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FEDERICO ACOSTA
A PUENTE GENIL Y SONETOS
En esta página encontrarás
las siguientes poesías:
El Cristo de la Humildad
Después de condenado en burdo
juicio,
coronada tu frente por espinas,
sobre tu misma mano la reclinas
en el breve descanso del suplicio.
¿Qué se esconde, Señor,
bajo tu frente?
¿Qué piensas mi Señor
en ese instante?
¿Es acaso, Jesús, que no
es bastante
hacerte condenar, siendo inocente?
Sólo a tus jueces la condena infama
por el torpe baldón de su sentencia,
y todo el orbe con ardor se inflama
al noble resplandor de tu inocencia.
Y para siempre con amor te aclama,
Señor de la Humildad y la Paciencia.
Los Romanos
Reflejo de los cascos imperiales
flotar de sus penachos en el viento,
brillante formación en movimiento
al compás de los sones mas marciales.
Espejo de los bravos centuriones
al viento la bandera desplegada
os aplaude la gente entusiasmada
temblando de emoción los corazones.
Para siempre enterrada por la historia
la Roma de los Cesares caída,
envidia sentirá por vuestra gloria
al veros desfilar como romanos
porque cobra su Imperio nueva vida
en vuestra eterna fe como cristianos.
A la Virgen de la Amargura
La Virgen de la Amargura
lleva una pena tan grande
que va regando dolores
que en el alma no le caben.
¡Oh! Madre de la Amargura
llena de dolor las calles
que los pechos pontanenses
para guardarlo se abren.
Amarguras de tu alma
repártelas como Madre,
dame un poco de tu pena
si quieres que yo me salve,
que el dolor de tus dolores
mi alma también abrase
que quiero sufrir contigo
para aprender a adorarte.
Yo quiero de tu amargura
el dolor que quieres darme
porque quiero ser yo tu hijo
para que tu seas mi madre.
La Virgen de la Amargura
lleva una pena tan grande
que va regando dolores
que en el alma no le caben.
Hijo de Dios
Cristo agoniza en el Gólgota
entre suplicios y agravios
y sólo dicen sus labios
un: ¡Perdónalos Señor!
Pide a Dios por sus verdugos
y en ese gesto elocuente
nos da la prueba evidente
de que es El, el mismo Amor.
Ha muerto. En el Calvario
un fenómeno acontece,
todo de pronto obscurece
en torno de aquella cruz;
con sus tinieblas nos dice
la sabia Naturaleza,
en su sublime grandeza,
que de Cristo era la Luz.
Ya abandonó su Sepulcro.
Yo resucitaré, dijo,
y entonces lo que predijo
fue auténtica realidad;
y en esa resurrección
de su Majestad divina
nos confirma la doctrina
de que El, era la Verdad.
Es Amor cuando agoniza,
Luz, porque falta si ha muerto,
Verdad, su sepulcro abierto
¿Quién puede dudar de Vos?
Amor, Luz, Verdad. ¿No es eso
lo que Jesucristo encierra?
¿Quién habrá pues
en la tierra
que no diga: Hijo de Dios?
Puente—Genil 1950
El Domingo de Romanos
Rebosa de Primavera
el obscurecido cielo,
tachonado con estrellas
y sembrando de luceros;
lágrimas de luz de plata
van del espacio cayendo,
acariciando la noche
con sus brillantes reflejos,
noche de aroma y perfumes
de nardos y limoneros,
de claveles reventones
que se desangran en tiestos.
La bella noche andaluza
ha quebrado su silencio;
los trinos de un pasodoble
lanzan al aire sus ecos
y el redoble del tambor
lo va transportando el viento.
Una reja se entreabre
que oculta unos ojos negros
y unos labios femeninos
musitan casi en silencio:
—Son los romanos que suben
a cantar al Nazareno.
Y el pasodoble se apaga
ahogándose en el silencio
y de sus notas resurge
de un miserere el lamento
que va pintando en la noche
la emoción y el sentimiento;
y cuando la última nota
quiere apagarse en sus ecos,
una saeta valiente
se quiebra con voz de duelo.
—Son los romanos que vienen
a rendirse al Nazareno
Con la última bengala
ya se ha emprendido el regreso
y el pasodoble desgrana
de vuelta los mismos ecos.
Ya regresan los romanos
a cobijarse en su Imperio
envueltos en sus capuchas
y con su bandera al viento
y al descender de la Ermita
todos se quedan diciendo:
—Son los romanos que vienen
de rendirse al Nazareno.
Y la calle despoblada
se va llenando al momento
de los curiosos que acuden
a presenciar el cortejo.
Son los romanos que vienen
de amplias túnicas envueltos,
de pálidos colorines
que la noche vuelve negros;
al compás de un pasodoble
que redobla bullanguero,
verde y roja su bandera
agitada por el viento,
iluminando la calle
con bengalas, que su fuego
va salpicando luciérnagas
que se apagan en el suelo.
—Son los romanos que suben
a cantar al Nazareno.
En la Ermita de Jesús,
que cubre el dosel del Cielo,
resaltando su blancura
entre pálidos reflejos,
hacen un alto en la marcha
los Romanos del Imperio.
A D. José Regojo
Galicia le brindó noble solar
para adornar mejor su nacimiento,
mas Castilla le presta el pensamiento
enseñándole un mundo a
conquistar.
