Estudios de Género

La adivinación ayer y hoy. Predicción astrológica frente a predicción astronómica Fundamento arqueoastronómico de la adivinación en época arcaica por Francisca Martín-Cano Abreu

MARTÍN-CANO ABREU, F. B. (2000, 2005): La adivinación ayer y hoy. Predicción astrológica frente a predicción astronómica. Karma 7, Nº 322, diciembre, Madrid, Depósito Legal: B-26362/72. Enciclopedia Libre Universal en Español. Editado por Cursed Girl en Foro Planeta-X en junio 05. http://culturaarcaica.iespana.es/adivina.html, http://enciclopedia.us.es/index.php/Fundamento_astron%F3mico_de_la_adivinaci%F3n_en_%E9poca_arcaica, http://www.elforo.de/planetax/viewtopic.php?p=75&sid=c20eb2f80ad85d2d8c643868045ed639.
Plagiado en parte (6.753 caracteres) por Edgar Enyedy en http://enciclopedia.us.es/index.php/Predicci%F3n_astrol%F3gica_%28supersticiosa%29_contra_predicci%F3n_astron%F3mica_%28cient%EDfica%29 ¡¡¡Incluso la original y la plagiada se enlaza desde http://enciclopedia.us.es/index.php/Astrolog%EDa!!!
Resumen: Existen en nuestra sociedad actual personas "adivinadoras" que pretender predecir basandose en observaciones de objetos. Ello supone una derivacion supersticiosa de la arcaica adivinacion mediante la observacion astronomica, basada en la asociación entre fenomenos y determinadas posiciones de diferentes grupos estelares, bien al atardecer o antes del amanecer
Claves: observacion astronomica adivinacion supersticion posicion constelacion vespertina matutina heliaco

La adivinación ayer y hoy. PREDICCIÓN ASTROLÓGICA (SUPERSTICIOSA), VERSUS PREDICCIÓN ASTRONÓMICA (CIENTÍFICA)

Por Francisca Martín-Cano Abreu

Existe en nuestra sociedad actual personas "adivinadoras" que pretenden adivinar el futuro a través de los astros y las constelaciones o a través de animales y objetos.

Este tipo de predicciones basada en observaciones de objetos y animales celestes o terrestres, sería en realidad una derivación supersticiosa de la arcaica observación astronómica científica de objetos celestes. Y se basaba en la asociación, basada en la observación, que nuestros ancestros realizaron entre diferentes fenómenos que tenían una aparición regular a lo largo del año y coincidente de forma estadística con determinadas posiciones de diferentes grupos estelares (denominados con nombres de objetos y de animales), bien al atardecer / tras la puesta del sol o antes del amanecer / antes de la salida del sol y cuyos nombres así lo evidencian semánticamente.

Esta asociación estadística de constelaciones con fenómenos, era como una regla mnemotécnica que les serviría para asociar o fijar el clima. Clima que cambiaba a lo largo de las diferentes estaciones y caracterizadas por diferentes fenómenos que tenían un comportamiento cíclico y estadísticamente tenían una aparición regular en el tiempo: cada cambio se vinculaba a determinadas constelaciones que aparecían sobre el horizonte en el cielo crepuscular o en el cielo matutino.

De forma que la lluvia que hacía acto de presencia antes de la primavera, se vinculaba con determinada posición crepuscular de la constelación Híadas "Las Lluviosas". El calor que abrasaba la vegetación / la canícula (de can) se vinculaba con determinada posición matutina de la constelación Can Mayor. Ciertas enfermedades y cánceres que aparecían en verano se vinculaba con determinada posición matutina de la constelación Cáncer. Ciertas erupciones volcánicas que aparecían en determinada época del año a través de cráteres, se vinculaba con determinada posición de la constelación Cráter. El tiempo adecuado para emprender la navegación se vinculaba con determinada posición de la constelación de Las Pléyadas (de pleio = yo navego),...

Fijados ambos elementos: constelaciones con fenómenos y dada la evolución cíclica de ambos a lo largo del año, bastaba mirar al cielo para saber el momento del año en que se encontraba y ADIVINAR si estaba cercano el tiempo de la lluvia, o de la sequía, o de las enfermedades debidas al calor, o de las erupciones de los cráteres, o de la tempestad o de la calma o de los vientos suaves para navegar,... Es decir determinadas posiciones de las constelaciones, bien al atardecer o antes del amanecer, anunciaba determinado fenómeno atmosférico.

