A UN AÑO DEL NUEVO GOBIERNO

I. SITUACION INTERNACIONAL

"Todos los reaccionarios intentan eliminar la revolución por la matanza en masa y piensan que cuanta más gente asesinen tanto más débil será la revolución. Pero, en contra de este deseo subjetivo de la reacción, los hechos muestran que cuanta más gente asesina la reacción, mayor es la fuerza de la revolución y más se acercan los reaccionarios a su fin.Esta es una ley ineluctable".
Presidente Mao

"La experiencia de la lucha de clases en la época del imperialismo nos enseña que sólo mediante la fuerza del fusi1, la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el fusil se puede transformar el mundo entero".
Presidente Mao
T.II, pág. 231

LA TENDENCIA EN EL MUNDO

Partimos por reafirmarnos en que la tendencia principal en el mundo hoy es la revolución, afirmación que hizo hace muchos años el Presidente Mao. Es una cuestión central y certera para nosotros y así lo demuestran las innumerables luchas de los pueblos alrededor del planeta. Luego de la bancarrota del socialimperialismo soviético se han escrito montañas de libros para demostrar que lo que se derrotó allí fue el marxismo, el comunismo, se habló del "fin de la historia", "fin de las ideologías", "nueva era de paz" y un sinnúmero de barbaridades con la vana pretensión de acabar con la ideología del proletariado, pero, dónde ha quedado toda esa palabrería barata? "los hechos son tercos" decía Lenin, y los hechos demuestran que la famosa era de paz y de fin de la historia, de la lucha de clases, no es tal, todo lo contrario, los pueblos luchan hoy con más firmeza por sus derechos, por mejorar sus condiciones de vida, contra la agresión imperialista, contra la dominación capitalista, contra los programas económicos imperialistas; y lo podemos ver en todos los continentes a través de diferentes manifestaciones, movimientos antiglobalización, contra la guerra, antiimperialistas, revolucionarios, etc. por todo el globo terráqueo los pueblos se levantan y se ponen de pie, hoy más que nunca se cumple lo que el Presidente Mao señaló con mucha certeza, ahí donde hay explotación, hay rebelión; ¿cuál es el quid para nosotros los comunistas? Es que debemos asumir nuestra responsabilidad de dirigir toda esta lucha revolucionaria por el camino de la verdadera emancipación y liberación, por el camino del socialismo y comunismo, y definitivamente no arrastrarnos a la cola del oportunismo y revisionismo, a la cola del nacionalismo burgués y el pacifismo vulgar, pues lo que quieren la masas es revolución, revolución proletaria real y verdadera.

Las contradicciones en el mundo son tres, la primera y principal es imperialismo-pueblos y naciones oprimidas, la segunda proletariado-burguesía y la tercera contradicciones interimperialistas. La primera contradicción acicatea la lucha de clases en el mundo, por eso es principal, los conflictos internacionales lo demuestran. La intervención yanqui en Iraq y en Afganistán, bajo el pretexto de "combatir al terrorismo", "llevar la democracia a estos países", "llevar libertad", ha generado miles de muertos entre hombres, mujeres y niños, como en la época de la acumulación originaria del capital, la "democracia" yanqui se ha bañado en sangre con la muerte de más de 300 mil seres humanos sólo en territorio iraquí (según fuentes gubernamentales)(1). De manera burda y descarada, George Bush y su séquito hablan hoy de "joven democracia iraquí", "libertad al medio oriente", pretendiendo ocultar las más atroces barbaridades cometidas por sus tropas, que con cruel desprecio, sevicia y sadismo (incluso sexual) asesinan, violan y torturan; atrocidades que no pueden quedar impunes, por las que el imperialismo y todos sus lacayos responderán cuando los pueblos del mundo se pongan de pie y den muerte definitiva a este sistema de explotación. Tarea especial tienen aquí el pueblo norteamericano y los pueblos de las grandes potencias, que deben desenmascarar a sus gobiernos responsables de estos crímenes contra la humanidad en los países oprimidos, deben luchar para detener semejante brutalidad, so pena de quedar cómplices como quienes callaron en Europa las atrocidades nazis.

