Los budistas reconocen en el Loto el asiento del Buda. Simboliza la pureza última y la perfección, ya que emerge impoluto del fango. Cada parte de la planta, de las raíces a los pétalos, tiene utilidad, poseyendo propiedades medicinales. Como tal, la planta en conjunto, tiene una importancia profunda; representa el vacío hacia el centro y el esplendor exterior, lo cual conduce a la verdadera naturaleza del ser humano.