PAGO SANGRIENTO
Escocia -The Hihglands (Strathclyde)
El escenario del asesinato es la mansión de Westerbrae:
Frente a ellos, el edificio se cernía como una pesadilla gótica en medio del paisaje, completamente a oscuras y en un silencio mortal. Construido de granito gris, al estilo de los pabellones de caza previctorianos, proyectaba alas, escupía chimeneas y conseguía parecer amenazador a pesar de la nieve que se amontonaba sobre el tejado como crema fresca cuajada. Contaba con peculiares gabletes escalonados. moldeados en bloques de granito más pequeños que se apilaban de forma también escalonadas. Detrás de uno de ellos, un curioso apéndice arquitectónico que consistía en una torre con techo de pizarra estaba encajado en el estribo de dos alas de la casa; sus profundas ventanas carecían de cortinas y no se hallaban iluminadas. Un pórtico blanco con columnas dóricas resguardaba la entrada principal y. por encima de él, los jirones de una enredadera deshojada hacían heroicos esfuerzos por trepar al tejado. Toda la estructura combinaba las extravagancias de tres períodos arquitectónicos y, como mínimo, de otras tantas culturas...
El pueblo de Porthill Green también adquiere importancia en la trama:
Porthill Green era un pueblo que parecía haber brotado, como una protuberancia anormal, de las tierras ricas en turba se los East Anglian Fens. El pueblo, ... , era poco más que el cruce de tres estrechas carreteras que serpenteaban a través de campos de remolachas y atravesaban canales, gracias a puentes apenas más anchos que un coche. Se asentaba en un paisaje dominado por tonos gris, pardo y verde, debidos respectivamente al melancólico cielo invernal, los campos arcillosos moteados de nieve en algunos puntos, y la abundante vegetación que bordeaba las carreteras.
El pueblo carecía de grandes atractivos. La calle principal se componía de nueve edificios de pedernal descantillado y cuatro de yeso, enmaderados a medias como su un borracho se hubiera encargado de la tarea. Los locales comerciales anunciaban su condición mediante letreros de pintura desportillada y ennegrecida. Una solitaria gasolinera, que parecía fabricada en su mayor parte de orín y vidrio, se alzaba como un centinela en las afueras del pueblo. Y al final de la calle principal, señalado por una cruz céltica erosionada por el clima, se veía un círculo de nieve sucia bajo el cual, sin duda, crecía la hierba de la que el pueblo tomaba su nombre.