mailto:angdemons@hotmail.com                                                 mailto:angelicaldemons@yahoo.es

Principal Angelical Demons Everquest La Prisión Age Of Empires II Warcraft II Unreal Tournament Lo Que Viene

 

Atras

VERDADEROS NO MUERTOS

                Esta historia comienza en los limites de Kaladim donde muchos aventureros buscan una caza diferente a la habitual, esqueletos, de ellos se pueden extraer distintas cosas, como por ejemplo: dinero que tienen entre sus viejos ropajes, tal vez armas que puedan envainar o casi siempre huesos, que son muy solicitados tanto por mercaderes como por nigromantes, que por la escasez de tiempo en sus viajes pagan importantes sumas por estos.

Cierto día yo me encontraba negociando con un mercader, intentando venderle una gran cantidad de huesos de esqueleto, que había recogido tras mi batalla en la "Skeletor Tower" (Torre de esqueletos) situada cerca de los limites de Kaladim, cuando escuché a dos viajeros hablar sobre un santuario de esqueletos gigantes, donde el mal abundaba y también los esqueletos, me pareció una buena idea, ya que el mercader seguía pagándome una miseria por aquellos sucios huesos, así que decidí interrumpir, les transmití mi intención de acompañarles y mis deseos de luchar a su lado, por tan noble causa como el exterminio de tan maligna estirpe de sucios esqueletos. Ellos aceptaron de inmediato al reconocerme como Paladín, ellos eran Darmatar ranger semielfo y una elfa llamada Sitoriel druida muy poderosa, así que hicimos los preparativos comprando comida, bebida y otros neceseres, dado que el viaje era largo. Cuando estuvimos preparados, partimos, nos guiaba Darmatar que al parecer se conocía todo el paraje a la perfección, nos condujo por parajes que yo jamás había visto, y eso que yo soy de Kaladim y conozco sus bosques, el viaje no peligro nuestra integridad, dado que rodeo todo campamento Goblin y Orco que encontrábamos en el camino. Al fin tras subir uno de los últimos e interminables montículos de roca, lo divisamos, era impresionante al mismo tiempo que aterrador, Darmatar parecía no sorprenderse puesto que ni tan solo se detuvo a coger aliento como Sitoriel y yo. Así que seguimos a este valiente semielfo hasta casi el borde de este santuario, donde paramos a descansar, ya que además de impresionados por tan horrendo paraje, estabamos exhaustos por tan largo viaje, tras una media hora de descanso, siempre con uno de nosotros en guardia permanente,  nos levantamos y nos preparamos para la futura y no lejana lucha, todos estabamos en silencio y una extraña y fría sensación recorría nuestras entrañas, no era miedo, puesto que esta sensación si la conocía y no se asemejaba, era algo ambiental, que nos empapaba de frío, era el mal que surgía de todos los sitios incluso de la última piedra del lugar.

 

