Ngo Mei Siu Lam Kung-fu  
 
 
Presentación del Proyecto
Ngo Mei Siu Lam Kung Fu
Programa Técnico
Bai He
She Quan
Historia y Evolución
Artículos
Revista "Ngo Mei Siu Lam"
 
Diálogos de la serie televisiva Kung-fu
 
   
  • ¿Por qué tenemos leyes?
  • Para poder vivir en armonía.
  • La ley de la abstinencia busca fortalecer el espíritu y purificar nuestro cuerpo. Un hombre puede morir por falta de alimento, pero naciones enteras han caído por falta de espíritu... Disciplina. Disciplina es la cura... La fruta de este árbol es deliciosa, pero para disciplinar nuestro cuerpo no la tocaremos, ni siquiera yo.
  • Entonces, ¿para qué nos la muestra, maestro? El seguir la abstinencia ya es bastante difícil.
  • Para estar seguro de que ustedes conocen y comprenden la ley y se acuerden de respetarla.

(A escondidas, un discípulo ha arrancado una fruta del árbol, rompiendo, al parecer, su voto de abstinencia)

  • ¿Admirando la naturaleza?
  • Sí, maestro. ¿Cuál es mi deber para con la ley?
  • Debes ayudar a la ley a que sirva a la justicia.
  • He visto faltar a la ley. ¿Sirvo a la justicia si dejo que eso quede sin castigo?
  • ¿Cuál es el propósito de la ley?
  • La disciplina.
  • Y ¿quién es servido por esa disciplina?
  • Todos los que cumplen la ley.
  • Al faltar a la leyde la disciplina ¿se niega la justicia sólo a sí mismo?
  • ¿Es lo mismo con todas las leyes?
  • Considera: si has faltado, ¿te niegas la justicia sólo a ti mismo?

(El discípulo está dando de comer a su pájaro con la ciruela que cortó del árbol. Dialogan entre los dos discípulos)

  • ¿Me viste coger la ciruela?
  • Por dos veces.
  • Y ¿No has dicho nada?
  • No he dicho nada.
  • Mi joven amigo ya es lo bastante fuerte para volar.
  • Pero tú violaste la ley del maestro...
  • Pensé que la fruta del árbol sería mejor para mi pequeño amigo. ¿Hice mal en violar la ley?...

(Los dos discípulos ante su maestro)

  • He quebrantado la ley, maestro, y pido perdón.
  • Y yo también.
  • ¿Por qué no viniste a decirme que tenías una paloma herida?
  • Quebranté la ley, maestro y usted me dijo: "No la quebrantes".
  • El daño te lo hiciste a ti mismo. Cuando observaste coger la ciruela, ¿creíste que era para él?
  • Lo hice, maestro.
  • Entonces el daño se lo hiciste a él.
  • Y a usted, maestro, por no decírselo.

(El maestro, con gran humildad)

