Ngo Mei Siu Lam Kung-fu  
 
 
Presentación del Proyecto
Ngo Mei Siu Lam Kung Fu
Programa Técnico
Bai He
She Quan
Historia y Evolución
Artículos
Revista "Ngo Mei Siu Lam"
 
Diálogos de la serie televisiva Kung-fu
 
 

 

(Ante un niño abandonado)

  • ¿Te sorprende que abandonaran al niño?
  • En todas partes hay hambre, maestro. ¿Qué es mejor: dejarle morir o forzarle a vivir?
  • Toda vida es sagrada. De este modo la unión entre el hombre y la mujer queda dignificada. Al margen de ella, la vida no existe; pero de tal unión, puede proceder la vida.
  • Entonces, ¿la vida debe ser siempre defendida?
  • La espina defiende a la rosa. Solamente daña a aquellos que desean arrancar la flor del tallo...
  • Maestro, ¿Se produce uno mismo el sufrimiento?
  • No, No.
  • ¿Entonces lo producen los otros?
  • No.
  • Entonces, ¿Uno mismo y los otros?
  • ¿Golpeas tu ojo con tu puño?
  • ¿Debo buscar el modo de devolverlo?
  • ¿Cuál es tu deuda?
  • Mi sufrimiento.
  • La venganza es una nave con una guía de agua; no lleva nada, salvo la promesa de su hundimiento.
  • Entonces, ¿debo responder a las ofensas con la caridad?
  • Responde a las ofensas con la justicia y el olvido. Pero a la caridad, responde con la caridad. El miedo es el enemigo. La confianza es la coraza.
  • Pero, maestro, No sabiendo lo que sucederá, ¿no es justo que se tenga miedo?
  • Quien se conquista a sí mismo es el mejor soldado. Hace lo que debe hacerse con corazón sumiso.
  • Maestro, ¿Cómo puedo saber si lo conseguiré?
  • Escucha a través del color del cielo. Mira a través del sonido del ala al batir. Busca el aire a través del perfume del hielo en un día caluroso. Si eres capaz de encontrar estas cosas, lo sabrás.
Bambú y Pino
  • ¿Por qué caminas?
  • Soy un eslabón.
  • Sentirse eslabón a disgusto es un despilfarro. Sentirse eslabón a gusto es también un despilfarro. ¿Qué razón hay entonces para gastar el tiempo volviendo a tus raíces, si eres una cadena?
  • Ninguna. Cuando anochece no veo nada ni oigo nada. Pero tengo miedo de ella.
  • ¿De qué?
  • De la muerte.
  • De lo que no tiene vida no se puede tener miedo, porque sólo puede sentirse miedo de lo que se yergue o de lo que se abate. No puede ser bueno medrar a costa de otro.
  • ¿Qué significa eso?
  • Significa que nunca debes enorgullecerte de llegar el primero. Estar más alto no significa estar más cerca, al igual que las espinas no significan las lágrimas.
  • ¿Por qué es así?
  • Porque si el hombre sabe cómo vivir, no debe protestar de su llegada...
Bambú y Pino
  • ¿A dónde te lleva el camino?
  • Me lleva, maestro. Todo viaje conduce a algún lugar.
  • Sí, pero el viaje comienza y finaliza.
  • Por tanto, el final da sentido a todo.
  • Busca conocer tu propio camino desde el comienzo hasta el fin. Busca luego los otros caminos de los que formas parte. Pero en esta búsqueda ten paciencia. Lleva el manto de peregrino que te resguarde y te dé fuerzas para perseverar.
Bambú y Pino
  • Te encontrarás con los pilares de la violencia. Muchos hombres tropiezan en el camino; van ciegos buscando la paz.
  • ¿Debo, entonces, tropezar con tales columnas, maestro?
  • Tú busca la paz; no sigas sólo el camino marcado por las huellas de los otros, a menos que el alma esté en peligro. Estamos todos unidos a través de nuestras almas. Dañar a una es dañar a todas.
  • ¿Y si es dañada, maestro?
  • En tal caso, el alma debe ser guerrero.