El imperialismo, especialmente yanqui, se ha constituido en el enemigo principal de los pueblos del mundo. Bajo la llamada "guerra contra el terrorismo" interviene allí donde sus intereses se ven afectados, donde los pueblos están luchando, llevando una fascistización a todas las sociedades, inclusos en sus propios países, EE.UU, Canadá, Europa, Australia, etc. toman medidas que restringen cada vez más los derechos y libertades de sus pueblos, todo esto es una fuerte ola reaccionaria destinada a aplastar los gritos de rebelión y revolución dentro de este nuevo reparto del mundo luego de la caída del socialimperialismo soviético.

Pero los pueblos del mundo no han quedado de brazos cruzados sino, debido a esta feroz arremetida imperialista, el nivel de conciencia de las masas se eleva cada vez más y se expresa en diferentes luchas contra las políticas imperialistas como ya hemos señalado. Aquí es importante resaltar el papel de la resistencia iraquí, la lucha contra la ocupación en Afganistán, la reciente guerra en el Líbano, donde los pueblos dan muestras de verdadero antiimperialismo, heroicidad y entrega. La resistencia iraquí ya ha causado más de 3 mil bajas a las tropas invasoras yanquis y británicas, sin contar la cantidad de heridos. A nivel estratégico EE.UU. no ve una salida en Iraq, se escuchan las voces agoreras de la derrota yanqui incluso en el propio senado norteamericano, que pide inmediatas acciones para evitar la catástrofe, los planes de la Casa Blanca de enviar otros 20 mil soldados no cambiarán esta situación sólo la agudizará. Cosa similar sucede en Afganistán donde la resistencia es un problema más serio del que esperaba la OTAN, en varias ocasiones han dicho que la situación en Afganistán, especialmente donde el Talibán tiene influencia, es muy difícil. Recientemente han declarado que los objetivos de derrotar la resistencia afgana no están claros y que la OTAN va a tratar de conseguir éxitos pero no garantiza resultados. Un país pobre, débilmente armado que enfrenta a una coalición de países invasores con armas modernas es la mejor lección de que las armas no definen y que los pueblos no permitirán la ocupación imperialista en ninguna parte. Por otro lado, la guerra en el Líbano mostró que los israelíes, fichas norteamericanas en medio oriente, no podrán aplicar sus planes libremente. La campaña israelí terminó en un fracaso político lo que complica los planes norteamericanos en Irán, porque es sabido que el ataque a Líbano era parte de los planes de intervención yanqui en Irán. Los pueblos en diferentes ciudades de Europa, América Latina, Asia, África, han mostrando su rechazo y repudio a los planes imperialistas.

Es también fundamental referirnos a las luchas dirigidas por los comunistas de hoy, los maoístas, porque sus luchas expresan la dirección del movimiento comunista internacional y la aplicación concreta y real del camino de transformación en la lucha por el socialismo y el comunismo, especialmente cuando diversos gobiernos revisionistas y reformistas en muchos países se llenan la boca de revolución y socialismo, y nuestra tarea es desenmascararlos.

Las Guerras Populares señalan la dirección en la que debemos marchar, están marcando hitos en la lucha contra el imperialismo, el capitalismo y la feudalidad. La guerra popular en el Perú, a pesar de las dificultades y retrocesos que hoy atraviesa, brinda importantes lecciones al proletariado mundial, persistiendo y destruyendo los planes de acabar la guerra planteada por aquellos que propusieron un Acuerdo de Paz y Solución Política a los problemas derivados de la guerra. La revolución en el Perú tiene como tarea superar dichos intentos y recuperarse de los golpes sufridos por la reacción y el imperialismo, el mejor apoyo que podemos brindar los revolucionarios del mundo es acelerar nuestros propios procesos de liberación.

