sin riesgo de que alguna enfermedad oculta pueda significar posteriores
complicaciones durante la gestación, en el momento del parto o en el período de
lactancia de los cachorros.
Se ha demostrado
también que lo ideal es que la madre haya sido revacunada contra el coronavirus,
parvovirus, moquillo, hepatitis, adenovirus, leptospirosis, tos canina y rabia, en los
seis meses anteriores a la fecha prevista para su nacimiento. Además se desparasitará 48
horas antes de la monta.
Existen varios tipos
de cubrición:
- La cubrición natural: Ambos
ejemplares deben disponer de espacio y tiempo para conocerse y cortejarse. debe haberse
tenido la precaución de dejar orinar a la perra con anterioridad para que llegada la hora
de la monta se encuentre más cómoda. Ambos deben tener el estómago vacío para evitar
riesgos como el de la torsión. En un primer momento el perro tantea a la hembra hasta
asegurarse de que su disposición es plena, momento en que ella se queda inmóvil, aparta
la cola y eleva la vulva para permitir la penetración. El macho la montará entonces
asiendo fuertemente su grupa con las patas delanteras y ejecutará movimientos de impulso
con la pelvis, para que el pene, moderadamente erecto, la penetre. El contacto establecido
con la penetración forzará unos movimientos de impulso mucho más potentes, ya que el
pene se va volviendo cada vez más erecto. Este movimiento se conoce como "respuesta
eyaculatoria intensiva" y es cuando el bulbo del pene aumenta considerablemente de
tamaño causando la eyaculación. El tamaño del bulbo dentro de la vagina cierra el paso
hacia el exterior del pene, lo que da lugar a lo que conocemos como "nudo. Una vez la
respuesta eyaculatoria intensiva se completa y el bulbo ha alcanzado su máximo tamaño,
el perro desmontará a la hembra, aculándose contra ella o situándose en paralelo. La
duración de la cópula varía de un individuo a otro. si durante este período la hembra
se encontrase incómoda el propietario debe tranquilizarla hablándole suavemente o
acariciándola para evitar que intente desligarse. Una vez deshecho el nudo y ya separados
no es necesario, como se creía antiguamente mantener a la perra inmóvil con las patas
traseras levantadas por encima del nivel de su cabeza.
- Inseminación artificial:
Hay muchas circunstancias que justifican el uso de esta técnica que es muy sencilla y se
emplea con éxito en muchos países del mundo en el campo de la cinofilia. El primer paso
consiste en asegurarse mediante una prueba citológica de que la hembra se encuentra en el
momento óptimo. Por otra parte es necesario extraer el semen del macho mediante una
estimulación manual, procediendo primero a un masaje del pene a través del prepucio y
cuando empieza a formarse el bulbo, echar hacia atrás la piel para dejar el pene al
descubierto. En la mayoría de los casos será suficiente ejercer entonces una presión
con los dedos índice y pulgar por detrás del bulbo, en otra ocasiones además de ésto
habrá que ejercer además ligeros movimientos intermitentes sobre el mencionado bulbo. El
proceso de eyaculación es idéntico al de la monta natural. El equipo necesario para esta
operación será un contenedor perfectamente esterilizado, mantenido a 38,5ºC para evitar
que el cambio de temperatura altere o destruya el semen.
- Inseminación artificial con semen fresco: Es la práctica más común, generalmente
cuando al macho se le extrae el semen la hembra está incluso presente y se la insemina
directamente. Para ello se inserta en la vagina de la hembra una sonda específica para
este fin y se aplicará al extremo que queda fuera una jeringa que contenga la totalidad
del esperma extraído haciéndolo pasar por el tubo. Para esto es necesario mantener a la
perra sobre sus patas delanteras y con las traseras elevadas por encima de la altura a la
que tiene la cabeza, durante aproximadamente diez minutos, para posibilitar así que el
semen fluya por el tubo hasta el cuello uterino y hacia el útero. Posteriormente se
extraerá la sonda y con la mano enfundada en un guante esterilizado, se introducirá el
dedo índice por la vulva en la vagina y se estimulará la zona del clítoris, para
propiciar las contracciones que ayudarán al transporte del semen hacia su objetivo. Es
esencial que a la perra no se le permita orinar en el mayor tiempo posible para evitar que
la acción de la orina pueda destruir parte del semen que aún no ha llegado a destino..
Es muy importante mantener en todo momento las más óptimas condiciones de higiene.
- Inseminación
artificial con semen refrigerado o congelado

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