  • Y yo les hice un gran daño a ambos.
  • ¿Por qué?
Bambú y Pino
  • Ambos habéis demostrado vuestra maestría en esta disciplina de la lucha.
  • Maestro, ¿quién ha sido el vencedor?
  • ¿Vencedor?
  • ¿No debe ser uno quien sea el vencedor y otro el vencido?
  • Cuando erais niños, ¿no os parasteis ante una fuente a ver las burbujas del agua?
  • Era algo hermoso de ver.
  • En esencia es una victoria de los transparentes círculos del líquido sobre el insustancial aire que está en reclusión. Pero las burbujas no se pueden coger. ¿Por qué es eso?
  • Porque están vacías; no tienen sustancia.
  • Y aún así pueden resultar victoriosas.
  • Y ¿la derrota?
  • ¿Acaso el verdadero valor no está tanto en saber ganar como perder?
Bambú y Pino
  • Es una criatura horrible.
  • Sin embargo, esta criatura puede parecerle bella a otras personas.
  • Entonces ¿no existe un patrón para la belleza?
  • La belleza es constante, como lo es la verdad. Y uno debe buscar cuál es la verdad.
  • ¿Cuál es la verdad del hombre, maestro?
  • Se ha dicho que el hombre es tres cosas: lo que él cree que es, lo que otros creen que es y lo que es. ¿Cuál de ellas crees que es la verdad?
  • Lo que el hombre es. Pero si se equivoca respecto a sí mismo y los demás se equivocan también, ¿quién dirá lo que en verdad es?
  • ¿En qué momento puede un hombre considerarse hecho, mientras vive y crece?
  • Entonces ¿cambia?
  • Lo mismo que el gusano: se transforma a sí mismo en una etérea y hermosa criatura.
Bambú y Pino
  • Maestro, los diablos quieren llevarme.
  • Aquí no hay diablos. Puedes verlo. Fue un mal sueño...
  • Maestro. ¿Por qué he tenido ese sueño?
  • Todos tenemos sueños de diferentes tipos, bueno y malos. Algunos son vanos, fútiles, basados en esperanzas infundadas. Hay sueños que alegran e inspiran, basados en altas aspiraciones e ideales. También hay sueños falsos, basados en las mentiras de uno mismo o de otros.
  • ¿Qué fue lo mío?
  • Creo que lo tuyo fue un catalizador del sueño entre la ficción y los hechos reales. Y así salieron los demonios en tu sueño.
  • Mi sueño ¿fue falso?
  • Falso para ti. Por tanto, una pesadilla. Sin embargo, para el artista fue un signo real y bueno porque en su fabricación realizó el ideal interior del perfecto dragón.
Bambú y Pino
  • Pelea muy bien: es el más fuerte y seguramente es el mejor.
  • Es el más fuerte y el más débil. Pronto será despedido.
  • ¿Por qué, maestro?
  • ¿Qué se gana si uno utiliza la fuerza con violencia y enojo?
  • Una victoria rápida.
  • Todo ser violento es débil porque la violencia carece de mente. ¿No es más aconsejable buscar el amor de una persona que desear su rápida derrota? El camino de la violencia no lleva a ningún fin...
  • Se burlan de mí, maestro.
  • Compadéceles. El dar felicidad honra a quien la da.
  • Pero ellos se burlan de mí porque pretendo cuidarles.
  • ¿Porque les cuidas?
  • Sí.
  • ¿Porque das comodidad a quien comodidad necesita?
  • Dicen que no es de hombres.
  • Hay una fuerza dentro de nosotros que rompe los obstáculos invisibles con la mano. Eso proviene de un cuerpo que ha sido bien entrenado. Pero hay otra fuerza que emana ternura y amor y da comodidad a aquel que la necesita. Esa fuerza proviene del corazón. Tú has demostrado tener ambas fuerzas, por lo que la naturaleza te ha dotado de los atributos de un verdadero hombre. Porque tú sabes dar sin necesidad de recibir. Algo que no todos han aprendido.
Bambú y Pino
  • Joven: observo un gesto de enojo en tu rostro.
  • No me gusta ser un sirviente.
  • ¿Te consideras inferior al servir a otro?
  • ¿Cómo puedo contestar? Yo no sé lo que es ser servido.
  • ¿No decían los antiguos que "rango y recompensa no tenían la atracción para un hombre que fuera uno consigo mismo"?
  • Pero usted, maestro, es servido y, por lo tanto, más grande.
  • ¡Más pequeño! He recibido sin verdadero respeto lo que tú me has dado. Ambos debemos aprender. Por favor, siéntate en mi lugar.
  • No me parece correcto, maestro.
  • Es mi deseo, maestro...
Bambú y Pino

(El maestro está lavando los pantalones de su discípulo...)

