Ngo Mei Siu Lam Kung-fu  
 
 
Presentación del Proyecto
Ngo Mei Siu Lam Kung Fu
Programa Técnico
Bai He
She Quan
Historia y Evolución
Artículos
Revista "Ngo Mei Siu Lam"
 
Diálogos de la serie televisiva Kung-fu
 
   
  • ¿Por qué dudas?
  • Estoy asustado.
  • ¿Qué es lo que te produce miedo?
  • Ignoro lo que hay detrás de esa oscuridad.
  • No hay más que un pasillo y al final una habitación que hace tiempo que no se utiliza. ¿Cómo puede producirte miedo?
  • Está muy oscuro, maestro.
  • ¿No está también oscura tu habitación?
  • Sí.
  • ¿Y cuando estás en ella tienes miedo?
  • No, maestro.
  • En ese caso, quizá haya una razón superior para que te asustes.
  • Maestro, antes de venir aquí, un muchacho contaba en el mercado que hay un pasillo de la muerte. Dijo que la habitación del fondo contenía los cadáveres de cuantos llegaron hasta ella.
  • Pero ¿qué es lo que te he enseñado?
  • Que la vida es un pasillo y la muerte sólo una puerta.
  • ¿No me crees aún?
  • Sí, maestro. Pero todavía estoy asustado.
  • Llegará el día en que aprenderás a tener miedo únicamente de tu propio miedo. Hablaremos de esto en otra ocasión. Es hora de acostarse...
    ...Podremos sobrevivir a toda contrariedad, mientras cada uno recuerde lo que es ser hombres. El poder de conservar la vida no reside en la superstición, sino en el destino. Si caes en la superstición te creas tú mismo un nuevo y desgraciado destino... La superstición es un imán: te lleva en la dirección de tu creencia.
Bambú y Pino
  • ¿Cuál es el valor de la verdad, maestro?
  • Une a cada persona con su propia realidad.
  • Es difícil de entender.
  • La verdad es fácil de entender, excepto por quienes se niegan a ella.
  • ¿Debo entonces decir la verdad, sean cuales fueren las consecuencias?
  • La perfección no puede existir en un mundo imperfecto. Procura conocer la verdad y lucha siempre contigo mismo por ser honrado.
Bambú y Pino
  • Estás ciego. ¿Es eso todo lo que has aprendido?
  • Sí, maestro. Le pido perdón.
  • Perdónate a ti mismo puesto que de ti se trata. ¿Cuál es la causa de tu venganza?
  • Me vengo de mí mismo.
  • Sí, pero ¿y el motivo?
  • Por ser un cobarde.
  • ¡Ah, ah! ¿Cuándo te descubriste así por vez primera?
  • Ayer. Llegó la noche cuando estaba en el camino del bosque, maestro. Me dieron miedo la oscuridad y también las sombras que me seguían.
  • No es extraño que los niños tengan miedo de ellos mismos. ¿Dónde estaban las sombras?
  • Detrás de mí y me seguían a todas partes.
  • Ah ¿sí? ¿Y de quién eran las sombras?
  • De mí mismo. Pero me asusté.
  • No existe cobardía si la persona está juiciosamente alerta. No existe venganza si la persona se conoce a sí misma. El cobarde y el héroe caminan juntos en el mismo hombre, pero todo hombre debe conocerse a sí mismo y estar alerta para descubrir en cada momento el alcance de sus posibilidades y sus limitaciones.
Bambú y Pino
  • Un sacerdote de Shaolin puede servirse de un arma pero sin dañarlo. Un sacerdote de shaolin puede servirse de un árbol, pero sin serrarlo. Se servirá de los dedos y las manos. Tendrá que golpear solamente con las manos sin emplear herramientas. El ejercicio de las artes marciales tiene como fin el fortalecimiento del espíritu, basándose en la autodefensa. Cuando seas atacado por más de una persona, deberás forzar al enemigo a que realice el primer movimiento, dando lugar de esta manera al comienzo de su derrota.
Bambú y Pino
  • Han muerto. ¿Qué puedo hacer, maestro?
  • Pídeme lo que quieras.
  • Pero, maestro, ¿y después? No puedo ser siempre un niño.
  • La montaña nevada nos parece bella, pero cuando se deshace la nieve, surge el verdor de la hierba. Quien nada pierde, nada gana. Y quien nada ha ganado, nada perderá. ¿Lo comprendes?... Sientes compasión por ti mismo...
  • ¿Cómo sabe lo que siento?
  • Tu respuesta es el enfado. No contra mí, sino contra tus padres por morir y dejarte solo. No me hagas responsable de ello, porque en ese caso, yo también me enfadaré.
  • ¿Qué me importa lo suyo?
  • ¿De verdad, discípulo?
  • ¡Maestro!...
Bambú y Pino
  • Maestro, este hombre ha robado una bandeja de plata, del altar... (El maestro le entrega al ladrón la otra bandeja con la que hacía pareja)

