EL JOYERO Y LAS MARIPOSAS


Un dia salí al bosque, buscando no sé qué,
sólo la dicha quizás, de ver las plantas crecer.
Nunca supe si fué un sueño; ¿qué raro podía ser?
Siempre soñando; ¿cuándo lo dejaré de hacer?

La tarde era apacible, sólo cantos y grillos por doquier,
las hojas que murmuraban, en ese bello atardecer.
Me llevaron mis pasos a un claro de aquel bosque
allí, sola y con mi libro, me quedé.

De pronto alcé el vuelo, desde arriba la tierra miré;
tocaba las nubes, sentía el cielo, en ese atardecer.
Una luz se acercó de pronto, quise alcanzarla, y no pudo ser,
me fuí trás de ella, sin entender dónde iba, volé...volé...

Un jardín encontré de pronto, miles de flores en él,
una laguna sin fango, y algunos sueños que rescaté.
Pensé, volví a la tierra! Y cuánta angustia pasé,
creyendo que había vuelto, a ser lo que ya no quería ser.

Un viajero de los sueños, de pronto a mi lado sentí,
¿Quién eres, de dónde vienes? 
¿Qué es ese cristal que refulge que me hace enceguecer? 
Aléjate! 
No me hagas temer! 
.-¿Te asustan tus propios sueños? 
.-¿Por qué has de temer?

Dos mariposas traía, una de color rosa y una azul,
las puso en mis manos y dijo, ahora las cuidarás tú.
Las tomé con cuidado, y en mi pecho las guardé,
no quería que volaran de mi lado, las mariposas que tomé.

Me encontré bajo un árbol, y en mi libro leí,
algo había escrito. ¿Quién lo pudo hacer?
"Cuida las mariposas, no las dejes ir, son las de mi alma,
guárdalas como lo más preciado que puedas tener."

Me fuí de nuevo a casa, lentamente como llegué,
puse las mariposas en un joyero de cristal y lo cerré.
Llegó el nuevo dia, y el joyero miré, ! No podía creer lo que veía!
! Miles de pequeñas flores habían crecido en él !

Las mariposas volaban, en ese campo de miel,
me dí cuenta que si lo miraba mucho,
yo también podia jugar en él, no era ya humana
tenía colores de mariposas también!

Sólo un problema tenía, no me dijo aquel viajero
cómo salir de él, cómo abrir desde adentro, lo que yo misma cerré.
Sólo salía en las noches, para encontrarme con él,
para hablar de mariposas, y de hadas también.

No quiero escapar del joyero, no quiero crecer,
quiero vivir en un sueño, aunque ya no soy adolescente,
quiero tener fantasías de vuelos, aunque sea una mujer.
Dime viajero de los sueños; 
¿No eres también álguien que sueña, aunque temas temer?