La Guerra Popular en Nepal que se ha constituido en una de las luchas más avanzadas del mundo, atraviesa una situación delicada, desde nuestro punto de vista la dirección del CPN(M), al firmar el acuerdo de paz y desarmar al Ejército Popular de Liberación bajo supervisión y control de las Naciones Unidas para embarcarse en el gobierno provisional, ha capitulado ante el viejo Estado y sus propios objetivos de conquistar el poder y construir un Estado de Nueva Democracia. Es necesario retomar el camino de destruir el Estado reaccionario, sin tener confianza en una Asamblea Constituyente, reafirmarse en que sólo a través de la violencia revolucionaria se pueden cumplir los objetivos establecidos al iniciar la Guerra Popular. De proseguir el camino señalado por la dirección del CPN(M), las masas nepalesas perderán lo que han conquistado pues el imperialismo, el expansionismo indio y las clases reaccionarias nepalesas siempre han visto su mayor peligro en las masas armadas. Nos reafirmamos en que el poder nace del fusil, y sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo, lecciones que el Presidente Mao enseñara a los comunistas del mundo y que hoy debemos tener siempre presente.

Asimismo es muy importante la guerra que se desarrolla en la India encabezada por el Partido Comunista de la India (maoísta), uniendo a los revolucionarios y asestando duros golpes a la clases dominantes que han desarrollando campañas genocidas contra el pueblo hindú, desde el corazón de América del Sur expresamos nuestra solidaridad y condenamos enérgicamente las atrocidades cometidas por los reaccionarios terratenientes y capitalistas, crímenes que no quedarán impunes y que el pueblo juzgará tarde o temprano.

Son también parte de este proceso las guerras en Filipinas y Turquía en diferentes estados de desarrollo pero confluyen en la nueva ola revolucionaria que vemos venir. Complementando esta situación se encuentran los Partidos Comunistas en procesos de constitución, reconstitución y preparación de revolución en sus países. El Movimiento Revolucionario Internacionalista es un paso importante y embrionario en la agrupación de maoístas en el mundo.

Como vemos, la contradicción imperialismo-pueblos y naciones oprimidas acicatea la lucha de clases en el mundo y prepara la nueva ola revolucionaria.

Respecto a la contradicción proletariado-burguesía podemos ver las diferentes luchas de la clase obrera y campesina, no sólo en los países pobres, sino también en los países ricos. En la propia Norteamérica las luchas populares e inclusive los desastres naturales han puesto al descubierto la naturaleza de las clases y la explotación que ejercen sobre su pueblo. En el mundo se ha creado una situación insostenible debido a la explotación capitalista e imperialista. Después de la llamada "guerra fría" las diferencias entre ricos y pobres han aumentado, esto lo ha reconocido la propia iglesia católica, escudo ideológico del imperialismo. Diariamente mueren 30 mil niños de enfermedades que son prevenibles, más de 800 millones de personas padecen desnutrición y dos tercios de ellas jamás cumplirán los 40 años de edad, 250 millones de niños del tercer mundo tienen que trabajar como niño-esclavos por dos comidas al día. A diario se obliga a decenas de miles de jóvenes a prostituirse. Cientos de millones de jóvenes sin trabajo recorren el mercado laboral globalizado como esclavos modernos en busca de sustento. La explotación capitalista mundial, la privatización, liberalismo y globalización intensifican la explotación de la fuerza de trabajo fríe a la gran mayoría de las masas del mundo en una gran cacerola. Esta es la realidad que el capitalismo voraz con su "democracia", "libertad" y "progreso" mediante la "revolución tecnológica e informática" tiene para los pueblos del mundo.

En tanto, las naciones imperialistas pugnan por repartirse el mundo, EE.UU. como única superpotencia compite con la Unión Europea y Rusia por nuevos mercados, por los despojos de las ex colonias soviéticas, por ello traba guerras de agresión, Rusia pretende mantenerse con la hegemonía de sus zonas de influencia, y China busca emerger como gran potencia a costa del hambre y miseria de su propio pueblo y del enriquecimiento de su nueva clase dominante, en franca competencia por mercados internacionales siendo la economía que más ha crecido en estas últimas décadas.