Y si era importante conocer esos fenómenos, era porque de ellos dependía prever tanto si iba a haber suficientes alimentos (en el Paleolítico cuando los humanos se alimentaban de la recolección de vegetales y frutos y la caza de animales herbívoros o en el Neolítico cuando se alimentaban de la agricultura y la cría de animales domésticos también herbívoros, ya que el crecimiento vegetal depende de los fenómenos: lluvia, sequía, calor que abrasa,...), como también se podía prever si era el momento adecuado para iniciar un viaje por mar o por tierra, o se podría prever cuando vendría el tiempo adecuado para sembrar porque las lluvias estaban cercanas para que la semilla germinara, etc,...

Y en este conocimiento se basaban las antiguas "adivinadoras", que eran muy consultadas por su sabiduría, cuando ejercían sus funciones: se fundamentaban en la vinculación de las constelaciones con los fenómenos cíclicos, tras observar científicamente su asociación. Por lo que cuando era consultada por alguien que iba a iniciar un viaje o cualquier otra empresa recurría a sus conocimientos astronómicos para saber el tiempo "atmosférico" y adivinar su futuro. Y a este respecto le vaticinaría fortuna si en ese momento empezaba el buen tiempo de la primavera o del otoño y el resurgir de la Naturaleza. Y le pronosticaría un destino funesto si en ese momento se avecinaba la tempestad.

Este conocimiento astronómico surgido en la Prehistoria, junto con la primera religión Mistérica, parece ser que se mantuvo de forma secreta en manos de unas pocas mujeres de cada región, cuando eran ellas las manetenedoras de la doctrina Mistérica. Al respecto afirma Pomeroy (1987, 86): "Los cultos femeninos eran supervivencias de un período matriarcal cuando toda la religión estaba en manos de mujeres." Y sólo se transmitía este conocimiento astronómico a ciertas elegidas sacerdotisas-astrónomas y con la condición de mantener secreto bajo pena de muerte, de la que es un ejemplo la sacerdotisa corintia Melisa, que a principios de época histórica fue castigada con el descuartizamiento por difundir la doctrina secreta [Enciclopedia Espasa, Tomo 54 (1988, 454)]. Y parece ser que se mantuvo secreto de manera radical y de ahí que este conocimiento astronómico no pasase a personas no iniciadas usurpadoras, que se apropiaron por la fuerza de la profesión sacerdotal. Por lo que a partir de entonces los "adivinadores" no iniciados por las personas expertas, se extraviaron del camino científico anterior y su desconocimiento del fundamento astronómico de la adivinación, les llevó a inventar una mitología basándose en los externos atributos de los objetos y ritos que los símbolos parecían indicar.

Por lo que las predicciones en vez de estar basadas en la observación de las constelaciones de animales u objetos, fueron sustituidas por predicciones supersticiosas basándose en la observación de los animales, piedras u otros objetos, con los que estaban relacionas metafóricamente y semánticamente.

Por ejemplo ejercían la adivinación supersticiosamente a través de la observación de los animales u objetos reales en vez de la observación de las constelaciones animalísticas o de objetos epónimas semánticamente. Y así consideraban infalible la adivinación a través de la observación del vuelo de un cuervo o de una paloma o por medio de los cantos de otras aves o de las 74 variaciones del graznido del cuervo, en vez de la observación de las constelaciones animalísticas: Cuervo, Paloma, Cisne, Águila,...O se realizaba la observación supersticiosa de una flecha al ser tirada contra una columna, en vez de la observación de las constelaciones Flecha o Sagitario (cuyas precisas situaciones en el cielo anunciaban en época arcaica diferentes fenómenos atmosféricos como la lluvia, el viento, los truenos o la tempestad).

Y esta es la diferencia substancial entre las predicciones arcaicas y las más tardías y las actuales heredadas: adivinación basada en observación científica frente a adivinación supersticiosa.

