d) DE LA FIDELIDAD EN LA ORACIÓN
25. La fidelidad en la oración se traduce en los incondicionales en tres compromisos: orar asiduamente, orar con otros, enseñar a orar. Consideren la oración como un medio excelente de santificación propia, una parte integrante de sus actividades pastorales, un servicio insustituible a los- hermanos, una ayuda eficaz a la Santa Iglesia y a la sociedad y una de las más nobles actividades del espíritu humano.
26./Los obligados a la Liturgia de las Horas cumplan este compromiso con espíritu eclesial, la celebren íntegramente según su deber, sin precipitación, y a sus horas. Los religiosos incondicionales pongan especial cuidado y esmero en celebradas comunitariamente, así como en hacer la oración en los tiempos y en las formas establecidos en sus Constituciones y reglamentos.
27. Practicarán y propagarán los Ejercicios Espirituales en completo retiro y en un clima de silencio, lo mismo que los retiros mensuales. Promoverán la santificación de los fieles y de modo especial de los llamados a vivir una vida de especial consagración al Señor, pues ésta es la voluntad de Dios (cf. 1 Tes 4,3).
28. Se consideran preces propias de los incondicionales: el ofrecimiento y renovación de su oblación al Señor, cada día; y cada día, con el rezo del Angelus, harán el himno a la caridad y concordia "Ubi caritas est vera", a la mañana, al mediodía y al atardecer; en la Eucaristía y en Vísperas y Laudes, siempre que les sea posible, añadirán preces por la paz, la unidad y la concordia. Celebrarán Misas por la paz, por la concordia, para pedir la caridad, por la reconciliación, por la unidad, por la Iglesia, etc. Un día al mes lo dedicarán a pedir especialmente por la concordia. Cada año darán relieve especial a la Jornada de la Paz, Semana de la Unidad, Día del Papa, Día de la Diócesis, Día del Amor Fraterno y todas las Jornadas que tienden a fomentar la solidaridad, la justicia, el amor, la concordia.