Los medios imperialistas no cesan de decir que el sistema tiene oxígeno para rato y que las economías emergentes en el mundo (China, India, Brasil, recordemos que antes fueron los "tigres del Asia" de los cuales ya no se habla mucho). Según ellos son la reserva del mercado capitalista mundial, y con ello pretenden ocultar sus graves crisis económicas internas. Además tras el discurso de "economías emergentes" se oculta que la explotación y miseria de estos pueblos es cada vez mayor y que la "emergencia económica" se concentra en pequeñísimas manos de grandes burgueses y terratenientes.

(1) Algunas versiones hablan de más de 600 mil personas pero no sabemos a ciencia cierta cuántos muertos ha generado el imperialismo pues siempre ocultan o empequeñecen estas cifras según sus intereses.

AMÉRICA LATINA

Somos anti-imperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo.
J.C. Mariátegui
Ideología y Política

Kautsky ha roto con el marxismo al defender para la época del capital financiero un "ideal reaccionario", la "democracia pacífica", el "simple peso de los factores económicos", pues este ideal arrastra objetivamente hacia atrás, del capitalismo monopolista al capitalismo no monopolista, y es un engaño reformista.
Lenin
El imperialismo, fase superior del capitalismo
Obras Escogidas I

Hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan pausada y fina, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase derroca a otra.
Presidente Mao
Informe sobre la investigación del movimiento campesino en Junán
Obras Escogidas, t. I

La situación mundial también se expresa en América Latina con algunas particularidades. El imperialismo, principalmente yanqui, impuso el modelo económico "neoliberal" que generó más miseria, hambre y explotación, especialmente en aquellos países más dóciles a sus mandatos. Gobiernos proimperialistas no han dudado en ofrecer los recursos naturales a la voracidad yanqui bajo el pretexto de que el motor de la economía ahora es la inversión extranjera, y que la intervención estatal en la economía fue un fracaso. Contraponiendo al viejo programa del estatismo, se impulsó la intervención y explotación imperialista en los sectores principales de la economía, en países como el nuestro se entregó todo, hasta los sectores "estratégicos" como la energía (petróleo y gas), generando un saqueo atroz de los recursos económicos y grandes ganancias a las multinacionales.

Fueron programas que se impusieron a sangre y fuego, inaugurados en algunos países con el "retorno de la democracia", dejando atrás a las "dictaduras militares". Muy pronto esta promocionada "democracia" demostró que sólo servía para negocios con el imperialismo porque igual o peor que las "dictaduras militares" siguió bebiendo de la sangre del pueblo. Las propias cifras reaccionarias y de DD.HH. señalan que en casos como Colombia, Perú, Bolivia entre otros, han habido más muertos en "democracia" que en "dictadura". Esto desenmascara la verdadera naturaleza del Estado, la esencia de aquello que llaman "democracia" que en fin de cuentas es dictadura burguesa, demostrando que la democracia tiene carácter de clase y por más que la intelectualidad pequeñoburguesa y los pensadores de ONG's escriban montañas de libros sobre cultura de paz, diálogo, concertación y otras tantas ilusiones engaña ingenuos; los hechos muestran clases enfrentadas y la necesidad de violencia revolucionaria para acabar con el Estado capitalista.

El llamado modelo "neoliberal" entró en crisis, generando un sinnúmero de levantamientos populares en defensa de los intereses de los pueblos y en contra del saqueo imperialista. Una revisión general demuestra el carácter antiimperialista de estas luchas, que en Sudamérica se expresan en defensa de los recursos naturales, en contra de las políticas entreguistas de los gobiernos nativos, por mejores condiciones de existencia y derechos democráticos, económicos y sociales. Así sucede en Ecuador y Argentina con la movilización de las masas para cambiar varios gobiernos, en Perú donde las masas echaron a una empresa transnacional en Arequipa, en Bolivia el pueblo expulsó a la transnacional del agua Bechtel y lucha por la expropiación de capitales transnacionales incrustados en la minería, los hidrocarburos y los servicios, en Brasil el movimiento campesino avanza por conquistar la tierra, también están las luchas de las naciones y nacionalidades oprimidas, como la de los mapuches en Chile que sufren persecución y cárcel como presos políticos y, la de comunidades amazónicas contra los planes imperialistas de saqueo de sus riquezas. Estos levantamientos también tienen características armadas y plantean la destrucción del viejo Estado terrateniente burocrático como la revolución peruana, o algunas sin una clara meta socialista y más con una visión revisionista, como la guerrilla colombiana. Todas ellas reflejan el deseo de las masas de luchar contra este viejo sistema.