DIOSA MADRE NATURALEZA

Según hipótesis de la doctrina secreta de la religión Mistérica que se defiende en este artículo, las diferentes constelaciones y astros estaban personificadas o animadas por la más arcaica Diosa que adoró la humanidad: la Madre Naturaleza "La Mujer ha sido la primera religión del hombre, y la primera divinidad fue la diosa-madre." como recoge Van Lysebeth en (1990, 124).

Y así la Madre Naturaleza (se creía) tenía múltiples aspectos y era responsable de todos los fenómenos. Y (se creía) jugaba una función diferente / era responsable de diferentes fenómenos específicos, según las distintas posiciones de sus múltiples máscaras / constelaciones que animaba.

Pero los fenómenos cíclicos que aparecían en sucesión a lo largo del año tenían una aparición ESTADíSTICA. No estaba asegurada su aparición, por lo que nuestros ancestros trataron de buscar la manera de asegurarla, ya que de ello dependía tener o no suficientes alimentos y frutos vegetales.

Y para solicitar a la Diosa que asegurara los fenómenos cíclicos de los que dependía el crecimiento de la vegetación y la maduración de los frutos, decidieron enviarles mensajes a través de obras de arte y de ritos de finalidad mágico-astronómica. En palabras de la pensadora Göttner-Abendroth (1982, 104): "... Era necesario comunicarse con ella (la Diosa Madre Naturaleza) mediante símbolos, para hacerse entender, para decirle claramente que debía mantener sus intenciones."

Precisamente vamos a analizar una obra de arte con diferentes mensajes simbólicos a la Gran Diosa de la Naturaleza en los motivos grabados en relieve de la estela de la Diosa ishtar de esteatita de Chafaje del mar Muerto en Canaán del IV milenio adne.

Estela de Diosa Isthar

<------- Escena 1-------> <----- Escena 2 --------> <-E. 3-> <--Esce. 4---->

Estela (en la que está grabada configuraciones estelares / constelaciones / agrupaciones de estrellas) de Chafadzi en piedra de esteatita de la Madre Naturaleza responsable del crecimiento de la vegetación en las dos épocas agrícolas.

Escena 1: refleja el cielo estelar en sucesión del atardecer del 1 de febrero al del 1 de marzo arcaico
Escena 2: refleja el cielo estelar en sucesión del atardecer del 1 agosto al del 1 de septiembre arcaico
Escena 3: refleja el cielo matutino del 21 de diciembre arcaico
Escena 4: refleja el cielo matutino del 21 de junio arcaico

Diosa Ishtar personificación de la Naturaleza: con falda líneas cruzadas: metáfora formal de tierra / de suelo labrado. Con brazos en "W": metáfora formal de constelación Serpentaria. Con serpientes en manos: metáfora formal y semántica de constelaciones Serpiente (1) y (2). Con chorros de agua: metáfora funcional de lluvia. Vegetales surgen de agua: metáfora semántica de constelación Ramo. Flanqueada por búfalos, leones: metáfora de Soberana de los animales asociada a la constelación Animales de la Diosa / Perros de Caza. Acompañada de medialuna, roseta: metáforas formales de la Luna, la estrella Venus. Con águila, escorpión, león,...: metáforas semánticas de las constelaciones Águila, Escorpión, Leo,...

Los atributos animalísticos, de objetos y vegetales que acompañan a la figura femenina expresan, según Frankfort en (1982, 63), los diversos ASTROS Y FENÓMENOS y las múltiples funciones que personifica la Diosa, llamada en época histórica Ishtar.

De manera que en principio la estela representa a la Diosa Ishtar bajo sus múltiples facetas: estrella Venus, astro Luna y demás estrellas del cielo a las que da nombre, y por tanto a las constelaciones. Lo confirmaría incluso el nombre de "estela" dado a la piedra de "esteatita" en la que está grabada, considerando que la estela es un monumento de piedra con signos grabados, en donde se representaban las constelaciones / agrupaciones estelares / grupos de "estrellas. Y nombre de "estrella" que se dio a los demás cuerpos brillantes de la bóveda celeste, evidenciando que Ishtar representaba todas las estrellas / todas las constelaciones / todas las agrupaciones estelares. " (De Ishtar deriva star, stern, estrella, estela, estelar, esteatita, astro,...).

