Capítulo Doce

Una Advertencia con Dos Minutos de Antelación

"¡Por fin!" exclamó Brian, al notar un tirón en el hilo de la cuerda de pescar. "¡Estaba empezando a pensar que no había peces en este río!”

Lentamente y con todo cuidado, Brian fue arrollando el hilo y se encontró con una enorme trucha de colores.

"¡Qué gran trabajo!” chilló Jamie encantada.

Elizabeth sonrió e hizo rápidamente una foto con su cámara. "¡Me aseguraré de que recibas copias de las fotos de este viaje para que se las puedas enseñar a tu familia!”

Darryl le dio una suave palmadita en la espalda a Brian y le dijo: "¡Buen trabajo! Parece ser que Brian va a proveer nuestra cena para esta noche.”

Unos minutos después se pusieron cómodo y empezaron a echar un vistazo al último capítulo de Daniel.

"Daniel 12:1-4 es en realidad una continuación del mensaje que el ángel le dio a Daniel en el capítulo once."

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El ángel acabó de entregar el mensaje profético de Di-s a Daniel diciendo:

"En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo. Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados; unos para vida eternal, otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará." 1

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"¿Miguel? ¿No es el ángel que vino al rescate en el capítulo diez?" preguntó Brian.

"Sí, Miguel es el arcángel que defiende a Israel y estará en su puesto defendiendo a Israel durante el más grande periodo de tribulación que el mundo ha conocido jamás.”

"¿A qué libro se refiere el ángel, en el que aparecen los nombres de todo el mundo?” preguntó Jamie.

"El libro de la vida, que es el libro en el que Di-s ha grabado los nombres de todos sus santos. Aquellos cuyos nombres no se encuentren en el libro de la vida pasarán la eternidad en el lago de fuego.”

"¿Quién resucitará en la segunda venida?”

"Permitidme volver un poco atrás al llegar a este punto," les dijo Darryl. "Cuando tenga lugar el rapto, la Biblia nos dice que los muertos en Cristo resucitarán primero, lo cual significa todos aquellos que han muerto entre el momento de la resurrección del Mesías y el rapto, que han aceptado a Jesús como su Mesías. Sus cuerpos serán resucitados y transformados en cuerpos incorruptibles. En la segunda venida de Cristo, los santos que vivieron antes de la primera venida de Jesús resucitarán y les serán dados cuerpos incorruptibles”.

Brian interrumpió a Darryl, “Tengo un par de preguntas que hacer.”

"¿Qué es lo que quieres saber?”

"Para empezar, ¿qué es exactamente un santo?”

Jamie pegó un salto y dijo: “Yo puedo contestar eso.”

Brian se volvió hacia Jamie esperando oír su respuesta.

"Un santo es cualquier persona que ha depositado su confianza en que la sangre que derramó Jesús en la cruz es el pago por sus pecados, que cree que Jesús es el Mesías prometido, que ha muerto en su lugar, que fue enterrado, pero resucitó de nuevo conquistando el pecado y la muerte. Son aquellos que han pedido perdón a Di-s y que le han pedido a Jesús que entre en sus vidas y salve sus almas”.

"¿Pero qué sucede con las personas que vivieron antes de los tiempos de Jesús?”

En esos momentos Elizabeth se unió a la discusión diciendo: "En aquellos días, el pueblo de Di-s hacía sacrificios con animales en el templo de Di-s en Jerusalén. Los sacrificios se realizaban todos los años, con el propósito de que el pueblo pudiera hallar el perdón a los ojos del Señ-r”.

Darryl buscó rápidamente en su Biblia el libro de Levítico. "En Levítico 17:11, el Señ-r dio al pueblo las siguientes instrucciones: 'porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, pues la misma sangre es la que hace expiación por la persona”.

"Permitidme que lea ahora lo que dice en el libro de Hebreos, 9:11-22. Este pasaje explica cómo la sangre de Jesús fue la expiación perfecta por nuestros pecados. 'Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los impuros, santifican para la purificación de la sangre, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Di-s, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Di-s vivo? Por eso, Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que, interviniendo muerte para la remisión de los pecados cometidos bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eternal, pues donde hay testamento, es necesario que conste la muerte del testador, porque el testamento con la muerte se confirma, pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aún el primer pacto fue instituido sin sangre, porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la Ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo diciendo: "Esta es la sangre del pacto que Di-s os ha mandado". Además de esto, roció también con la sangre el Tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión”.

Darryl explicó: "Los santos de la antigüedad sabían que los sacrificios de animales solo cubrían sus pecados y esperaban el día en que el Mesías prometido vendría y quitaría sus pecados de una vez para siempre”. Hizo una pausa durante un momento, para permitir que sus palabras calasen y a continuación dijo: “Brian, ¿tienes alguna otra pregunta?”

"De hecho, tengo dos preguntas. ¿Qué pasa con la persona cuando se muere y qué es un cuerpo incorruptible?”

"Cuando una persona se muere, el alma se separa del cuerpo. El alma del creyente es escoltada al cielo por los santos ángeles de Di-s, pero el alma de la persona que no cree es echada al infierno.2 El cuerpo se descompone y es necesaria en la resurrección que Di-s le de a sus santos un cuerpo que no envejecerá, que no se pondrá enfermo ni morirá, porque en el cielo no puede entrar nada corruptible”.

"Los incrédulos resucitarán después del reinado de 1000 años del Mesías. Sus cuerpos se unirán a sus almas para presentarse ante Di-s que estará sentado sobre el gran trono blanco del juicio. Jamie, ¿por qué no lees acerca de este juicio de los que no son salvos en Apocalipsis 20:11-15?”

Jamie cogió la Biblia de su padre y comenzó a leer: "'Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Di-s. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. El que no se hallo inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.'"