  • Fue un placer lavarlos por ti.
  • Estaban muy sucios por mi trabajo en el jardín.
  • Sí, pero ya no.
  • Le estoy muy agradecido.
  • Y yo a ti por tenerme a tu servicio... Si uno sirve, es servido y, aunque se le sirve, está sirviendo. Todos somos forros del mismo traje.
  • No logro entenderlo. Me gusta que mi trabajo esté hecho y me avergüenza no haberlo hecho yo mismo.
  • Otra vez me estás enseñando.
  • ¿Yo?
  • Un verdadero hombre no se enriquece por su propio interés ni hace de la pobreza una virtud: sigue su camino sin tener que depender de los demás. Sin embargo, no muestra arrogancia si necesita de alguien. El hombre más grande es nadie...
Bambú y Pino
  • ¿Te ves a ti mismo en el reflejo del agua?
  • Sí, maestro. Y me avergüenza no poder ser más de lo que soy.
  • El sabio dice: "Lo que se encoge ha sido estirado; lo que se frustra ha sido fuerte; aquello que se cae estaba en alto". Antes de recibir, uno ha debido dar.
  • Fue el orgullo lo que no me dejó inclinarme ante usted.
  • ¿Es fácil inclinarse y honrarse a uno mismo?
  • ¿Acaso soy yo igual que usted?
  • Lo eres.
  • Pero usted es importante y yo no.
  • ¿No somos igual de importantes y de no importantes?
  • ¿Cómo es posible si usted es mi maestro?
  • Yo soy viejo. Tú eres joven. Yo estoy arrugado. Tú terso. ¿Acaso eso cambia la naturaleza que compartimos? Mira debajo de la superficie, en ti mismo y en los demás, sólo lo que es real. Los unos nos juzgamos a los otros. En este mundo imperfecto en el que vivimos la perfección es una ilusión y las normas por las que pretendemos medirla son otras tantas ilusiones. La perfección se mide por la edad, raza, color de la piel y color del pelo. Más por lo físico que por lo mental. Pero todos somos iguales. Debes recordar siempre que los juicios más duros están reservados para nosotros.
Bambú y Pino
  • Tienes que aprender a controlar tanto los movimientos de tu cuerpo como los de tu mente. Eso te dará felices momentos de gracia, belleza y serenidad. Algunos lloran ante tanta belleza... ¿Lloras?
  • Maestro, es todo tan hermoso... Lloro por mi buena suerte.
  • ¿Tu buena suerte?
  • Estuve parado junto a esa puerta con otros niños, esperando poder entrar hasta esta paz. Sólo yo fui el elegido. ¿Qué hubiera pasado de no ser así?
  • Pero lo fue.
  • Sí, pero pudo no ser. ¿Dónde estaría yo, entonces?
  • ¿Quién puede decirlo?
  • ¿Qué me dice de los otros? ¿Dónde estarán ahora?
  • Eso es desconocido para nosotros.
  • ¿Qué pasa con los que jamás podrán entrar, los que jamás conocerán esta paz?
  • ¿Sientes pena por ellos?
  • Sí.
  • Por favor, acompáñame... Considera un campo de semillas de lirios. El viento que lleva las semillas no tiene favoritos. Las semillas caen donde pueden, de acuerdo con la suerte del viento y del tiempo. Aquellas que caigan en tierra fértil serán protegidas y cuidadas. Crecerán fuertes y florecerán. Las que caigan en tierra árida morirán. Algunas se aferrarán a la vida, aún en tierra árida, entrelas piedras o en lugares profundos. Y, así, el viajero, sin sospecharlo, llega ante un hermoso espectáculo, un simple lirio creciendo entre las rocas. El viajero que pasa, echará agua al lirio al pasar, agradecido a su fuerza y belleza y a su tenacidad por vivir. Y creciendo entre las rocas como lo hace, ¿no es acaso en esencia un lirio? ¿Y no es, acaso, tan bello como estos?
Bambú y Pino
  • Mi compañero no quiere hablarme, maestro.
  • ¿Por qué supones que no quiere hablar contigo?
  • Por el concurso de lucha que tuvimos ayer. Yo le vencí.
  • ¿Y crees que con eso has perdido algo?
  • Así es.
  • ¿Podrías prescindir de tus votos?
  • ¿Acaso los votos no son eternos?
  • Lo son. Pero ¿cómo podrías llegar a controlar el afecto de una amistad cuando en él debe haber el consentimiento de dos personas? Por eso, es bueno considerar con calma las cosas, antes de entregarse a un ideal, a una causa, a una amistad, porque el cauce que nos lleva a esas tres cosas no tiene regreso...
  • Sigue enojado y eso me preocupa. Yo no sé cómo contestar a su enojo.
  • Contéstale con amor. Uno no siempre puede mantener una amistad cuando el amigo cree que se le ha hecho un daño.
  • Pero yo no le hice ningún daño... Él se equivoca.
  • Cada hombre tiene el derecho de escoger a sus enemigos y a sus amigos. Puede que los escoja mal, pero la decisión es sólo suya y tendrá que vivir con las consecuencias y también con sus enemigos y sus amigos.
Bambú y Pino
  • ¿Por qué has roto las reglas y traicionado la fe que puse en ti, como discípulo de este templo?
