Con ello completaremos otros lugares en Internet de nuestra Asociación "Sacra Virginitas".Estos lugares los encontrareis recomendados en distintos sitios de esta web y concretamente en el apartado ENLACES:
"El cardenal de Londres (Hume) vio entrar a un niño en la catedral.
Vio cómo iba de un lado para otro, se ponía de rodillas, se levantaba,
marchaba a otro lugar, y hacía lo mismo.
Cuando ya salía hacia la calle, el cardenal fue a su encuentro y
le preguntó qué había estado haciendo.
El niño respondió: Le he dicho a Dios que le amo
desde 42 sitios distintos"
(Cabodevilla, Hacerse como niños, BAC, 1994, p.264)
Expresar nuestra actitud orante a Dios, a DIOS PADRE, es complejo, lo abordaremos desde varias perspectivas:
En este caso:
Desde la tradición Bíblica, que sugiere un volver al origen fontal de la revelación de DIOS PADRE: el Evangelio y desde ahí, escuchar y estudiar el interior de Jesús, rostro y palabra del PADRE: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Jn.. 14, 9), e iniciar ese PEREGRINAR HACIA EL PADRE, hacia la casa del PADRE, hacia la casa de la FAMILIA:
"Peregrinación que afecta a lo íntimo de la persona, prolongándose después a la comunidad creyente para alcanzar la humanidad entera".
Por ello tendremos en cuenta nuestra realidad personal desde:
* Desde la Psicología, ciencia del siglo XX, plenamente instaurada en el XXI, que en una cultura occidental racionalista da pautas de la intimidad del ser humano..
* Desde la Psicología Religiosa, en cuanto a su objeto de estudio: el hecho religioso y la respuesta religiosa del hombre en el mundo de la naturaleza y de la cultura. "El hombre no es el espacio vacío en el que resuena la Palabra y al que desciende la gracia, sino que, en las operaciones subjetivas del hombre, DIOS EN SÍ SE HACE DIOS PARA ÉL" .
Al inicio de esta reflexión sobre el creyente como ORANTE -persona en oración desde la escucha de la PALABRA- se nos despiertan siempre sentimientos múltiples y de contraste (la impotencia, la angustia, el gozo, la plenitud, la incertidumbre, la oscuridad y la luz... )
"Tened mucho cuidado de vosotros mismos; puesto que no visteis
figura alguna el día en que Yahvéh os hablo en el Horeb de en medio
del fuego, no vayáis a prevaricar y os hagáis alguna escultura de
cualquier representación que sea: figura masculina o femenina,
figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de las aves que vuelan
por el cielo, figura de alguno de los reptiles que serpentean por el suelo, figura
de los
peces que hay en las aguas debajo de la tierra.Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol la luna, las estrellas
y todo el ejército de los cielos , no vayas a dejarte seducir y
te prosternes ante ellos para darles culto.. Eso se lo ha repartido
Yahvéh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo,
pero a vosotros os tomó Yahvéh y os sacó del crisol del hierro,
de Egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo sois ahora".
( Deuteronomio 4, 15-20)
Ya vemos en el primer discurso de Moisés que nos introduce en el análisis de la "religión de los padres", que el ser humano es interpelado por su realidad histórica, sus fantasmas del reino individual de lo imaginario y su contexto sociocultural.
La revelación de Dios en la religión del Antiguo y Nuevo Testamento será siempre una religión histórica. De ahí que no es posible una "experiencia de Dios" en el hombre fuera de un lugar histórico social y cultura. Esto continua siendo una realidad para nosotros "creyentes en el siglo XXI",
"En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios" (Jn 1,1).
"Envió a su Hijo, la Palabra eterna, que alumbra a todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la intimidad de Dios. Jesucristo, Palabra hecha carne... habla las palabras de Dios" (DV, 4).
"En darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar" (Juan de la Cruz).
La profesión de fe de la Iglesia: La Palabra era Dios.
La experiencia de la Iglesia: La Palabra se ha hecho carne en Jesús de Nazaret.
En Jesús-Palabra se realiza el proyecto creador de Dios, con el que se abre una época nueva para la humanidad.
