Tanto me diste

 

 

Tanto me diste que hasta me sentí hermosa
mis noches frías tuvieron perfume a rosa,
el cielo que me cubría en las madrugadas
fué de terciopelo cuando en mi te mirabas.

Tanto me diste en el calor de tus brazos
amante de boreales y geranios rojos,
tanto me diste que dejaste los trazos
de tus palabras grabadas en mis ojos.

Pasando la vida en una soledad sin rumbo,
fuiste el agua que llenaba la fuente;
 la luz en mis noches de tormentas
y  la lluvia que mojaba mi frente.

Nada ha cambiado en mí, mi amor sigue latente,
mis manos te buscan en la penumbra,
para acariciar tus cabellos sonriente
y sentir que soy el sol que te alumbra.

Tu cielo y mi cielo, tan diferentes,
pero son las mismas estrellas, la misma luna,
colores iguales como aguas de vertientes
como si nuestra tierra, hubiera sido una.

Te busco, me buscas, te llamo me llamas,
fuerzas diferentes nos hacen odiarnos
puede más el sentimiento que nos hace amarnos,
que el enojo que pasa sin tocarnos las almas.

 

 

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