  • Sólo he quebrantado un voto.
  • Veo que la pasión que anida en todo hombre se ha apoderado de ti y te ha llevado a la desobediencia.
  • Maestro, he luchado contra esa pasión. He luchado entre mi deseo de ser un monje Shaolin y mi deseo por esa mujer.
  • He observado tu tormento y esperado que recurrieras a nosotros.
  • Tal vez temo que ustedes me presten una fuerza que no me pertenece. Tal vez no deseo ser ayudado...
  • El Yin y el Yang son fuerzas opuestas, pero pueden existir juntas en la armonía de un perfecto círculo.
  • Yo no puedo encontrar esa armonía, maestro.
  • Por no haberlo podido hacer, abandonarás el templo para siempre...
Bambú y Pino
  • Nos traicionó y le vestimos y alimentamos...
  • Y tú, ¿lo desapruebas?
  • Él hizo el juramento de no revelar jamás nuestros secretos. Pero cuando nos abandonó hizo soldados de los granjeros y les llevó a la muerte en una rebelión.
  • Estoy al tanto de su desafortunada aventura. También sé que tiene hambre y frío.
  • Pero, maestro, si le damos de comer y le vestimos, ¿no tendrá fuerzas para buscarse más sufrimientos?
  • Puede ser. Pero cuando nos deje mañana, ¿acaso la tierra se hundirá bajo sus pies? ¿O el sol, que brillará para todos no le calentará? ¿El agua se convertirá en lodo cuando se detenga a beber? Si el sol, la tierra y el agua se abstienen de juzgarle, ¿quién soy yo para negarle una manta y una taza de arroz?
Bambú y Pino
  • Esto es una medicina efectiva para aliviar el dolor de golpes e hinchazones; disuelto en un líquido alivia el corazón y los pulmones, o causa la muerte...
  • Entonces, ¿es un veneno?
  • Y muy poderoso.
  • Sin embargo, también cura.
  • Sí. Pero sólo cuando se combina con otras sustancias en las más exactas proporciones. Como todas las cosas de la naturaleza, puede ser usado por el hombre para el bien o para el mal. Estudia estas hierbas cuidadosamente porque la diferencia entre la vida y la muerte puede ser medida por un abrir y cerrar de ojos.
Bambú y Pino
  • Maestro.
  • Te escucho.
  • Esta noche tuve un sueño en el que me vi a mí mismo.
  • ¿Qué es lo que viste?
  • Estaba rodeado de sombras terribles, sombras que se cernían sobre mí.
  • ¿Le pusiste nombre a esas sombras?
  • Las llamé "maldad".
  • Y ¿cuál es la naturaleza del mal?
  • No losé.
  • ¿Algunas veces has sentido amor y gozo? ¿Alguna vez has sentido orgullo de tus propias acciones?
  • Muchas veces.
  • Y eso, ¿te hace sentir bien?
  • Claro.
  • La naturaleza humana está formada por dos extremos: uno tiene la capacidad para sentir orgullo y el otro tiene la capacidad para hacer el mal. Es difícil que exista uno sin que le dé paso al otro. Porque la propia capacidad para hacer el bien nos lleva a la capacidad de recibir el mal.
  • ¿No se puede combatir el mal?
  • ¿Se puede combatir a toda la humanidad?
  • ¿No se puede vencer el mal?
  • ¿Puedes vencerte a ti mismo? ¿Qué es la maldad, más que la secreta necesidad de explayar sentimientos tormentosos? Lo único que debemos hacer es saber encontrarla y desterrarla.
Bambú y Pino
  • Tal vez desees contarme tu sueño.
  • Maestro, había un animal, una bestia, una bestia muy extraña.
  • ¿Tenía más de una cabeza?
  • No, maestro.
  • ¿Patas en exceso?
  • No.
  • Dijiste que era extraño...
  • Sus hombros eran como montículos. Su cabeza no se levantaba sobre ellos y era igual que un buey y, sin embargo, no era un buey.
  • ¿Tenía un gran tamaño?
  • No, maestro. No era más alto que mi barbilla, y muy gentil. Yo diría que era muy joven y estaba asustado por algo.
  • ¿Y tú estabas asustado por él?
  • Sí. Este no era como otros sueños que he tenido. Incluso ahora me siento como si yo hubiera estado ya allí.
  • Tal vez estuvieras, o tal vez estarás...
  • Pero, yo sé que era un sueño.
  • ¿Tú crees? ¿Acaso he estado yo a tu lado y ahora me voy para dejarme arrastrar de nuevo por el sueño?O ¿acaso ha sido un sueño también?
  • La bestia del sueño intentó una y otra vez hablarme, pero no podía... Luego, se dio la vuelta y desapareció.
  • ¿Desapareció, simplemente?
  • No. Pasó por una puerta roja.
  • ¿Es tu deseo entrar por esta puerta roja?
  • Sí. Creo que así comprenderé lo que la bestia quería decirme.
  • Veamos: yo te seguiré...
  • No es más que una cámara vacía. ¿No tiene ningún propósito?
  • Vamos a llamarla "cámara de la respuesta". Dime lo que ves.
  • Sólo la puerta roja.
  • ¿Se halla ante ti?
  • Sí.
  • Entonces ahí es donde debe estar esperando tu respuesta: detrás de la puerta roja.