(El discípulo tira una piedra a las tranquilas aguas del lago...)

  • ¿Hacia dónde viaja tu piedra?
  • Hacia el fondo. Su viaje termina allí.
  • Todo viaje comienza y también termina.
  • Pero, "hasta el fondo" es un viaje muy corto...
  • ¿Acaso la piedra, al entrar en el agua, no ha comenzado un viaje?
  • Parece tan inseguro...
  • Igual que los viajes por la vida: empiezan y terminan. Pero hay otros viajes más duraderos: un padre que tiene un hijo, quien a su vez se convertirá en padre que dará vida a un hijo...
  • ¿Quiere decir que ellos son "yo", y yo soy "ellos"?
  • Primero busca donde empieza y termina tu propio viaje. Busca otros viajeros que pasen cerca de tu camino. Puede que en esa búsqueda te encuentres a ti mismo. Y si aprendes cuál es el refugio de los otros viajeros eso te habrá ayudado a madurar.
Bambú y Pino
  • ¿Estás pescando en nuestro lago de lilas?
  • No, maestro. Estoy viendo algo que me confunde.
  • Ah ¿sí? ¿Qué es?
  • El palo es recto y sin embargo en el agua parece doblarse.
  • Eso no debe confundirte. Simplemente es algo que aun no comprendes.
  • Entonces ¿Lo que veo no tiene importancia?
  • ¿Acaso no sabes que todo aquello que ves está hecho de reflejos que son enviados a tus ojos igual que una pelota que choca contra una pared?
  • Sí. ¿Pero porqué parece que el palo se dobla?
  • Es como si la misma pelota fuera arrojada contra dos muros diferentes: el agua y el aire. La retina de tu ojo sufre engaño.
  • Lo siento, maestro, pero sigo sin comprenderlo.
  • Mira las cosas desde cerca. Quizá así las veas con mayor claridad. Quizá así descubras otras cosas que desconoces. Pero lo importante es que encuentres la forma en que los otros te vean a ti.
Bambú y Pino
  • ¿Podré luchar de esa forma tan perfecta?
  • La lucha debe entenderse sólo para hacer que el cuerpo sea uno con la mente. No debe ser un arma que empleemos contra los demás. ¿Qué has encontrado?
  • Una araña, maestro. Ha capturado una mosca. ¿Debo destrozar la cárcel que la apresa?
  • ¿Por qué?
  • Para que no haga prisioneras a las criaturas que antes eran libres.
  • Piensa con detenimiento. Si destruyes la tela de araña, la araña, que no sabe hacer otra cosa, construirá otra.
  • Sí, pero si no me está permitido matar a la araña...
  • Piensa con más detenimiento aún. ¿No es también la araña prisionera de su propia tela?
  • Sí, pero si no hago nada para remediarlo capturará a más seres vivos, los hará prisioneros y los matará.
  • Así que solamente te preocupas por la mosca a quien la naturaleza ha dado alas para volar.
  • Es un espectáculo cruel verla prisionera.
  • Sigues sin comprender. ¿Quién es más prisionera: la mosca que vuela libremente hacia un peligro desconocido, o la araña que habiendo tejido su tela en ella permanece desconociendo el placer de la libertad y la aventura del peligro?
Bambú y Pino
  • Un simple golpe en la base del cuello, puede resultar mortal.
  • Maestro, creo que nunca lo podré hacer. No quisiera desobedecer...
  • ¿Encuentras el ejercicio muy difícil?
  • No, maestro. Muy cruel.
  • ¿Y el que te maten, cómo lo consideras?
  • Entonces, ¿debo aprender esos ejercicios para poder defenderme?
  • Primero aprende cómo vivir. Después aprende cómo no matar. Luego aprende a vivir con la muerte y finalmente aprende cómo morir.
Bambú y Pino
  • ¿Qué hermosa imagen has hecho para deleitar tus ojos?
  • La rama de un árbol.
  • ¿No es el pintar un gozo tratando de salir de un hombre tan lleno de belleza que no hay bastante espacio en él para contenerlo?
  • Maestro: no sé si debo hablarle de algo que me preocupa. He visto a una joven. Su pelo es suave y largo; su voz armoniosa; sus ojos me han embrujado. Mis noches están llenas de inquietantes sueños. Mi despertar es sombrío. ¿Cómo puedo saber si esto es amor?

