EL SACRIFICIO HUMANO

El Señ-r Di-s mandó al pueblo de Israel que NO participase en los sacrificios humanos.

Lev 18:21 Y no des de tu simiente para hacerla pasar por el fuego á Moloch; no contamines el nombre de tu Dios: Yo Jehová.

Deut 18:10-13 No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, Ni fraguador de encantamentos, ni quien pregunte á pitón, ni mágico, ni quien pregunte á los muertos. Porque es abominación á Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de ti. Perfecto serás con Jehová tu Dios.

La palabra de Di-s está perfectamente clara. ¡NO ESTA PERMITIDO NINGUN SACRIFICIO HUMANO!

Algunos dan por hecho que Yeshua fue un sacrificio humano y, por lo tanto, no quieren tener nada que ver con El.

Pero Yeshua no fue un sacrificio humano y el Mashiach no debía ser tratado como si hubiera sido, de hecho, un animal para el sacrificio. Los sacerdotes no le ofrecieron a él ni comieron Su carne después de Su muerte, ni le quitaron Sus entrañas. Su sangre no fue derramada sobre el altar, sino que Yeshua ofreció voluntariamente Su vida, como un mártir justo, haciendo expiación por los pecados del mundo.

La muerte de Yeshua en la vara de la ejecución no transgredió este mandamiento.

Todo lo contrario, el Tanaj, el B'rit Hadashah, el Talmud y el Zohar enseñan todos ellos que la muerte de una persona justa tiene poder de expiación. Cuando Yeshua HaMashiach, que era totalmente justo, puso Su vida, fue el acto definitivo de expiación en la historia humana.

(Nota: No estamos de acuerdo con muchas de las enseñanzas del Zohar. Sin embargo, los siguientes pasajes son muy interesantes).

El Zohar afirma: "Durante todo el tiempo que Israel vivió en Tierra Santa, los rituales y los sacrificios que hicieron [en el Templo] eliminaron esas enfermedades del mundo, pero ahora el Mesías es quien las elimina de los hijos del mundo. (2:212a).

El Zohar también afirma: "Los hijos del mundo son miembros los unos de los otros, y cuando el Santo desee conceder sanidad al mundo, hiere a un hombre justo de entre ellos, y por amor a él sana al resto. ¿De dónde aprendemos esto?" Del dicho: "Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados [Isaías 53:5] mediante el derramamiento de su sangre, como cuando un hombre sangra en el brazo, hubo sanidad para nosotros, para todos los miembros del cuerpo. En general una persona justa solo es herida con el fin de procurar la sanidad y la expiación para toda una generación".

Isaias 53:4-6 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

El, el Mesías, se convirtió en la ofrenda de la culpabilidad por todos nosotros.

El Talmud enseña: "la muerte de los justos expía" (mitatan shel tsaddiqim mekapperet).

En una discusión bien conocida (b. Mo'ed Qatan 28a), el Talmud pregunta por qué el Libro de Números deja constancia de la muerte de Miriam inmediatamente después de la sección acerca de la vaca rojiza (Números 19:1-20:1) La respuesta es que de la misma manera que la vaca rojiza sirve de expiación, la muerte del justo expía. ¿Y por qué, pregunta el Talmud, ha quedado constancia de la muerte de Aarón juntamente con la referencia que hace la Toráh a las vestimentas sacerdotales (Núm 20:25-28)? La contestación es que, al igual que las vestimentas del sumo sacerdote sirven de expiación (Ex 28:38), la muerte del justo también sirve de expiación.

Un pasaje interesante del Midrash dice: "Moisés le dijo a Di-s: '¿No llegará un tiempo en el que Israel no tendrá ni tabernáculo ni templo? ¿Qué sucederá entonces?' La respuesta divina fue: 'Entonces tomaré a uno de sus hombres justos y me lo quedaré como fianza por ellos, de manera que pueda perdonar [o hacer expiación por] todos sus pecados. (Exodus Rabbah, Terumah 35:4)

En Números 35 leemos que en el caso de un homicidio no intencionado el culpable era enviado a un lugar protegido, conocido como la ciudad de refugio, donde debía de permanecer hasta la muerte del Sumo Sacerdote.

Num 35:28 Pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el gran sacerdote: y después que muriere el gran sacerdote, el homicida volverá á la tierra de su posesión.

¿Por qué? Porque la muerte del Sumo Sacerdote habría de ocupar el lugar del culpable.

Yesha'yahu nos dice:

Isa 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

En otras palabras, nadie es justo e incluso el Sumo Sacerdote tenía necesidad de un buey por Sus pecados.

Es decir, nadie hasta Yeshua. El fue "El Ungido", nuestro "Sumo Sacerdote". ¡El "Completamente Justo" que murió con el fin de expiar nuestros pecados!

Marcos 10:45 Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

Isaias 53:7-12 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. De la cárcel y del juicio fué quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fué de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fué herido. Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fué en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos. Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fué contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.