Analizando detalladamente la estela, aparecen grabadas cuatro escenas: en las dos primeras una mujer está acompañada de animales, vegetales y astros y en la otras aparecen animales enfrentados y vegetales.

En todas las escenas tanto los animales, vegetales y astros representarían a la Diosa. Se le podría aplicar la afirmación de Laviosa en (1977, 62): "Así la madre no sólo se identificaba con el toro sagrado, con la serpiente, con las palomas, con los pájaros, etc., cuyo aspecto tomaba, sino también con el árbol, con las plantas, en las que está implicada la divinidad." Y asimismo las palabras similares de Pirenne en (1982, 39): "Probablemente la misma evolución se operó entre todos los pueblos, pues, cosa curiosa, todos han dado a la diosa madre los mismos atributos ... ella es la vaca, la leona, la gata; es también la vegetación y como tal venerada en forma de árbol al que todas las religiones antiguas han conservado como «árbol de vida»".

Escena 1

En la primera escena la figura femenina presenta falda decorada con líneas cruzadas. Las líneas cruzadas es símbolo de tierra, metáfora formal de suelo roturado / imagen del mundo subterráneo (y aún lo es en los modernos planos de arquitectos e ingenieros): se identifica con la Diosa que anima la tierra (recién labrada para recibir semilla y germinar). Y reflejaría el día de "Labrado" de la primera época agrícola el 1 de febrero arcaico, hoy 15 de abril.

La Diosa tiene los brazos en forma de "W". En este caso se identificaría con la constelación Serpentaria "Sostiene serpientes" (así sería llamada en época arcaica y conocida como Serpentario / Ofiuco) cuyas estrellas están configuradas en forma de "W" y que está situada entre otras dos: Serpens Cauda / Serpiente (1) y Serpens Caputs / Serpiente (2), lo que evidencia que la figura central con brazos en "W" la refleja con metáfora formal. Y de esta forma las Diosas que la personificaban se representaban así en numerosas obras de arte arcaicas.

La figura sostiene en las manos dos chorros de agua: aludiría con metáfora funcional al fenómeno de caída de las aguas de lluvias coincidente con cierta posición de la misma. Aguas que al penetrar en el mundo subterráneo, donde se hallaban alojadas las semillas sembradas, las hacía germinar en vegetación, evidenciado en las representaciones de vegetales que surgen de los chorros de agua: la Diosa distribuye sus dones.

Y tales fenómenos y procesos aludirían a varias posiciones de constelaciones de la primera época agrícola: desde el orto crepuscular de Serpens Caputs / Serpiente (2) que tenía lugar en época arcaica el 1 de febrero, hoy 15 de abril, sucedido por el orto crepuscular de Serpentaria el 14 de febrero, hoy 1 de mayo, posición que anunciaba la celebración de la fiesta de la "Siembra", hasta el orto crepuscular de la constelación Ramo, que ocurría el 1 de marzo arcaico, día de "Floración", hoy 15 de mayo. (Constelación Ramo cuyo nombre ha quedado anticuado y ha sido eliminado de las actuales Guías de Estrellas, pero aparece aún con este nombre en un Planisferio de la Enciclopedia Espasa de 1985, Tomo 55).

Se halla flanqueada por dos bisontes / búfalos (lógicamente hembras, ya que representa a la Diosa Madre, igual que las leonas de la otra escena). Es la Diosa Suprema Soberana de los Animales, título que encierra un significado astronómico: las bisontes corresponden a las estrellas de la constelación Animales de la Diosa. [La constelación casi circumpolar llamada así por nosotros, corresponde a la denominada por Hevelius en el s. XVII Canes Venatici / Perros de Caza / Lebreles y correspondería según nuestras deducciones a la llamada: Arator / Labrador en el siglo IV adne por Mario Servio Honorato, referencia de Blánquez, Tomo 1 (1985, 180)].

Está acompañada de una roseta de seis pétalos, emblema del planeta Venus y de una medialuna, emblema de la Luna, reflejadas con metáforas formales: es la representación de la Diosa de la Naturaleza, que personifica a la vez el planeta Tierra y los astros Venus y Luna, además de las constelaciones: Serpentaria, Ramo, Animales de la Diosa, Serpiente (1) y (2), ...