Bambú y Pino
  • Lo que los ojos ven, desaparece con la ceguera, como un soplo en el aire. Donde había luz, los ojos cerrados no ven nada. Así es lo que los ojos ven. Lo que ve el alma no puede desaparecer.
  • ¿Acaso el alma, maestro, no deja de ver cuando la muerte cierra los ojos?
  • No. El alma ve siempre.
  • Pero la vista desaparece.
  • Por la noche el sol no desaparece: brilla en otro lugar, pero no lo ves.
Bambú y Pino
  • Domina tu cuerpo, de modo que conozcas el precio de la fuerza.
  • Maestro: el precio de la fuerza es la muerte.
  • Sólo quienes se derrotan a sí mismos, podrán encontrar la fuerza interior.
  • ¿Pero no existe el peligro de derrotarse hasta la muerte?
  • Si el corazón sabe que no existe el peligro, el peligro desaparece. Si el alma se convierte en el guerrero todo miedo se disuelve como el copo de nieve que se posa sobre tu mano.
Bambú y Pino
  • Maestro, ¿cómo puede encontrar uno mismo su fuerza interior?
  • Siendo uno con cuanto se encuentra fuera de él.
  • Sin embargo, a veces hay fuerzas contrarias.
  • ¿Cuando se mezcla el fuego con el hielo, ¿quién perdura?
  • El hielo.
  • Sin embargo desaparece. ¿No desaparece el hielo al convertirse en agua?
  • Entonces, ¿el fuego?
  • Predomina lo que se niega a conocer el poder de lo otro. Si existe el miedo, ¿no existe también el peligro? Pero si no existe el miedo, ¿no desaparece el peligro? Si el tigre y el hombre son dos, el hombre puede morir. Pero cuando el tigre y el hombre son uno no existe miedo, no existe peligro. ¿Cómo las criaturas, siendo una con la naturaleza, se atacarían a sí mismas?
Bambú y Pino
  • Gracias, maestro, por liberarme de mis enemigos.
  • No lo he hecho por ti, sino por mí mismo.
  • Pero yo era el joven bárbaro al que querían golpear.
  • Cuando era un muchacho caí en un hoyo en el campo. Me había roto los huesos y no podía salir. Hubiera muerto allí. Pero pasó un extranjero y me salvó. Dijo que era su obligación. Que en pago de la ayuda que había recibido, debía devolverla a otros diez; cada uno de los cuales debería, a su vez, ayudar a otros diez, de tal modo que el bien se desparramaría por el mundo como los granos de un recipiente que se rompe.
    • Yo era uno de aquellos diez y tú eres uno de los míos. Ahora, yo te traspaso a ti esta obligación.
Bambú y Pino
  • Los buenos carreteros no tiran del carro. Los buenos luchadores no dan muestra de ira. El contrincante más difícil es quien vence antes de iniciar la batalla.
  • Pero, maestro, ¿No es una contradicción? ¿Entrenar nuestro cuerpo con tanta dureza para evitar la lucha?
  • Este es el poder del no-enfrentamiento, la forma de cómo el débil vence al fuerte.
Bambú y Pino
  • Las manos son los ojos y la lengua del tacto. A través de ellos, un hombre puede salir de sí mismo y ver los sentimientos de otro o decir los suyos.
  • Maestro, ¿No es lamentable que las manos de un hombre puedan causar dolor al igual que acarician?
  • El dolor y el placer son como dos campanas colocadas una frente a otra y el sonido de una de ellas resuena en la otra.
  • ¿Son, entonces semejantes el dolor y el placer?
  • ¿Lo son los ojos y la lengua? Vemos la mariposa y una llaga repugnante... Y es la misma lengua que ríe la que también grita...
Bambú y Pino
  • ¿Qué intentas ver más allá del mar?
  • Aquella parte de mi ser que apenas conozco; el pasado del cual procedo.
  • Algún día deberás buscarlo.
  • ¿Es conveniente conocer el pasado, maestro? ¿No nos roba el presente?