(Señalando a un reloj de arena)

  • ¿Qué es lo que ves?
  • Dos recipientes de cristal unidos. Uno de ellos está lleno de arena.
  • ¿Sólo uno?
  • El otro está vacío.
  • Mira: el amor es como un riachuelo que corre y no se escucha. Sin embargo, canta para que los otros le oigan. Sentir el dolor con infinita ternura. Despertar con el corazón alegre y dar gracias por tener otro día de amor. Vaciarte tú mismo y sin embargo estar lleno. Un hombre viejo te lo dice. Sólo así se conoce el amor.
Bambú y Pino
  • Dime: ¿Qué hace la sombra?
  • El brazo en el reloj de sol.
  • Y ¿qué me dices del sol?
  • Sí, el sol... Ambos nos ayudan a medir el tiempo.
  • Pero ¿Acaso este reloj no se interpone en el camino del sol y desafía su luz?
  • Maestro, no logro entender. Hay cosas que usted quiere enseñarme y son una contradicción...
  • Dispara la flecha... ¿Quien hace que llegue al blanco? ¿El arco o la flecha? Lánzala y la flecha no tendrá más remedio que buscar el blanco. Pero sin la flecha el arco es sólo una promesa vacía de vuelo.
  • Sigo sin entenderlo.
  • Cuando debas elegir entre un bien y otro o entre un mal y otro, recuerda esto: si el hombre está contento buscando un ideal, debe seguir haciéndolo y vivir su propia vida.
Bambú y Pino
  • ¿Qué te inquieta? ¿Que ese niño era de tu misma edad?
  • Habló de una maldición.
  • Y ¿quién fue el que le maldijo?
  • Su maestro, el hechicero, porque se había escapado.
  • La mente que no discierne es como la raíz del árbol: absorbe por igual todo cuanto toca, incluso el veneno que puede matar.
  • Pero él no tomó veneno alguno y no estaba enfermo...
  • Eso es cierto...
  • Entonces, ¿por qué ha muerto? No lo comprendo.
  • ¿Acaso el muchacho no creía que iba a morir?
  • No quería creer en otra cosa.
  • Por tanto, su vida no tenía más opción que abandonarle... Aprende de él.
  • Maestro, he estado en el templo del hechicero... Le seguí, pensando en aprender grandes secretos. Me escapé de allí.
  • Antes de haber aprendido sus grandes secretos...
  • Me maldijo como había hecho antes con el muchacho que murió. Ahora puede que yo...

(Colocando una vela frente al espejo)

  • ¿Qué es lo que ves en el espejo?
  • La llama de la vela.
  • ¿Causa la llama algún daño al espejo?
  • No, maestro, tan solo la refleja.
  • Sé tú como el espejo.
  • ¿Cómo lo conseguiré?
  • No permitas que el mal entre en ti. Refléjalo a su fuente de procedencia.
  • Y así ¿estaré a salvo?
  • Ve y duerme...
Bambú y Pino
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