LA BECERRA ROJIZA

Se ha realizado la búsqueda de una Becerra Rojiza. En la actualidad las personas que participan en la reconstrucción del Templo están buscando una Becerra Rojiza. Hemos leído artículos en los que el ganado norteamericano ha sido examinado por el rabino con el fin de determinar si son aceptables. ¿Qué tiene de especial la "becerra rojiza"? ¿Cuál es su propósito?

Como hemos visto en nuestro estudio sobre el Tabernáculo todo en él era una imagen, que apuntaba a Yeshua. Esto también es cierto en el caso del nacimiento y de la muerte, que están íntimamente relacionadas con el pecado y con la segunda muerte, con la redención y el segundo nacimiento. Todos ellos están relacionados con el origen de la vida y con la muerte, lo cual implica la corrupción y la exigida purificación levítica.

Cuando una mujer daba a luz permanecía impura durante 40 días si había tenido un hijo y 80 días si había tenido una hija. (Lev 12) Después de ese tiempo debía ofrecer por su purificación un cordero para el holocausto y una tórtola o una paloma joven como ofrenda por el pecado. En caso de pobreza, se usaban solo dos tórtolas o dos palomas jóvenes. Cuando Miriam dio a luz a Yeshua, ofreció dos palomas jóvenes. (Lucas 2:22-24)

La purificación tras haber tenido contacto con un cadáver exigía que se encontrasen las cenizas de una becerra rojiza. La muerte, apuntaba a la segunda muerte, a la separación eterna de Yeshua, en el Lago de Fuego. El contaminarse con los muertos se trataba, de manera simbólica, como la mayor de las contaminaciones y duraba 7 días, lo cual exigía una purificación especial y se extendía no solo a aquellos que habían tocado al cadáver, sino que incluía la casa o tienda de campaña en el que se encontraba el cadáver y todas las vasijas abiertas a su alrededor. Es más, el entrar en una casa así y estar en contacto con el más pequeño hueso o con una sepultura, incluso el participar en una fiesta en honor al muerto (Ose. 9:4), hacía que la persona estuviese impura, desde el punto de vista ceremonial, durante 7 días (Núm. 19:11-16,18; 31:19). Pero además, la persona que estaba impura hacía que todo lo que tocase lo estuviese también. (Núm 19:22) En el caso de los sacerdotes y de los nazareos la ley era aún mucho más rígida (Lev. 21; Esd. 44:25; Núm. 6:7). Los sacerdotes no podían contaminarse tocando ningún cadáver, excepto los de sus familiares más cercanos. Al Sumo Sacerdote no le estaba ni siquiera permitido acercarse a los cadáveres de sus propios padres.

En Números capítulo 19, leemos acerca de la "vaca rojiza". Solo se podía usar un animal que fuese hembra para este sacrificio.

La ley hacía provisión para la purificación de la contaminación causada por la muerte mediante las cenizas de una vaca rojiza, que debía estar sin defecto, es decir, sin ningún pelo blanco o negro en su piel, sin mácula, y sobre la cual nunca hubiese habido yugo. Debía ser sacrificada fuera del campamento como ofrenda por el pecado. Tenía que ser ofrecida por el hijo o por el sucesor del Sumo Sacerdote. La sangre de este sacrificio debía rociarse 7 veces con el dedo en dirección al santuario y a continuación todo el animal, su piel y su carne, su sangre y sus excrementos eran quemados, y el sacerdote echaba en medio del fuego "madera de cedro, hisopo y escarlata". Las cenizas de este sacrificio debían ser reunidas por "un hombre que estuviese limpio" y debían guardarse fuera del campamento, en un lugar limpio y el sacerdote y la persona que había reunido las cenizas debían permanecer impuros hasta la noche.

La madera de cedro simboliza la existencia imperecedera. El hisopo, simbolizaba la purificación de la corrupción mientras que el color escarlata simbolizaba la vida. Tal vez se usase la vaca rojiza para simbolizar la vida, porque la hembra trae vida a este mundo.

Cuando se requerían para la purificación, una persona limpia debía coger las cenizas, meterlas en una vasija, echar sobre ellas agua corriente y a continuación sumergir hisopo en ella, y en el tercer y el séptimo días rociar a la persona que necesitaba ser purificada, después de lo cual debía lavar sus vestiduras y bañar su cuerpo, debiendo purificar el lugar donde el cuerpo se tumbaba y las vasijas en él.

Las cenizas de la vaca rojiza, mezcladas con agua corriente y rociadas con hisopo, simbolizaban la purificación de la muerte que produce separación entre Di-s y el hombre. Este paralelismo entre la sangre de Yeshua y las cenizas de una vaca rojiza por un lado y por el otro, entre la purificación de la carne por estos medios y el de la conciencia de las obras muertas se expresa en:

Heb 9:13-14 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificación de la carne, ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?

Yeshua al que mataron fuera de las murallas de la ciudad de la misma manera que la vaca rojiza fue sacrificada fuera del campamento. Las cenizas se reunían y se almacenaban en un lugar limpio fuera del campamento, de la misma manera que el cuerpo de Yeshua fue mantenido fuera de la ciudad, siendo colocado en un sepulcro nuevo.

Todos nosotros somos impuros y necesitamos ser purificados.

Numeros 19:18-19 Y un hombre limpio tomará hisopo. y mojarálo en el agua, y rociará sobre la tienda, y sobre todos los muebles, y sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, ó el matado, ó el muerto, ó el sepulcro: Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día: y cuando lo habrá purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y á sí mismo se lavará con agua, y será limpio á la tarde.

Fíjese el lector en que se nos dice que una "persona limpia" puede realizar esta purificación ritual y no era necesario que lo hiciese un sacerdote, pero ¿quién está limpio?

Isaias 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

Es posible que podamos ser purificados, desde el punto de vista ritual, pero es preciso que lo seamos también desde el espiritual.

Isaias 1:18 Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana.

Salmos 51:7 Purifícame con hisopo, y será limpio: Lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.

Solo podemos ser limpios por medio de la sangre derramada por Yeshua aplicada a los dinteles de nuestros corazones.