Lea Levítico 5:14 -6:7; 19:20-22; Números 5:5-8; Ex 22:1-15; Lev 14, 22:14-16.
La ofrenda por transgresiones generalmente se usaba cuando se le podía adjudicar un valor monetario al daño hecho y en aquellos casos en que la ley que se había quebrantado no era tan fundamentalmente importante para el bienestar de la víctima.
En la ofrenda por el pecado el animal que actuaba como sustituto cargaba con toda la culpa de la ofrenda por el pecado, mientras que en el caso de la ofrenda por las transgresiones era necesaria la restitución para satisfacer la justicia de Di-s. La restitución reparaba el daño hecho a la víctima, pero eso solo no podía satisfacer la ley de Di-s que se había quebrantado, de modo que también era necesaria una ofrenda.
Solo se podía ofrecer un carnero como ofrenda por las transgresiones y no había diferencia en la ofrenda si la persona que la hacía era pobre o rica. Esto enseña que las consecuencias por las acciones de la persona no se ven alteradas por sus circunstancias, pues Di-s no es un defensor de la ética de las situaciones.
Los sacrificios representaban una parte importante del sistema judicial en Israel. Dependiendo del crimen cometido, se ofrecía una ofrenda por pecado o por trasgresión, aunque ambas se ofrecían por los pecados, que no quebrantaban ninguna ley civil. Se consideraba que esto enseñaba que el crimen cometido no era solo en contra del prójimo, sino también en contra de Di-s, por no haber honrado Sus leyes, dadas a favor de la nación. Siempre se añadía una quinta parte a la restitución. Si la persona que hacía la ofrenda solo hubiese tenido que reparar lo que había hecho no hubiese perdido nada, pero al tener que pagar una quinta parte más aprendía que el pecar nunca aporta beneficios.
Las transgresiones en contra de Di-s se identifican como aquellos que tienen que ver con las cosas sagradas (Lev 5:15) (por ejemplo, el no pagar los diezmos).
Las transgresiones en contra del hombre podían incluir una variedad de ofensas. (Lev 6:2-3) (por ejemplo, mentir).
La ofrenda por transgresiones estaba principalmente relacionada con la lesión física o con casos en que se podía asesorar el valor monetario de los daños.
La ofrenda se hacía con los cuartos traseros y la grasa que cubre las vísceras y el lóbulo del hígado, los dos riñones y la grasa que los cubre se quemaba sobre el altar de bronce.
Los sacerdotes se comían el resto de las partes y la persona que hacía la ofrenda no se quedaba con ninguna porción. La sangre se rociaba sobre el altar y la restitución se hacía siempre antes que la ofrenda.