Pero también refleja la crisis profunda en la que están sumidos los Estados y la pérdida de legitimidad de las clases dominantes; por ello se han sucedido muchos cambios de gobierno, no pacíficos sino con violencia revolucionaria que, enfrentando a la violencia reaccionaria de la burguesía y los terratenientes, han rebasado sus fuerzas y han "echado" gobernantes proimperialistas. Este ascenso de las masas ha generado contradicciones en las clases dominantes y pugnas entre ellas, por una reconducción de la política planteada por el imperialismo. De este proceso han surgido "gobiernos populares", ante la falta de una dirección proletaria, que plantean reformas para los Estados en crisis, pero que jamás han cuestionado la esencia del Estado capitalista ni la economía de mercado. Gobiernos como Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia se presentan al lado de Cuba, como eje de un "antiimperialismo" de postura y de palabra, más que de hecho, mientras ponderan las bondades para hacer negocios con Europa o China, que también tienen una política imperialista. Esto es sustituir un imperialismo, el yanqui, por otro, el europeo, ruso, chino o japonés. A continuación del "eje", está una "corriente" de otros "gobiernos progresistas" en América Latina, como los de Lula, Kirchner, Tabaré, Bachelet, Correa y el "comandante" Daniel Ortega, con planes continuistas de la política "neoliberal" e impulso de "políticas sociales" que pretenden dar asistencialismo y caridad a los pueblos. Algunos de éstos para llegar al gobierno han tenido que hacer pactos con partidos reaccionarios, como Lula y Ortega, este último en alianza con un ex contras y reaccionarios como el corrupto ex presidente Arnoldo Alemán.

Esta "oleada" reformista busca en esencia salvar de la crisis a los viejos Estados y contener los procesos de lucha popular; plantea que son posibles los cambios "en democracia" (sin violencia revolucionaria) y mejorar las condiciones de dominación imperialista, a través de políticas "dignas frente a la comunidad internacional" para que las riquezas de los países "también sirvan a los pueblos" y no sólo a las "transnacionales". Esto no es más que reeditar las posiciones del revisionismo jruschovista y el pacifismo burgués, caminos transitados y fracasados, como la experiencia de Salvador Allende, en Chile, y la de todos los partidos de la izquierda revisionista que siguen la vía electoral contra la lucha armada, y que han traído solo derrotas al pueblo en la lucha por su emancipación. Más allá de las pugnas (entre estos "gobiernos progresistas" y el imperialismo) por más impuestos y regalías salidos de la explotación de los recursos naturales, estos gobiernos dependen de la llamada "cooperación internacional" (expresión del imperialismo) pues conciben como cualquier vulgar liberal burgués y revisionista que los países no pueden desarrollarse sin ese "apoyo".