  • Si un hombre vive en el pasado, entonces pierde el presente. Pero el que ignora el pasado puede perder el futuro. Las semillas de nuestro destino son alimentadas por las raíces de nuestro pasado.
Bambú y Pino
  • Los ladrones se llevaron todo cuanto teníamos de valor, maestro: nuestro dinero, nuestra carreta, nuestros vestidos,...
  • Excepto lo que es irreemplazable: vuestras vidas. ¿Por qué abandonasteis el camino principal?
  • Somos unos locos. Nos fiamos de un extraño: un anciano bondadoso y de modales educados...
  • Traedles unos vestidos... ¿Qué lección aprendisteis de este hecho?
  • Esperar lo inesperado. Somos responsables por confiar en el anciano...
  • No castigamos la confianza. Si, mientras se construye la casa, un carpintero golpea un clavo y este se tuerce, ¿debe el carpintero dejar de tener confianza y abandonar su trabajo?
  • ¿Tenemos, entonces, necesidad de confiar a pesar de lo que a menudo se nos ha dicho sobre la existencia del diablo?
  • Lucha contra el diablo con la virtud y afirma el bien en el hombre con la confianza. De este modo estaremos preparados ante el diablo y fomentaremos el bien.
  • ¿Es el bien la recompensa por tener confianza?
  • Al luchar por un ideal no buscamos recompensas. Sin embargo, la confianza lleva consigo, a veces, una gran recompensa...
  • ¿Qué es lo superior al bien?
  • El amor.
Bambú y Pino

(Ante la contemplación de una mujer bailando)

  • Querido discípulo, ¿qué sientes?
  • Nada.
  • ¿Cómo te sientes?
  • A disgusto, maestro.
  • La mente, el cuerpo y el alma son uno. Cuando el cuerpo expresa los deseos de la mente y del alma, entonces está en armonía con la naturaleza, el acto es puro y no existe deshonra en él.
  • ¿Y qué es el amor?
  • El amor es armonía, incluso en el desacuerdo.
Bambú y Pino
  • En la charca existen algunas flores de loto que emergen del agua y, aunque sus raíces las alimentan, son insensibles a ello. Otras únicamente han alcanzado el nivel del agua y las hay que se encuentran aún bajo el agua.
  • ¿Tendré en cuenta para medir estas diferencias que puedo gozar de ellas de modo diferente, según su crecimiento?
  • Examina la flor ¿No es la flor, en todos los casos, una flor?
  • ¿Sucede igual con mis semejantes?
  • Siempre que puedas, sin traicionarte, mantén buenas relaciones con todos.
  • Pero la flor que está bajo el agua no conoce la luz del sol. A algunos hombres les resulta difícil comprenderme si no me conocen.
  • Acepta los modos de los demás, pero respeta antes el tuyo.
Bambú y Pino
  • Las tijeras cortan el papel. El papel cubre la roca. La roca rompe las tijeras...
  • ¿No son una pérdida de tiempo los juegos infantiles, maestro?
  • En sus juegos, los niños aprenden a veces más que en los libros. Mira más allá del juego, tal como observas a través del agua para ver lo que en ella sucede.
  • Cada uno, por turno, conquista al otro. No hay uno más fuerte o más débil.
  • Esta es la armonía de la naturaleza y no una pérdida de tiempo.
  • Lo recordaré, así como a quien me enseñó.
  • Tengo tres tesoros que conservo y entrego: el primero, el agradecimiento, porque de él procede el valor. El segundo, la frugalidad, de la que procede la generosidad con los otros. El tercero es la humildad, porque de ella procede el liderazgo.
  • Extraños tesoros. ¿Cómo podré conservarlos y guardarlos? ¿Con la memoria?
  • No, no en la memoria, sino en tus actos.
Bambú y Pino
  • Maestro, ¿Cómo puedo recorrer un camino pacífico, cuando el mundo rara vez lo es?
  • La paz no se encuentra en el mundo, sino en el hombre que recorre el camino.
  • Pero en mi camino puedo encontrar hombres no pacíficos...
  • Entonces, busca otro camino.
