En los capítulos 9 y 10 se presenta una imagen del Mesías en su segunda venida como un pastor maravilloso que recibe la aceptación nacional. En el capítulo 11 le vemos reflejado como un pastor que es rechazado.
Zac 11:1-3 OH Líbano, abre tus puertas, y queme fuego tus cedros. Aulla, oh haya, porque el cedro cayó, porque los magníficos son talados. Aullad, alcornoques de Basán, porque el fuerte monte es derribado. Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de bramidos de cachorros de leones, porque la soberbia del Jordán es destruída.
El Líbano es conocido por sus cedros.
Basan (Los Altos del Golan se encuentra al norte de Israel) y es conocido por sus robles, que crecían en esa región.
Zacarías proclama una futura destrucción de Israel, que se cumplió cuando los romanos llegaron como una turba del norte y destruyeron el templo en el año 70 AD (EC) y también destruyeron la nación de Israel en aquel entonces. El juicio se compara con un fuego consumidor, que abrasa todo lo que encuentra a su paso, desde los poderosos árboles a las tierras de pasto.
La causa de la destrucción se da en los próximos versículos. Zacarías fue usado por Di-s como un actor que está representando el papel del buen pastor, el Mesías y después el pastor insensato, el antimesías.
Zac 11:4-5 Así ha dicho Jehová mi Dios: Apacienta las ovejas de la matanza; A las cuales mataban sus compradores, y no se tenían por culpables; y el que las vendía, decía: Bendito sea Jehová, que he enriquecido; ni sus pastores tenían piedad de ellas.
Israel, el rebaño, fue engordado para matarlo. Los pastores, los dirigentes religiosos de aquella época, no tenían el menor interés por ellos, solo les interesaban ellos por su dinero. Lo mismo sucede en la actualidad en algunas organizaciones religiosas en las que a los dirigentes no les interesa la gente para nada, lo único que les interesa es quitarles su dinero y hacerse ricos.
Zac 11:6 Por tanto, no más tendré piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová: porque he aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de su rey; y quebrantarán la tierra, y yo no libraré de sus manos.
HaShem levantará Su mano protectora del pueblo judío y les entregará a sus vecinos (los romanos) y su rey (Cesar) permitiendo que fuesen destruidos.
¿POR QUE?
Zac 11:7 Apacenté pues las ovejas de la matanza, es á saber, los pobres del rebaño. Y me tomé dos cayados; al uno puse por nombre Suavidad, y al otro Ataduras; y apacenté las ovejas.
Zacarías está hablando aquí y es aquí donde está representando un papel que simboliza al Mesías, al buen pastor alimentando y cuidando a su rebaño.
Los pobres del rebaño, es decir, la mayoría de los que aceptaban a Yeshua HaMashiach cuando vino a alimentar a Su rebaño eran pobres.
La onceava letra corresponde a esto es la Kaf, que significa un logro que es como una corona.
Los pastores de Oriente Medio acostumbraban a llevar dos garrotes:
Zac 11:8 E hice matar tres pastores en un mes, y mi alma se angustió por ellos, y también el alma de ellos me aborreció á mí.
Este puede resultar un tanto misterioso y existen varios puntos de vista al respecto. Parecen representar al Profeta, al sacerdocio y al papel de rey.
Zac 11:9 Y dije: No os apacentaré; la que muriere, muera; y la que se perdiere, se pierda; y las que quedaren, que cada una coma la carne de su compañera.
Malaquías nos dice que había personas que usaban a animales viejos como un sacrificio antes de que muriesen de causas naturales, no dándole a Di-s lo mejor.
Aquí Zacarías representa un papel que no es natural, el de un pastor que abandona y no se cuida ni alimenta a su rebaño. Aquellos que se niegan a aceptar a Yeshua deberán ser entregados a que sigan sus propios deseos, quedando sin protección frente al adversario.
Durante el periodo del asedio romano del año 70 AD algunas personas en Israel recurrieron al canibalismo.
Zac 11:10 Tomé luego mi cayado Suavidad, y quebrélo, para deshacer mi pacto que concerté con todos los pueblos.
Aquí Zacarías, representando el papel del Mesías, rompió el cayado del pastor, que representaba la "gracia" en dos.
Algunos pactos son condicionales y otros incondicionales. Di-s no quebranta nunca un contrato incondicional y un contrato condicional depende de la respuesta del lado humano.
En este caso, debido a que Israel como nación no obedeció al Señ-r y no cumplió con su parte del pacto, Di-s retiró Su protección.
Zac 11:11 Y fué deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que miran á mí, que era palabra de Jehová.
Aquí vemos que debía quedar un remanente, los pobres del rebaño, que estaban sinceramente esperando al Señ-r y anhelando el regreso de su Mashiach. Habían entendido la palabra del Señ-r y cuando "la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1:14) le reconocieron y le aceptaron como su Mashiach.