  • Pero yo estoy detrás de ella...
  • Ah, ¿sí?...
Bambú y Pino
  • Maestro, una vez me dijiste que mi presente estaba arraigado en mi pasado.
  • Y a través de esas raíces extraemos nuestros alimentos y nuestras fuerzas.
  • Entonces, ¿las raíces forman parte también del futuro?
  • Desarraigado, ¿puede el árbol florecer y llevar frutos?
  • Sin el fruto ¿qué puede llevar la semilla de la futura generación y de este modo cumplimentar el ordenado ciclo de la eternidad?
  • Entonces, mi futuro está arraigado en mi pasado... ¿Cómo podré encontrar mi sitio?
  • El tiempo y tu Tao te lo dirán...
Bambú y Pino
  • Feliz año nuevo, honorable demonio
  • ¿Cómo supiste que era yo, oculto tras la máscara?
  • Te destino no es el de un demonio. Así, aunque parezcas ser un demonio, tus energías interiores traicionan a quien es realmente.
  • Supongo que lo malo es que yo, en realidad, no quiero ser un demonio.
  • Ah, ah. Has dado con una profunda verdad. ¿No puedes decirme de qué se trata?
  • Antes debo decidir quién y qué quiero ser.
  • Con el objeto de poder alcanzar ese ideal.
  • Debo convertirme en uno con él.
  • Poseerlo y ser poseído por él. Hasta que seas lo que quieres ser y no meramente una máscara, intentando engañarte a ti mismo y a los demás.
Bambú y Pino
  • Maestro, ¿qué es lo que obsesiona a ese hombre?
  • Está marcado para vagar hacia adentro, a través de él y más allá de una tierra oscura y aterradora donde no existen sendas y donde ningún letrero señala el camino.
  • Pero ¿por qué?
  • ¿Quién puede decirlo?
  • ¿No debería ser encerrado en su habitación?
  • ¿E impedirle que efectúe su viaje? Si logra cruzar la tierra sin caminos encontrará la paz, su respuesta, su curación. Mientras seamos capaces, debemos viajar con él, ayudarle a lo largo de su camino.
  • ¿De qué modo, si no hay ni carreteras, ni postes indicadores?
  • Existen los pasos: los suyos y los nuestros. Los daremos juntos. Ese es nuestro deber para con todos los que están "marcados".
  • Entonces, pienso que nunca desearé conocer a otro como él.
  • Muy frecuentemente un vagabundo en la tierra, sin caminos, encuentra aquello que buscaba y más: algo de raro valor para aquel que compartió su viaje. ¿Podrías arriesgarte a perder semejante ventaja?
Bambú y Pino
  • Maestro, ¿por qué se yerguen unas estatuas tan terribles a la entrada de una apacible casa?
  • Son los guardianes del umbral para alejar a los que no están preparados para el silencio interior.
  • ¿Por qué deben ser tan horribles?
  • Aquellos que son incapaces de comprender el camino ven las cosas como monstruos. Es mejor para ellos que no entren nunca aquí.
  • Sin embargo, si un hombre no teme a la piedra puede pasar libremente.
  • Puede pasar físicamente ante el guardián, pero si su mente se haya en el mundo exterior nos abandonará con el tiempo para reincorporarse a él.
Bambú y Pino
  • Tu corazón late demasiado deprisa. Debes tranquilizarlo. ¿De qué te asustaste?
  • He oído el silencio, maestro. Sentí que todo mi ser estaba tan difuso como una nube. Luego cayó lluvia del cielo y me atravesó. Yo formaba parte de todo y, sin embargo, era yo mismo.
  • ¿Has experimentado la unicidad?
  • Sí, maestro. Pero en medio de esta alegría, sentí como si me muriera. Eso es lo que me asustó...
  • Toma la lección del gusano de seda.
  • El gusano de seda se muere, la mariposa vive. Sin embargo, ellos no son dos seres separados, sino uno sólo y el mismo.
  • Como el hombre es lo mismo. Sus falsas creencias deben morir para que pueda conocer la alegría del canto. ¿Lo que sentiste en el silencio era real?
  • Sí.
  • Algo en ti está muriendo: se llama ignorancia.
Bambú y Pino
  • ¿Qué debemos decir de un espejo que recibe la tranquilidad y, sin embargo, refleja la preocupación?... El espejo de quien hablo eres tú.
  • No estoy preocupado por mí mismo, maestro, sino por el hombre enfermo. Si no acepta perder su mano, morirá.
  • ¿Es que el enfermero no se lo explicó con claridad?
  • Sí, maestro, pero...
  • ¿Sí?
  • ¿No debemos actuar a pesar de la obstinación del hombre enfermo, cuando la inacción podría destruirlo?
  • ¿Piensas que el maestro enfermero no es lo suficientemente contundente?
  • Yo mismo me he hecho esa pregunta.
  • Mira el agua a tus pies. ¿Acaso no dice el sabio "qué es más blando que el agua?; y sin embargo vuelve a la carga desgastando la rígida resistencia que no puede impedir su acción implacable? "¿Qué es más contundente que el agua tranquila?".
Bambú y Pino