  • ¿Y si cada vez aparecen quienes desean ser violentos y no quieren la paz?
  • Para alcanzar la perfección, un hombre debe desarrollar tanto la piedad como la sabiduría.
  • Pero, maestro, ¿cómo no luchar con un hombre que quiere luchar conmigo?
  • En un corazón que es uno con la naturaleza, aunque el cuerpo luche, no hay violencia. Pero en un corazón que no es uno con la naturaleza, aunque el cuerpo esté inmóvil, existe ya violencia. Sé en todas partes como la proa de una barca: yende el agua; sin embargo, la deja en su estela intacta.
Bambú y Pino
  • No utilices el arco para matar.
  • Entonces, ¿para qué?
  • Para meditar.
  • ¿Meditar?Y ¿en qué pienso?
  • No pienses en nada, salvo en ser uno con la flecha. Disparar la flecha y dar en el blanco no se "hace"; simplemente "sucede": es una experiencia que se siente... La diana, la flecha, el arco, no son distintos, no son cosas diferentes... Todos son uno.
  • No creo que pueda comprenderlo.
  • Eso es bueno. Es el dilema eterno. Cuando cejes en tu empeño por comprender, sabrás la verdad, aunque no la comprendas.
Bambú y Pino
  • Maestro, ¿qué hacía ahí sentado? ¿Meditando?
  • Estaba vaciando mi mente de impurezas, de distracciones.
  • Y eso, ¿cómo se consigue?
  • Contemplo la naturaleza de las cosas tal como son.
  • ¿Así es como consigue controlar su cólera?
  • Así es como intuyo en todos los aspectos de la vida un cierto sentido de paz.
Bambú y Pino
  • Maestro, mi mente está confusa. Aprendemos a fortalecer nuestro cuerpo y, sin embargo, se nos enseña que debemos respetar a todos aquellos contra quienes podríamos emplear nuestra fuerza.
  • Cuando tu vida o la de un inocente sea amenazada, entonces sabrás defenderla.
  • Y, estando mejor preparado que los demás para hacerlo, ¿no debería enfrentarme al enemigo y luchar?
  • Ignora a quien te insulte. Controla el hervor de tu sangre. Huye del que te ha ofendido.
  • ¿No es esa la actitud de un cobarde?
  • El jabalí salvaje huye del tigre. La naturaleza ha provisto a ambos con armas mortales y ambos saben que pueden causar la muerte del otro. Al huir, el jabalí salva su propia vida y también la del tigre: eso no es cobardía, es amor a la vida.
Bambú y Pino
  • ¿No quieres venerar el recuerdo de tu padre a través de las cosas que le fueron próximas?
  • Maestro, me han enseñado a renunciar a las posesiones para que estas no me posean a mí.
  • Ese objeto es un recuerdo que no sólo puedes guardar en el corazón, sino también entre tus manos.
  • No, maestro. No quiero conservar esos recuerdos.
  • Entre el padre y el hijo existe un puente que ni el tiempo ni la muerte pueden destruir. Padre e hijo en cada extremo deseando atravesarlo y encontrarse...
  • Mi padre ha muerto.
  • El puente del que te hablo es el que ha formado tu amor por él.
Bambú y Pino
  • Maestro, ¿He de vivir siempre en la soledad?
  • ¿La sientes acaso?
  • No. No me asusta la soledad, pero no comprendo por qué no me urgen los deseos que sienten otros hombres.
  • ¿Recuerdas el primer día que llegaste aquí? Permanecías bajo la lluvia, no jugabas con los otros discípulos.
  • Mis padres había muerto. Estaba solo.
  • ¿Por eso tardaste tanto en reunirte con nosotros?
  • Sí. Por eso.
  • También nosotros estábamos solos.
  • Pero vivían aquí, juntos.
  • El hombre, como los animales, está hecho para vivir con otros de su especie. Pero el significado que tiene vivir en grupo se encuentra a través de la soledad.
  • ¿Por eso es por lo que me aceptaron y me enseñaron?
  • Te hemos enseñado a ser hombre porque ya poseías el conocimiento.