Tras unos minutos de preparativos, decidimos que era el momento de iniciar nuestra ofensiva, por lo que comenzamos a acercarnos hacia el santuario; a medida que nos acercábamos la sensación era más intensa, puedo asegurar que cuando estabamos a tan solo unos 10 metros mis piernas incluso flojeaban, era una sensación desagradable; de repente Darmatar se detuvo, desenvaino su espada, y se dirigió a nosotros solo con gestos y en el más absoluto de los silencios: nos dijo que nos quedáramos retrasados y que desenvaináramos; así lo hicimos, él siguió avanzando hasta incluso meterse dentro del santuario, nosotros estabamos anonadados de contemplar la valía de este hombre, que parecía estar acostumbrado a este tipo de cruzadas contra el mal. Al momento lo vimos correr enagenadamente hacia nosotros, ahora si con una cara de espanto, que ya nos lo decía todo, era perseguido por tres gigantescos (más aún para un enano como yo), aterrorizántes y malignos esqueletos, que corrían en estampida y en busca de justicia letal, por la intrusión en su santuario, hacia nuestro amigo; corrimos a socorrerlo, Sitoriel lanzo un par de conjuros que consiguieron paralizar a uno de los esqueletos, yo ataque a otro y Darmatar al restante, Sitoriel corrió a socorrer a Darmatar que tras varios ataques había quedado bastante debilitado, yo tras darle un fuerte golpe con el escudo, logré aturdir al gran esqueleto y propinarle varios golpes de espada que le resultaron fatídicamente mortales; mientras tanto Sitoriel sufría la encarnizada ira de aquel salvaje esqueleto que empuñaba una espada bastarda de dos manos, que hacia estragos en el cuerpo de mi amiga, yo lance un hechizo de miedo a los no muertos para lograr que la dejara a ella, el tiempo suficiente para poder apartarla de la lucha, puesto que ya incluso se tambaleaba, pero no resulto debido a que la resistencia mágica de aquellos esqueletos era superior a ninguna que hubiera conocido; así pues, decidí atacar al enorme esqueleto, le aseste un golpe de escudo y logre que se dirigiera hacia mi, separándolo de mi amiga, que al parecer yacía en el suelo en estado de inconsciencia, golpee una vez tras otra a aquel esqueleto, pero no lograba mermar sus fuerzas, así que opte por otra táctica, comencé a golpearlo tan solo con el escudo para aturdirlo y así poder evitar sus ágiles esquivas que imposibilitaban mi ataque, logre hacerlo un par de veces, en las que le aseste golpes de inmensa potencia, al fin logre tumbar al horrendo monstruo, y corrí urgentemente a socorrer a Sitoriel, ella aún no estaba muerta por lo que le lance varios conjuros de curación hasta que logro levantarse; pero faltaba alguien, ¿dónde estaba Darmatar? ¿qué había sido de el?, ambos nos hicimos estas preguntas, mientras pensábamos que tal vez, no , no podía ser, o si, tal vez se hubiera metido en el templo, así que decidimos acercarnos un poco para comprobar que la multitud de golpes no nos había hecho desvariar ya que ni tan siquiera los locos son capaces de atrocidad igual, entrar en ese santuario era sinónimo de muerte; ambos nos asomamos, ahora si que sentíamos miedo, era una tarea aterradora; nos asomamos, y lo primero que encontramos fue el cuerpo de nuestro amigo rodeado por dos esqueletos que custodiaban el cadáver, al vernos comenzaron a gritar y a correr hacia nosotros, con una risa ensordecedora que parecían utilizar a modo de alarma, intentamos huir pero dos esqueletos más nos cortaron el paso, y nos obligaron a enzarzarnos en una desequilibrada pelea, que llevaba nuestro nombre escrito en sangre desde su inicio, así pues comenzamos la pelea, ambos atacamos al mismo para así lograr derrotarlo y eliminar un ataque seguro, abriendo también una vía de escape, tras varios golpes, hechizos, curas, etc… logramos tumbar a uno que callo en mil pedazos tras el golpe de látigo que le asesto Sintoriel, pero no había espacio y nuestras fuerzas comenzaban a mermar, ni a ella ni a mi nos quedaba mana suficiente para ejecutar ningún hechizo, lo habíamos agotado intentando inutilmente curarnos y protegernos, Sitoriel comenzaba a flaquear y a mi no me quedaban muchas fuerzas, conseguimos tumbar a un segundo esqueleto partiéndole ambos femurs de un solo golpe, pero aún quedaban dos y estaban intactos, tan solo un poco cansados por atacarnos, intente cegar a uno pero fue inútil, en ese mismo momento Sitoriel cayo al suelo, en un letargo que comenzaba a acercarse a una muerte, si yo no lograba que dejaran de golpearla, comencé a golpear, insultar, incluso saltar y correr para llamar su atención, hasta que por fin me hicieron caso y ambos comenzaron a destrozarme a golpes, tras cebarme con uno solo y asestarle más de diez series de ataques de espada y escudo, logre eliminar a uno, pero yo no tenia suficiente fuerza por lo que me impuse las manos para curar mis ensangrentadas heridas, así fue de repente recuperé toda mi vitalidad y con un sentimiento de ira, comencé a asestar golpes casi mortales a este esqueleto, que ya comenzaba a tambalearse, pero de repente deje de poder moverme, una aura roja me envolvía y me quemaba mientras el sucio esqueleto seguía golpeándome sin piedad alguna. Pude girarme y allí horrorizado pude observar a su "Rey" que era quien me hechizaba y quien me asestaba aquellos golpes mortales que tras tan solo unos segundos me hicieron caer; de repente, ya en el suelo, una luz comenzó a inundar mi cuerpo, creí estar muerto, pero note como esa luz comenzaba a llenarme de energía, y comencé a levantarme y cuando pude alzar la vista vi al "Rey " y a su súbdito, tendidos en el suelo y despedazados, al fondo solo la silueta de un hombre de talla grande, con una armadura azul y una espada de llamas, que corría, aun rodeado de luces mágicas, hacia las rocosas montañas hasta desaparecer, tan solo un enorme gracias en mi mirada, mientras anonadado veía a Sitoriel levantándose y a Darmatar saliendo del Santuario sin tan siquiera un rasguño, cuando se lo conté no creían lo que oían pero era evidente que algo poco normal había pasado.

 

*Nota: "Hombre Precavido, Hombre Vivo".

 

ESCRITO POR: Sharka (Enano Paladín) CLAN: Angelical Demons (Españoles) SERVER: Ayonae Ro

FECHA: 02 Enero de 2001.

  Si tenéis alguna historia o queréis comentar algo sobre las aquí expuestas, tan solo tenéis que escribirnos a uno de los mail que se encuentran en la cabecera.Gracias.