(De discípulo a discípulo)

  • Te lo pido como hermano: ¡apóyame! Haz tuya la causa de la justicia. Triunfaremos sobre los mandarines y el pueblo será libre. Esta es una causa sagrada. La victoria nos aguarda...
  • Maestro: hace mucho que admiro a nuestro hermano.
  • En él hay mucho que admirar.
  • Temo que esté apartándose de nosotros, de nuestro camino.
  • Está enardecido por una profunda convicción. ¿Querrías hacerle renegar de esa verdad que tan ardientemente siente?
  • Pero, si somos hermanos, ¿no deberían nuestras creencias ser una sola?
  • Eso es lo que tu hermano desea con todo fervor. Nos haría renegar de nuestra verdad para aceptar la suya. Y ¿quién tiene razón?
  • No puede haber más senda que la senda del Tao...
  • Eso creemos. Entonces ¿deberíamos renunciar de este hermano, como hermano nuestro?
  • Maestro, ¿dónde se haya la hermandad?
  • Tu pregunta es muy digna de ser formulada, muy digna de ser tomada en consideración...
  • Maestro, nuestro hermano está listo para partir.
  • Dile que pase... ¿No te dejarás disuadir?
  • Nunca. No desperdiciaré ni un día más entre estos muros.
  • ¿Desperdiciar?
  • El pueblo vive como esclavo. Se muere de hambre y, aún así, los mandarines exigen tributo.
  • Nosotros oramos, meditamos, hacemos...
  • ¡No hacemos nada! ¿Cómo puedes estar ciego ante la miseria que te rodea?
  • Yo la veo.
  • Y no haces nada.
  • ¿Qué harás tú?
  • Todo. Asumiré la causa del pueblo. Lo conduciré, hablaré por él. Lucharé por él.
  • Una tarea impresionante. Te tendremos en nuestro pensamiento.
  • Todo está dicho.
  • Te deseamos vida...
  • Le habían enseñado a ser uno con el Tao, a fluir. Ahora él va contracorriente.
  • Él cree que es la voluntad del destino.
  • Y, ¿podría ser así?
  • ¿Se le puede pedir a un hombre que sea más que un hombre?...