Bambú y Pino
  • Maestro, se nos ha enseñado que el don más importante de nuestra naturaleza es poder llegar a los demás.
  • Decir y escuchar, enseñar lo que conocemos con certeza a quienes no lo conocen. Enviar pensamientos de paz a través del puente de las palabras.
  • Yo hablaré sólo cuando me hablen.
  • Tiende tus manos a todos. Por eso, ten cuidado con lo que te permites coger. Vete ya y conserva sobre todo la pureza de tu visión...
  • He fracasado en mi misión, maestro. Me han engañado.
Bambú y Pino
  • El mundo en que vives es solamente agua y peces. Hay doce peces, doce mundos.
  • Sólo hay un mundo.
  • Muchos: el que tú ves, el que veo yo... el de cada uno. El mundo en que vives es misterioso, excitante, desconocido. El mío es viejo, familiar y tranquilo. Nunca conocerás mi mundo, ni yo el tuyo.
  • ¿Nunca?
  • ¿Puedes ver con mis ojos? ¿Pensar con mi cerebro?
  • Pero, maestro, usted es uno con la naturaleza, igual que yo.
  • Somos uno en verdad, pero no somos idénticos. Cuantos seres vivos existen poseen mundos diferentes. No te consideres el centro del universo: sabio, recto y bello. Busca, en cambio, la sabiduría, la rectitud y la belleza para honrarlas en todo lugar.
Bambú y Pino
  • ¿Dónde se encuentra el mal? ¿En la rata cuyo instinto es robar el grano, o en el gato cuyo instinto es matar a la rata?
  • La rata roba. Para ella el gato es el mal.
  • Para el gato es la rata.
  • Pero, maestro, uno de los dos tiene que serlo.
  • La rata no roba. El gato no mata. La lluvia cae. El torrente se despeña. La colina está inmóvil. Cada uno actúa conforme a su naturaleza.
  • ¿No existe el mal entre los hombres? Cada uno habla de sí mismo como si fuera bueno. Al menos para él.
  • Una persona puede decir muchas cosas de ella misma. ¿Pero acaso el universo del hombre es sólo él?
  • Si un hombre me hace daño y yo le castigo quizás no vuelva a hacerloa ningún otro.
  • Y ¿si no le castigas?
  • Quizás piense que puede hacer lo quiera.
  • Quizás. O quizás aprenderá que algunos reciben ofensas y devuelven amistad.
Bambú y Pino
  • La telaraña está hecha con hilos de seda tan finos que un soplo la destruye. Sin embargo, para la araña es un abrigo seguro.
  • Para mí no es más que una telaraña.
  • Cuando el viento sopla, la pluma baila en el remolino. Pero la pluma más débil que el viento, no puede hacer otra cosa. ¿Es este el modo de los hombres?
  • Los hay fuertes y los hay débiles.
  • Efectivamente. ¿Qué es más fuerte, esta tabla o tu mano?
  • La tabla.
  • ¡Golpéala usando tu brazo como arma!... Aun siendo más fuerte, la tabla se quiebra.
  • ¿Puede lo más débil ser lo más fuerte?
  • Considera el camino de la vida como una corriente. un hombre se deja flotar y no le cuesta avanzar. El mismo hombre, si intenta ir contra la corriente se agota. Ser uno con el universo significa encontrar el camino auténtico de cada uno y seguirle.
Bambú y Pino
  • Maestro, el mudo no es como nosotros y sin embargo permanece.
  • El río busca su propio nivel. No disputa con la roca. Fluye rodeándola. Y la roca se convierte en un refugio en el río.
  • Pero aquí le comprenden. ¿Qué le ocurriría fuera?
  • ¿Existe algo fuera? ¿Quién comprende a un mudo mejor que un pájaro o un niño? Aunque la naturaleza oscureció su mente, dejó en silencio su lengua y torció su cuerpo, le dio una magia a sus manos. Esto lo saben las criaturas. ¿No es un regalo más precioso que la fama o la belleza o la riqueza de un rey?
Bambú y Pino
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