A un mes de los acontecimientos del 12 y 13 de febrero las condiciones de pobreza en que viven la mayoría de los explotados no pueden ser superadas y es más se profundizan cada día más.

A diferencia de las quejas de algunas organizaciones, llamadas de izquierda, de que ni el MIP, ni el MAS supieron ponerse a la altura de los acontecimientos, señalamos que en ningún momento hemos pensado que éstas organizaciones puedan ser vanguardia o dirección siquiera de un proceso de oposición al gobierno del vendepatria Gonzalo Sánchez de Lozada, por el contrario siempre hemos dicho que la crisis de movimiento popular es una crisis de dirección y los hechos lo han demostrado.

Desde nuestro punto de vista la construcción de una dirección tiene un contenido estratégico y no táctico e inmediatista, y desconocer esta verdad fundamental del marxismo lleva a una organización a ponerse a la cola de las masas y no a la vanguardia, jugando así un papel arribista y oportunista en los momentos de plegarse a la lucha.

Además hemos podido ver el grado de aplacamiento de la crisis y la represión a la protesta de las masas, que desencadenadas alcanzaron niveles que el propio gobierno no esperaba.

El choque de la policía -que muchas veces entra a la pelea en momentos muy oportunos para ella- y los actos decididos y valientes de los jóvenes del colegio Ayacucho, revelan de manera sencilla el odio contenido hacia la máxima representación del estado burgués, es decir la presidencia de la república donde reside uno de los más grandes vendepatrias de la historia de nuestro país.

Al contrario de las risibles y descabelladas teorías que lanza el gobierno como ridiculizaciones burdas de intento de golpe e incitación a la sedición, nosotros decimos que hay que saludar el valiente y decidido acto de la rebelión juvenil que descarga su furia contra quien las tiene a punta de hambre y miseria cada día de su existencia. Lo que resta entonces por hacer es pasar de esa conciencia espontaneísta a una conciencia clasista, para arremeter contra este estado demo-burgués.