El jazz es el fruto del encuentro de la tradición
musical africana y la europea, en un escenario preciso, Estados Unidos.
En el encontramos huellas de la música del África Occidental,
de las formas musicales de la comunidad negra del Nuevo Mundo, de la
música popular y clásica ligera europea de los siglos
XVIII y XIX y de formas musicales populares posteriores que han influido
en la música negra o que son obras de compositores negros.
Entre los rasgos africanos se encuentran los estilos vocales, que destacan
por una gran libertad de coloración vocal, la tradición
de la improvisación, las pautas de pregunta y respuesta, y la
complejidad rítmica, tanto en la síncopa de líneas
melódicas individuales como en los ritmos complejos que tocan
los distintos miembros de un conjunto.
La música europea ha aportado estilos y formas específicas:
himnos, marchas, valses, cuadrillas y otras músicas de baile,
de teatro ligero, y de óperas italianas, así como elementos
teóricos -en especial la armonía-, un vocabulario de acordes
y la relación con la forma musical. Gran parte de la influencia
europea se debe a los estudios que realizaron estos músicos del
Viejo Mundo, incluso en tiempos en los que ésos sólo podían
encontrar trabajo en los barrios en que se divertían los pobres
o en los barcos que surcaban el Mississippi.
En el siglo XIX, la religión cristiana (sobre todo las iglesias
baptista y metodista) fue impuesta a muchos de estos esclavos, que encontraron
en los textos del Antiguo Testamento numerosas analogías aplicables
a su propia situación y en las corales una forma de expresión
musical. Con el paso del tiempo esos salmos teñidos de tradición
africana darían lugar a lo que se conoce como GOSPELL,
canto religioso que adopta formas diversas: la prédica del pastor,
los grupos vocales y gran número de solistas especialmente femeninas.
La música religiosa convivía con la profana: los cantos
de trabajo o "worksong". El origen de estos no está,
como se ha dicho algunas veces, en la postura resignada de los esclavos
negros, sino en una razón mucho más realista: el negro
era consciente de su humillación y de las dificultades que se
le oponían para remediarla. Se componían, normalmente,
de un par de estrofas, que correspondían a determinados movimientos
corporales y se remataban con una especie de gruñido o jadeo
que daba lugar a una nueva estrofa. Las letras de estas canciones se
referían, como es de suponer, al rigor del trabajo, al duro trato
del capataz, a los accidentes de trabajo, al amigo muerto o a la mujer
amada, a veces a la nostalgia de un hogar y un tiempo perdido. Una dura
jornada era mucho más soportable si se acompasaba su trabajo
con un cántico, es por esto que si nos atenemos a criterios musicales
el BLUES es una estructura de doce compases, que utiliza
las llamadas "blue notes", alteraciones de la tercera
y séptima notas de la escala, pero teniendo en cuenta todo lo
expuesto más arriba el blues es mucho más que eso, hay
quienes lo traducen por tristeza, aunque es más acertada la definición
que sostienen los propios cantantes de blues: "Blues is a feeling",
es una sensación, un sentimiento.
Por otro lado surge en Saint Louis hacia 1870 un estilo pianístico,
que sin llegar a ser jazz se acerca mucho por su carácter dinámico
y saltarín, es el RAGTIME,
su característica principal es la superposición de un
ritmo regular tocado por la mano izquierda y un ritmo sincopado que
va haciendo la mano derecha, a veces también utiliza las
"blue notes". Su origen parece ser que está en
las danzas que bailaban los esclavos parodiando a sus amos. Las partituras
de ragtime se grababan en "rollos de cartón" para piano
mecánico o pianola y su músico más representativo
fue Scott Joplin
Si bien estos tres géneros surgieron con independencia del jazz,
continuaron coexistiendo con él, además influyeron en
el estilo y las formas del jazz, y sirvieron de vehículo importante
para la improvisación jazzística.
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