A ti que dijiste...

A ti, que quisiste escribir de madrugada,
de pronto cerraste tu alma
sin dejar escapar lo que querias.

A ti, que detuviste tu mano, de madrugada,
por qué no retomas los sueños
y vuelas sin cortarte las alas.

No sé quien eres, 
dejaste ir las palabras
sin detenerte a pensar 
que eran un escape del alma!