LAS MARZAS SEGÚN SE CANTABAN EN EL PUEBLO DE BEZANA (BURGOS)


Revista de Folklore (Jaime L. Valdivielso Arce)         
(La Fundación Joaquín Díaz, de la Diputación de Valladolid)  

   

Una de las tradiciones más arraigadas en la provincia de Burgos han sido las Marzas.

Todos los años, la última noche del mes de febrero, todos los mozos salían a la calle a cantar las Marzas, anunciando el inicio del mes de Marzo, la llegada de la primavera, estación fecunda y rondando con sus canciones que exaltaban la feminidad de las mozas y al mismo tiempo haciendo postulación, como lo habían hecho sus antepasados con motivo de la misma fecha.

En la provincia de Burgos son muy conocidas las Marzas de muchos pueblos de la Ribera del Duero, partidos de Aranda de Duero y de Roa de Duero y de Lerma. Quizá sea el partido de Lerma el que cuente con más pueblos en los que ha existido esta costumbre.

Hay algunos pueblos que se han distinguido no sólo por haber conservado esta antigua tradición, sino por haberla divulgado y haber creado un gran interés en el público por estas manifestaciones folklóricas.

Pueblos como Baños de Valdearados, Villanueva de Gumiel, Tordómar, etc. merecen todos nuestros elogios por los esfuerzos que han hecho para conservar el legado tradicional que representa una costumbre como la de cantar las Marzas

Todos estos pueblos se encuentran en la mitad sur de la provincia de Burgos.

La zona norte de Burgos, que también es muy rica en manifestaciones folklóricas parece que quedaba olvidada al recordar la tradición de las Marzas como si en ella no existiera esta costumbre.

Por eta razón presento ahora unas Marzas localizadas en el norte de la provincia, zona en la que apenas había noticias de que hubiera existido.

Es una aportación sencilla que viene a enriquecer un poco más el tesoro de la cultura popular que heredamos de nuestros antepasados y que debe hacernos cuestionar nuestro interés y cuidado por conservarlo.

BEZANA es un pueblo pequeño que en sus mejores tiempos lo habitaban unos 40 vecinos, distribuidos en tres barrios muy diferenciados con sus casas disgregadas en un hermoso valle en la falda del monte Carrales,entre un espeso monte de hayas y una dilatada pradera siempre verde y fresca, que contrasta ya con el paisaje seco de la meseta castellana, más al sur. Bezana da nombre al Valle Valdebezana al que pertenece, cuya capitalidad ejerce Soncillo, que ha sido centro comercial de aquella zona. Muy próximo está el pantano del Ebro y el puerto del Escudo, que hace de línea divisoria con la provincia de Cantabria.

Como los pueblos próximos de Cantabria, Bezana y sus pueblos vecinos se dedican fundamentalmente a la ganadería, pues la abundancia de pasto en sus prados favorece este trabajo, quedando el cultivo del cereal en un segundo lugar, siendo de muy buena calidad sus patatas, a cuyo cultivo ha dedicado la mayor parte del terreno cultivable.

Aunque en primavera y en verano el clima es muy agradable atrayendo a no pocos habitantes del país vasco, los inviernos son muy duros y prolongados. Por ser un núcleo de población muy pequeño y por la poca ayuda y protección recibida para adaptar sus recursos a sistemas modernos de producción no ha podido remontar las crisis de despoblación y muchos de sus habitantes especialmente los jóvenes han emigrado, quedando el pueblo en una situación difícil ya que en la actualidad sus pobladores habituales son todos jubilados.

En el aspecto tradicional, BEZANA, sus hombres y mujeres han conservado hasta donde han podido sus costumbres, su cultura popular, sus fiestas, sus canciones, como lo muestran los ejemplos que hoy presento.

Cuando yo recogí este material en el año 1964, existían en el pueblo varios músicos que eran llamados de muchos pueblos para amenizar sus fiestas patronales con su música, boleros, pasodobles, pasacalles, e incluso los bailes más modernos. y aunque en aquellos años ya no ejercía su oficio, pues era anciano, vivía en el pueblo Estanislao Ruiz, dulzainero que durante su vida había recorrido todos los pueblos del valle amenizando las fiestas con su dulzaina, que conservaba como oro en paño.


Además de la costumbre de las Marzas, todavía se conservaban las de hacer la matanza, reunidos por familias, con la práctica de llevar a los familiares "la ración" y también a las autoridades del pueblo, Sr. cura, maestro, etc.

Era corriente entonces celebrar los carnavales, en cuyas fechas salían los "chamarros", mozos y mozas disfrazados que hacían cuestación para después celebrar una merienda con lo que les daban en cada casa.

Los niños, desde los más pequeños hasta los que estaban en edad escolar, el día de Pascua recibían de sus padrinos el "hornazo", pan o rosco que se confeccionaba para esta ocasión, relleno de torreznos, chorizo y huevos y que los niños comían en la tarde de Pascua de Resurrección, juntos en las eras del pueblo o en la pradera cercana al pueblo.

Los mozos y casados practicaban con mucha afición, principalmente los domingos y las fiestas, después de la misa y durante toda la tarde el tradicional juego de los bolos en un juego de bolos cubierto, anejo a la cantina, bolera en la que faltaban partidas, dados los constantes desafíos entre las cuadrillas, que imprimían interés y gran animación entre los jugadores.

Por su proximidad a la región montañesa de la actual Cantabria, Bezana, participaba en gran manera de las costumbres típicas de la montaña, estando su vida comercial y social polarizada entre Soncillo, capitalidad del Valle de Valdebezana y Reinosa, el centro comercial más importante de comarca.

Todas las características que hemos apuntado se ven reflejadas en las canciones tanto de las Marzas como en las otras que ofrecemos.

Una enseñanza y conclusión he sacado después de haber hecho la transcripción de estas canciones y romances: La riqueza folklórica, el tesoro de cultura popular que ha habido escondido en los pueblos más pequeños es incalculable. La sorpresa que supone encontrar un hombre de pueblo, sin apenas cultura, que recite o cante el ARADO, con sus numerosas estrofas, sin fallarle la memoria y dando a su voz el tono característico de una canción de matiz religioso y que ese mismo hombre cante a renglón seguido otra serie de estrofas de carácter picaresco y hasta obsceno, con el mismo entusiasmo, es el premio que más satisface a quien va buscando en cada rincón del alma popular su manifestación más genuina.

Aún quedan en muchos de nuestros pueblos, canciones, romances, coplas, refranes son recoger, que si nadie lo remedia se perderán. Aquí van algunos de los frutos recogidos en un pequeño pueblo de la provincia de Burgos llamado BEZANA.