La escena 1 solicitaría a la Diosa responsable de los fenómenos atmosféricos coincidentes con tales horizontes y las constelaciones en sucesión, que cumpla y mantenga sus intenciones.

Situación estelar escena 1
Situaciones estelares en sucesión reflejadas metafóricamente en la Escena 1. Representa el cielo crepuscular con tres horizontes en sucesión:
- Del 1 de febrero en que se producía el orto de Serpiente (2), día de "Labrado" de 1ª época
- Del 14 de febrero en que se producía el orto de Serpentaria y Serpiente (1), día de "Siembra"
- Del 1 de marzo en que se producía el orto de Ramo, día de "Floración"
Y el fenómeno coincidente con cada horizonte que hacía germinar semilla en vegetación: desde labrado de suelo a floración

Escena 2

En la segunda escena la figura-Diosa también tiene falda con líneas cruzadas símbolo de tierra / del suelo recién labrado para recibir semilla y germinar, brazos en forma de "W" mientras agarra con las manos dos serpientes. Es expresiva de que anima las constelaciones Serpentaria "Sostiene Serpientes", Serpiente (1) y Serpens Caputs / Serpiente (2). De la serpiente surgen vegetales, indicando que el fenómeno de la lluvia coincidente con cierta posición de la constelación, también produce ese efecto en la semilla enterada en tierra (el cuerpo de la Diosa). Y se halla flanqueada por leonas, que también aludiría a la constelación Animales de la Diosa que iba al ocaso el 1 de agosto arcaico, el día de "Labrado" de la segunda época agrícola.

Toda la escena 2 reflejaría en sucesión el ocaso de las constelaciones desde el día de "Labrado" de la segunda época agrícola en que la constelación Animales de la Diosa se iba al ocaso, pasando por el día de "Siembra" en que se iban al ocaso las constelaciones Serpentaria y Serpiente (1) el 15 de agosto, hoy 30 de octubre y seguida días después por el resurgir de la semilla en vegetación el 1 de septiembre en que iba al ocaso la constelación Serpiente (2).

Y con la representación también solicitaría a la Diosa los fenómenos atmosféricos coincidentes y sus efectos sobre la vegetación.

Situación estelar de escena 2
Situaciones estelares en sucesión reflejadas metafóricamente en la Escena 2. Representa el cielo crepuscular con tres horizontes en sucesión:
- Del 1 de agosto en que se iba al ocaso Animales de la Diosa y Serpiente (2), día de "Labrado" de 2ª época
- Del 15 de agosto en que se producía el ocaso de Serpentaria, día de "Siembra"
- Del 1 de septiembre en que se iba al ocaso Serpiente (1), día de "Floración"
Y el fenómeno coincidente con cada horizonte que hacía germinar semilla en vegetación: desde labrado de suelo a floración

Escena 3

A continuación hay un águila y un escorpión: animales que se identificarían con las constelaciones Águila y Escorpio animadas por la Diosa. Este último animal Frankfort lo asocia a las nubes y da la explicación en (1982, 63): "... águila como encarnación de las nubes negras de lluvia..."

A nuestro entender es más preciso considerar al águila como representación de la constelación Águila, faceta de la misma Diosa, cuya posición en el cielo en un momento dado era coincidente con las nubes borrascosas y la tempestad. Precisamente la escena 3 reflejaría el cielo estelar antes del amanecer del 21 de diciembre, hoy 5 de marzo, cuando en el solsticio de invierno se producía el levantamiento heliaco de la constelación Águila tras Escorpio: la reaparición matutina de Águila iba unida en época arcaica a la lluvia, la nieve, los truenos, el huracán y la tempestad. Y bien la representación solicitaría a la Diosa los fenómenos atmosféricos coincidentes o les pediría protección frente a los efectos dañinos.

Situación estelar de la Escena 3
Un animal águila aparece tras un escorpión, representa metafóricamente el levantamiento heliaco de la constelación Águila tras la constelación Escorpio antes del amanecer del 21 de diciembre arcaico, hoy el 5 de marzo y el fenómeno coincidente de los vientos tempestuosos.