Y ya conquistador, brillante estela
Capitán de la Industria lo proclama,
y pueden dar testimonio de su fama
Fermoselle, Zamora y Redondela.
Y ampliando la misión conquistadora
se lanza a la conquista del amigo,
con su franca amistad acogedora,
y amigo de Regojo en esta hora
no hay quien deje de serlo en este Vigo
ni quien deje de serlo allí en
Zamora.
Al Magistral
A D. Francisco Romero López
Aunque nace en El Barco es salmantino
siempre del Tormes en la misma orilla;
verso y sotana para andar Castilla
le da patria y honor Vitigudino.
Del Cielo y de la Tierra, en su equipaje
versos,
leyendas, cuentos y sermones,
a Zamora la ensalza en bendiciones
con su pluma rindiéndole homenaje.
Maestro en la enseñanza y el saber,
maestro en el arte de escribir,
maestro en el hablar y en el decir
maestro de maestros llegó a ser;
por eso es Arcipreste en Cateral
pero el pueblo le llama: "El Magistral"
La figura del sábado
A D. Francisco Romero
La figura del sábado triunfa
en desfile, semana tras semana,
en versos perfiló la traza humana
del hombre que luchó por su historial.
Mas este año a tan buen documental
faltaba una figura zamorana;
la figura era envuelta en la sotana
de un noble vate insigne: el Magistral.
Sacerdote, poeta y caballero,
es la triple razón merecedora;
pues a esto dedicado por entero,
su palabra brilló deslumbradora,
plasmando el pensamiento verdadero,
al servicio de Dios y de Zamora.
Despedida
En la marcha a Madrid del farmacéutico
de Tábara
Camino de Madrid, Manolo y Charo
de estos buenos amigos ya se alejan
y llenos de pesar aquí nos dejan,
sin Folguera y julepe, en desamparo.
Y aunque mucho su marcha lamentamos
de Tábara a Madrid, porque mejora
y tiene una farmacia redentora,
de su buen porvenir nos alegramos.
¡Que le vamos a hacer! Son los
vaivenes
conque siempre se marcha en esta vida,
de venir y marchar los parabienes,
de vivir en eterna despedida,
con julepe o sin el, los mil belenes
gozando una amistad que no se olvida.
A un historiador
A Enrique Fernandez—Prieto Dominguez
Pescador de romances para la Historia.
Buceador de la historia infatigable
su fuente la encontró en el Romancero
pues siendo zamorano es lo primero
donde se ha de buscar como historiable.
Y pescando romances en el río
de poemas históricos revuelto
fundó en un libro lo que andaba
suelto
salvándolos así del extravío.
Es un tributo al pueblo zamorano
de un enamorado de su historia
que deja en esto su perfil humano,
de dar al mundo el testimonio vivo
sacando a relucir toda la gloria
que estaba escondida en el archivo.
A un sacerdote que hacía juegos
de manos
Prestidigitador de alma sencilla
en sus ágiles dedos la destreza,
la magia, la ilusión y la belleza
buscando la inocente maravilla.
Y en su vida normal y cotidiana
sacerdote ejemplar, siempre al servicio
de cuanto exige amor y sacrificio
al que ha de predicar con la sotana.
Y Dios quiso también al prestimano
y en ágiles dedos se levanta
en la forma sublime de Hostia Santa,
el camino divino que en lo humano,
mueve a hacer realidad la fantasía
de un milagro y verdad: La Eucaristía.
A la capa
Dedicado a mi amigo D. Alipio Perez Tabernero,
Presidente de la Peña Salmantina,
por caballero y por tradición hombre
de capa.
Negra, parda o azul era lo mismo
para esculpir su paño la elegancia,
pues la capa llevaba su importancia
en la gracia especial de su tipismo.
Llevarla un elegante era esnobismo,
llevarla un militar daba arrogancia,
llevarla un caballero era jactancia,
llevarla un español fue patriotismo.
Sin embargo en espiral la hizo caricia
para ser el amor del caballero
y en el manto real se hizo justicia,
mas el trono dejó por lo castizo
y con ella el que quiso fue chispero
o padrino de rumbo en un bautizo.
Al Viti
El toro se ha prendido en su muleta
resoplante, su espuma salpicando
el diestro en espiral lo va guiando
hábil dominador, figura quieta.
Humilde su testuz el toro humilla,
y el pase gira, largo, bajo y lento
y del diestro a los pies llega el aliento
de la res, al besar la zapatilla
Silencio abrumador en los tendidos
y un nudo de congoja en la garganta
y cada pase con que el diestro aguanta
aumenta el corazón en sus latidos.
¿Quién torea así,
tan colosal?
Es El Viti toreando al natural.
A una Princesa enamorada
A la Princesa Margarita de Inglaterra,
cuando anunció que no se casaba.
( De "Tres minutos ante el micrófono).
Margarita del mundo te deshoja..
—si... no.. Frívola y torpe muchedumbre
sólo porque Princesa de alta cumbre
el mirar hacia abajo no os enoja.
Para mí, gran Princesa, es paradoja
que el mundo a ver no llegue en tal costumbre
que la curiosidad es pesadumbre
con que el alma enamorada se acongoja.
Si romántico amor de azul poema
quiso el hado escribir en noble escudo
el regalo mejor, es la diadema
de ser ante el amor un pueblo mudo,
porque ante él gran dama no hay
razones
solo deben hablar los corazones.
AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001
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