Con la cháchara de que el "socialismo real" ha fracasado y que el comunismo ha muerto, toda una retahíla de "intelectuales" pequeñoburgueses e "indígenas", muchos de ellos activistas de ONG's, hacen propaganda para señalar que la "revolución" se desarrolla con los "movimientos sociales" y los pueblos indígenas, que la finalización de la guerra fría ha descubierto actores que antes estaban ocultos e invisibilizados. Con este discurso han dicho que el marxismo, igual que el capitalismo, es una "filosofía occidental" y corresponde retornar a nuestros orígenes ancestrales en busca del supuesto "paraíso perdido" en tiempos precolombinos. Estos "intelectuales" entran a coro con las posturas postmodernistas que "cuestionan las grandes verdades", "deconstruyendo" todo lo hasta ahora dicho, rechazando los "metarrelatos" (para ellos el marxismo) que han fracasado como experimentos sociales. Todo este hilarante discurso de la "nueva ola intelectual" financiada por organismos internacionales, muchos de cuyos miembros son ex militantes frustrados de los partidos revisionistas (partidos comunistas de membrete, a montones en nuestro continente), tiene como objetivo central negar la lucha de clases, negar la revolución proletaria y negar la dictadura del proletariado.

En la carabela remozada de los "gobiernos progresistas" se han embarcado una serie de organizaciones revisionistas que se reclaman marxistas, comunistas e incluso maoístas. En el colmo del cinismo, por ejemplo en nuestro país, el vicepresidente Álvaro García Linera ha dicho que él sigue siendo leninista. Muchos de estos gobiernos sólo reeditan las viejas epopeyas del programa de la burguesía burocrática que realizó "nacionalizaciones", "reformas agrarias", "bancos de fomento" para diferentes ramas de la producción, todo ello con poses de antiimperialismo, pero utilizando el corporativismo fascista. Esas políticas aplicadas en la región ya en las décadas de 1960, 1970 y hasta 1980 fueron tildadas de izquierdistas, fueron apoyadas por el revisionismo jruschovista desde la URSS en el contexto de la guerra fría, a través de sus agencias locales denominadas Partidos Comunistas, (de membrete) pregonando el cretinismo parlamentario para hacer creer que la revolución se podía lograr a través de la participación electoral.

Hoy, como decía Marx, la historia se repite como comedia, pues las medidas implementadas por los actuales gobiernos reformistas, no pasan de un vulgar remedo de las viejas políticas. Los nuevos revisionistas se han lanzado a apoyar a estos gobiernos con el burdo y simplista argumento de que por primera vez tenemos un presidente "indígena", "obrero" o "un gran luchador", aunque en realidad se trata de grandes demagogos que practican el reformismo burgués y trafican con los términos de la revolución al llenarse la boca de "revolución cultural", "revolución democrática", "revolución agraria".

El papel de los comunistas no debe ser estar a la cola del reformismo ni a la cola de las masas, so pretexto de que las masas apoyan a estos gobiernos o por temor a una "posible intervención yanqui" o el trasnochado patrioterismo de "defensa de la patria", etcétera. Muchas organizaciones y personas de buena fe que se consideran revolucionarias han entrado a defender y apoyar políticamente al reformismo y oportunismo en América Latina. Nuestro papel debe ser desenmascarar este tráfico ante el pueblo y superar los límites que la política reformista y demagógica impone, creando una verdadera alternativa de transformación. No se puede seguir la vieja política revisionista "del mal menor" porque "la derecha puede volver", esto es expresión del fracaso de las organizaciones que no pudieron crear el campo alternativo al camino de la reacción (el abiertamente pro imperialista y el reformista).

Crear el campo popular, el camino democrático del pueblo, implica prepararnos para hacer la revolución, enarbolar la estrategia de la clase, la guerra popular, y desenmascarar al reformismo, al revisionismo, a la reacción y al imperialismo, combatir el capitalismo burocrático, a los terratenientes, crear el instrumento de la clase, su ejército. Ésa es la tarea de los comunistas para que las masas puedan salir de la encrucijada de las facciones de la gran burguesía, o compradora o burocrática. Sólo de esta manera podremos cumplir nuestro papel con la revolución, con la clase obrera, con nuestro pueblo, con las naciones y nacionalidades explotadas por el gran capital financiero internacional, por el capitalismo burocrático y por la semifeudalidad.

NOTAS

(1) Algunas versiones hablan de más de 600 mil personas pero no sabemos a ciencia cierta cuántos muertos ha generado el imperialismo pues siempre ocultan o empequeñecen estas cifras según sus intereses


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