CAER EN LA CUENTA DE QUE SOMOS:
MARÍA, LA OYENTE DE LA PALABRA
"María es la Virgen oyente, que acoge con fe la Palabra de Dios" (Marialis Cultus 17).
- En María, imagen de la Iglesia, laa Palabra encuentra acogida. No vuelve a Dios vacía (cf. Is 55,11).
- María mantiene un diálogo &íntimo con la Palabra que se le ha dado. "María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón" (Lc 2,19).
- María deja que la Palabra ocupe toodo su espacio interior. Desde el corazón la Palabra unifica toda su persona.
- La Palabra se hace carne en la tierra de una mujer, de una madre. La Palabra se convierte en su palabra, ofrecida gratuitamente al mundo.
- María no exige la comprensióe;n inmediata de la Palabra, porque eso es cerrar el camino a Dios (cf. Lc 2,50).
¿CÓMO SER OYENTES HOY?
* Mirando a Jesús, que es "Camino, Verdad y Vida" y tiene palabras de vida de vida eterna .
*Viviendo de acuerdo con lo que oímos: "El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca" (Mt 7, 24).
* Abriendo los oídos al momento histórico que nos toca vivir, a los signos de los tiempos, para escuchar "los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres" (Gaudium et Spes, 1) y poder ofrecer desde ahí un relato de salvación.
* Reuniéndonos en comunidad para escuchar juntos la Palabra de Dios (Sacrosanctum Concilium 35.106) y poder después proclamarla.
"Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos" (1Jn 1,3).
Como orantes tenemos una actitud de agradecimiento a Dios. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo ". Estas palabras de la Carta a los Efesios revelan el eterno designio de Dios Padre, su plan de salvación del hombre en Cristo. En un plan universal, que comprende a todos los hombres creados a imagen y semejanza de Dios. Todos, así como están incluidos " al comienzo " de la obra creedora de Dios, también están incluidos eternamente en el plan divino de la salvación, que se debe revelar completamente, en la " plenitud de los tiempos ", con la venida de Cristo. En efecto, Dios, que es " Padre de nuestro Señor Jesucristo, -son las palabras sucesivas de la misma Carta - " nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la que nos agració en el Amado. En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia ".
Todos estamos inmersos en el plan divino de la salvación, que nos ha sido revelado plenamente con la venida de Cristo, es eterno. Está también -según la enseñanza contenida en aquella Carta y en otras Cartas paulinas -eternamente unido a Cristo. Abarca a todos los hombres, pero reserva un lugar particular a la " mujer " que es la Madre de aquel, el cual el Padre ha confiado la obra de la salvación. Como escribe el Concilio Vaticano II, " ella misma es insinuada proféticamente en la promesa dada a nuestros primeros padres caídos en pecado ", según el libro del Génesis. " Así también, ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre será Emmanuel ", según las palabras de Isaías. De este modo el Antiguo Testamento prepara aquella " plenitud de los tiempos ", en que Dios " envió a su Hijo, nacido de mujer... para que recibiéramos la filiación adoptiva ". La venida del Hijo de Dios al mundo es el acontecimiento narrado en los primeros capítulos de los Evangelios según Lucas y Mateo.
En Belen -La Casa del Pan- se situa el momento principal de este Plan divino de salvación, que llega hasta nosotros y nos trasciende hasta la eternidad.
.
Belén – Efrata: Casa de pan – La fértil | |
Génesis 35,16.20; 48,7 |
Nacimiento de Benjamín. Tumba de Raquel |
Jueces 17,7-13 |
El país de un levita, sierva de Micá |
1º Samuel 16,1-13 |
Unción de David por Samuel |
2º Samuel 23,13-17 |
Ocupada por los Filisteos |
1º Crónica 2,9-17 |
Orígenes de David |
2º Crónica 11,1-3 |
Unción de David |
1º Crónica 3,1-9 |
Hijos de David |
San Mateo 2,1-18 |
Adoración de los Magos y muerte de los santos Inocentes |
San Lucas 2,1-7 |
Nacimiento de Jesús en Belén |
San Juan 7,42 |
Los judíos sabían que el Mesías nacería en Belén y sería descendiente del Rey David |
Miqueas 5,1-5 |
Jesús vendrá al pueblo de Belén |