Marxismo y revolución o Reformismo y oportunismo

Empezamos nuestra reflexión señalando que desde el surgimiento del marxismo hasta nuestros días, como crítica al sistema capitalista y superación revolucionaria del mismo, el marxismo como paradigma sigue intacto y más vigente que nunca, puesto que mientras exista el caduco capitalismo, su antagónico y negación seguirá siendo el socialismo; el socialismo empezado por Marx, superado por Lenin y desarrollado por Mao Tse Tung; sobre todo el maoísmo: tercera y superior etapa del marxismo, respuesta científica, teórica y práctica, en la economía política, la política y la filosofía, a las actuales condiciones de la lucha de clases y las contradicciones que son inherentes al imperialismo con su modelo neoliberal y globalizante.

Sin embargo la lucha entre marxismo y revolución, por un lado, y reformismo y oportunismo, por otro; no es nuevo ni existe solamente en Bolivia. Esta lucha ya se manifestaba en tiempos de Marx, Lenin y Mao Tse Tung, según las particularidades y condiciones de cada época; pero hay quienes quieren sorprender a las masas, principalmente a los sectores intelectuales y universitarios; que pasan por un momento de despolitización y desideologización, producto de la ofensiva contrarrevolucionaria de la reacción mundial y sus serviles reformistas, revisionistas y oportunistas como los denominados "autodeterministas", trotskistas, indianistas, indigenistas y otros; que en su accionar librepensador, metafísico, antihistórico y antimarxista, contribuyen a los siniestros planes del imperialismo.

Resulta que con teorías trasnochadas, bizantinas y superadas quieren pasar por descubridores de América o inventores de la pólvora. Especialmente nos referimos al "galán" y "claudicador" Alvaro García Linera -que parece quiere ser candidato a la presidencia de la República, según se comenta en los círculos "pseudo intelectuales" que frecuenta- utilizando "novísimos" paradigmas, basados en la episteme francesa: Faucault, Derrida, Bordieu y otros; lo peor que el discurso ya confuso y enrevesado de estos teóricos, linda con un discurso cantinflesco y oportunista que raya en el ridículo; que salvo sus fans e incondicionales, nadie le cree ni le entiende.

A esta veleta intelectual habría que recordarle que el oportunismo consiste en sacrificar los intereses cardinales para conseguir ventajas parciales, subalternas y pasajeras. Ahí está el quid de la cuestión, si se toma la definición teórica del oportunismo, la defensa de la colaboración de clases, la renuencia a la idea de la revolución y a los métodos revolucionarios de lucha, la adaptación al nacionalismo burgués, al olvido de las fronteras históricamente transitorias de la nacionalidad o de la patria, el fetichismo de la legalidad burguesa, la renuncia al punto de vista de clase y a la lucha de clases por temor a que se aparten "las amplias masas de la población": tales son, indudablemente, los fundamentos ideológicos del oportunismo.

El 13 de abril del 2003, en "La Prensa", García Linera declaró: "...la vitalidad sindical es un instrumento sólido que limita la necesidad de recurrir a grupos guerrilleros que en el fondo actúan al margen de la masa... de momento sería contraproducente acudir a la violencia revolucionaria". Estas declaraciones explican por qué este señor es siempre invitado como "analista político" por la prensa amarilla y reaccionaria que está al servicio del imperialismo y las clases dominantes de nuestro país. Señor García Linera, no insulte a la inteligencia pretendiendo ocultar su oportunismo, claudicación y arrepentimiento político. Le recordamos que la conciencia de clase de los trabajadores debe estar alerta contra un peligro que, disfrazado capciosamente, se infiltra en las filas de los obreros y trabajadores; y usted constituye ese peligro.

No olvide que el sindicato debe exigir de sus afiliados, la aceptación del principio clasista. Dentro del sindicato caben los socialistas, reformistas, los sindicalistas, los comunistas, los democráticos, los libertarios; sin embargo el sindicato constituye, fundamental y exclusivamente, un órgano de clase; la praxis, la teoría, la táctica, dependen de la corriente que predomine en su seno. Resulta que para nuestro intelectual el sindicato es un compacto sin contradicciones, echa por tierra el carácter del Estado, la lucha de clases, la violencia revolucionaria. O es que en su afán de conseguir algún cargo político al servicio del sistema, tiene que declarar tanta ignominia y zafiedad.

Finalmente nos afiliamos a José Carlos Mariátegui, cuando decía:
"... no hay revolución mesurada, equilibrada, blanda, serena, plácida..."
"... el poder se conquista a través de la violencia... se conserva el poder sólo a través de la dictadura..."
"... si la revolución exige violencia, autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina. Las acepto en bloque, con todos sus horrores, sin reservas cobardes..."

¡¡VIVA LA REVOLUCIÓN Y LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA!!
¡¡VIVAN LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO!!
¡¡VIVA EL MARXISMO - LENINISMO - MAOÍSMO!!
¡¡MUERTE AL IMPERIALISMO Y SUS SIRVIENTES MERCENARIOS!!
¡¡MUERTE AL REFORMISMO, REVISIONISMO Y OPORTUNISMO!!

¡¡Proletarios y naciones oprimidas del mundo, uníos!!


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