lecciones
 

Poesía para niños y jóvenes

Gidumot (1964).  Desde la soledad de las colinas (1989). Lecciones de Historia (1994)

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De: Gidumot

Riqueza de la tarde

(fragmento)

 

Al término del cuento, el de los ojos vivaces, el de la voz quebrada y verde como una rama sacudida en los labios, me dijo: "Tío, ¿es cierto que las cosas que no sirven se tiran al suelo?".

Pensando en el largo sendero brumoso, en las enormes piedras, en la danza desnuda de los árboles, le dije: "No es cierto. Nunca debes tirar las cosas al suelo. Puedes herir a una paloma que muere de tristeza, a una estrella dibujada en el agua, a uno que pide limosna, a las flores, al verano, a la primavera que nos hace cantar bajo la sombra del día".

 

 

 

 

De: Desde la soledad de las colinas

La magia

(fragmento)

Lloraba una niña en la puerta de su casa, al pie de un hermoso y viejo eucalipto, porque su amiguito, con quien había salido a pasear y recoger caracoles en el río, se había convertido en una golondrina y unos cazadores lo habían acribillado.

Como ni la lluvia, ni la noche, ni los magos lo devolvían a la vida se puso a llorar como una mariposa extraviada, pero como nadie le hacia caso, pensó: "Mejor me voy a las estrellas, para ver si mi amiguito esta perdido en una playa". Y así fue. La niña voló hasta las estrellas, donde segúnnuestras abuelas, allí sólo viven los espantapájaros más locos del infierno.

 

 

De: Lecciones de Historia

 

El dictador y el sueño

 (fragmento)

"Mi mayor poder es la ley" decía, mientras bailaba como una calavera en el corral de las gallinas. Y su ley era un gigantesco revólver que disparaba mil balas por segundo... Por lo que después de poner una flor en la tumba de su abuelo se iba a las fábricas, al campo, a las universidades y montado en una vaca gorda comenzaba a matar a los obreros, estudiantes y campesinos. "Mi poder no se discute" exclamaba, mientras ahogaba a las luciérnagas en sus bolsillos. Hasta que una tarde, un niño... le preguntó: "Si eres tan fuerte como dices, por qué no desapareces al sueño". El tirano le respondió: "!No solamente puedo desaparecerlo, también puedo matarlo!", y alzando su poderosa arma contra el sueño le disparó infinidad de veces, pero no pudo matarlo. Más bien del sueño salieron miles de hombres y lo mataron a él.

 

 

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juancristobal2001@yahoo.es