(Después de un tiempo vuelve el discípulo de sus correrías, herido por los enemigos)

  • Bañadle, curad sus heridas. Llamad al maestro enfermero...
  • Fue atacado por los soldados.
  • Sí. La noticia llegó mientras comíamos. Había encabezado una revuelta en una aldea del norte. Ahora la aldea ha sido destruida y tu hermano está condenado a muerte.
  • ¿Y estará a salvo aquí?
  • Sí, pero ¿estará contento entre nosotros?...
  • Sus heridas se curan, maestro, pero su rabia no. Habla contra ti, maestro.
  • Lo sé. Lo ha hecho en mi propia cara.
  • He perdido todo respeto por él.
  • Dice el sabio: "El corazón de un hombre cabal no está encerrado en sí mismo, sino abierto a los corazones de otros".
  • Mi hermano no acepta tu bondad y, al mismo tiempo te desafía...
  • ¿Le harías tú ocultar su desafío?
  • Esta virtud especial que encuentras en mi hermano, ¿no es muy limitada?
  • A pesar de todo está ahí y es nuestra obligación reconocerla.
Bambú y Pino
  • ¿Eres tú, discípulo?
  • Yo soy, maestro.
  • Vuelves una vez más con nosotros. Vivo, incólume, pero llevas los andrajos de un pordiosero...
  • No pude encontrar una prenda más baja...
  • ¿Has abandonado tu causa?
  • Era falsa.
  • Buscabas aliviar las cargas del pueblo.
  • Mi preocupación sólo les acarreó mayores sufrimientos. ¡Fracasé! porque en su nombre, proclamado en voz alta, sólo buscaba mi propia gloria.
  • Se ha dicho: "Sé profundamente humilde y te aferrarás a los cimientos de la paz. Sé uno solo con todas las cosas vivientes que tras haber surgido y florecido regresan a la quietud de donde habían venido". Permanecerás aquí.
  • ¿Me lo permitiréis?
  • Nuestros corazones están abiertos.
  • Suplico tu perdón, maestro.
  • Tienes mi amor.
  • ¿Y el perdón?
  • Si lo encuentras, deberá proceder de aquel que te condenó. Yo espero que él será generoso, sin duda. Ha habido bastante destrucción...
Bambú y Pino
  • Vamos a renovar las palabras del sabio. "El hombre en su mejor momento...
  • …es como el agua:...
  • ... sirve a medida que avanza;...
  • ... es como el agua:...
  • ... busca su propio nivel,...
  • ... el nivel común de la vida...
  • ... Lo que él debe hacer hará...
  • ... pero no por la gloria...
  • ... Lo que él debe hacer hará...
  • ... pero no por su apariencia...
  • ... Lo que él debe hacer hará...
  • ... pero no para sí mismo".
  • "Un hombre es cabal no progresando él mismo...
  • Él se transforma eternamente en sí mismo".
  • Sí...

(le entrega al discípulo una vela para que la coloque en el altar).

Bambú y Pino
  • Es uno de nosotros otra vez, maestro.
  • Y con sí mismo. Cada hombre tiene su Sí y su No. De momento en momento. Siempre.
Bambú y Pino
  • Ese hombre es un mendigo como los demás. Puedo ver que tiene una gran necesidad de alimentos, pero él no come.
  • Busca satisfacer un apetito más fuerte.
  • Él aprecia lo que carece de valor.
  • Para ti o para mí, tal vez. No carece de valor para él.
  • ¿Fragmentos y pedazos de porcelana que no pueden volver a unirse?
  • No comprender el propósito de un hombre no le convierte en confuso...
  • ¿Te has despedido de tu amigo?
  • Lo mejor que puede, maestro.
  • La muerte no ha tenido ninguna victoria.
  • Pero mi amigo se ha ido.
  • ¿Acaso no está aún aquí, en su obra de porcelana, esfuerzo sobre esfuerzo, pieza sobre pieza, belleza sobre belleza? ¿Sólo nos queda su obra, o nos queda el hombre en su obra?
Bambú y Pino
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