Escena 4

Esta escena presenta la lucha y victoria de una leona sobre una bisonte hembra. Representaría la sucesión de dos constelaciones: Leo Menor tras la constelación Híadas de la configuración de la Vaca / Tauro.

En este caso la escena 4 reflejaría la reaparición matutina de la constelación vencedora, considerada la causa de la destrucción de los efectos benéficos de la constelación vencida y se referiría a la situación estelar del 21 de junio, hoy el 5 de septiembre, solsticio de verano. Y solicitaría a la Diosa tales fenómenos atmosféricos, ya que la sequía y el calor de la canícula, además de ser dañina para la vegetación, también era favorecedora para la maduración de los frutos, evidenciado en el hecho de que surjan vegetales de la leona.

Situación estelar de escena 4
Un animal leona aparece devorando a un búfalo, representa metafóricamente el levantamiento heliaco de la constelación Leo Menor antes del amanecer del 21 de junio arcaico, hoy 5 de septiembre, tras la constelación Vaca / Tauro y el fenómeno coincidente de la sequía y de la canícula

CONCLUSIÓN

De nuestra exposición se deduce que nuestros ancestros poseían un amplio conocimiento astronómico, del orden cíclico de las constelaciones (y no sólo de las zodiacales, sino del resto de las que pueblan la bóveda celeste) y los fenómenos coincidentes. Y que basadas en este conocimiento podían predecir el (tiempo atmosférico) futuro.

Y por ejemplo basados en su conocimiento de que coincidente con el levantamiento heliaco de la constelación Águila por el este (no en el vuelo del águila al amanecer o cuando aparecía por el este), se presentaban los fenómenos maléficos de los vientos tempestuosos, vaticinaban un destino desgraciado al consultante que iba a emprender un viaje por mar o por montañas escarpadas, ya que entonces la tempestad podría poner en peligro su vida y posesiones.

Y que para asegurar el orden cíclico de las constelaciones y los fenómenos benéficos o para solicitar protección contra los maléficos, los adivinadores arcaicos realizaban obras de arte para enviar mensajes dirigidos a la Divinidad, dado que se creía que era quien estaba al frente de la Naturaleza y sus complejos fenómenos.

Y da solidez a nuestra hipótesis astronómica el análisis metafórico de diferentes escenas de la estela de Chafadzi. Todas ellas servirían para recordar a la Diosa Madre Naturaleza Isthar, (que se creía era) responsable en todos los fenómenos a lo largo del año, que hacían su aparición estadística con ciertas posiciones estelares, que no olvidara cumplir con su responsabilidad, que enviara la bienaventuranza y los diferentes fenómenos benéficos desde que se sembraba la semilla en los dos períodos agrícolas, hasta que los frutos maduraban antes de la recolección. Y también les solicitan que los protegiera contra los fenómenos maléficos, esperados fatalmente y fijados con ciertas situaciones estelares.

BIBLIOGRAFÍA
BLÁNQUEZ Fraile, Agustín. (1985): Diccionarios: Latino-Español, Español-Latino. Tomos 1-2-3. Editorial Ramón Sopena, S. A., Barcelona.
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana. 70 Tomos. Editorial Espasa-Calpe, S. A., Madrid (Ediciones de 1930, de 1985-86, de 1991, de 1993 y de 1994).
FRANKFORT, Henri (Enriqueta). (1982): Arte y arquitectura del oriente antiguo. Ediciones Cátedra, S. A., Madrid.
GÖTTNER-ABENDROTH, H. (1986): Nueve principios para una estética matriarcal. (Estética feminista, introducción de Ecker). Icaria Editorial, S. A., Barcelona.
LAVIOSA, P. (1977): La revolución agraria. (El arte y el Hombre. Volumen 1. Bajo la dirección de René Huyghe). Librairie Larouse 1957, Pala, S. A., Editorial Planeta, S. A., Barcelona.
PIRENNE, J. (1982): Historia del Antiguo Egipto. Volumen I. Ediciones Océano-Éxito, S. A., Barcelona.
POMEROY, Sarah B. (1987): Diosas, Rameras, Esposas y Esclavas. Ediciones Akal, S. A., Torrejón de Ardoz, Madrid.
VAN LYSEBETH, André. (1990): Tantra, el culto de los femenino. Ediciones Urano, Barcelona.

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