ARQUEO AEGYPTOS

El Egipto Militar

Los Hititas

 

 
 
Imperio Nuevo, sobre el año 1900 a.C.  
 
  En algún momento de la historia, que correspondía con el Imperio Medio del Antiguo Egipto, surge en el este una fuerza cultural alrededor del año 1900 a. J.C.  En la ciudad conocida como Nesa, se estableció el orden promovido por un hombre llamado Laberna. Se forma así la nación que llevará el nombre del Hatti, en las llanuras de Anatolia, donde hoy está situada la actual Turquía. Durante un plazo de tiempo que abarca alrededor de doscientos cincuenta ó trescientos años, el Hatti va adquiriendo una gran importancia en esta zona del Mar Mediterráneo.  Cabe destacar que la ausencia de un poder firme, que sí poseía Egipto en la figura del faraón, hizo que sobre el año 1580 el reino hitita se debilitara considerablemente, puesto que había una sucesión de reyes que no instalaban un poder definitivo.  Durante ciento veinte años, el reino de Anatolia se debate entre las guerras internas y los ataques a reinos vecinos de poca importancia. Sobre el año 1680 a. J.C, los hititas son ya una fuerza militar a la que no hay que subestimar, y sí hay que temer.  Durante el II Período Intermedio, los hititas toman el control de algunos protectorados que antaño pertenecían a Egipto, puesto que no hay fuerza militar que lo impida. Sobre el año 1400 a. J.C, una nueva casta surge en el Hatti. Son una serie de nobles y aristocráticos que toman el control de la nación.  Nace el pueblo guerrero capaz de plantar cara a Egipto. Pero, antes de llegar a las orillas del Nilo, es necesario tomar el control de toda su área perimetral. Así, entran en guerra con Asiria, con Babilonia y finalmente, deciden plantar cara a la tierra de los faraones.

Este enfrentamiento tiene lugar durante el Imperio Nuevo. El objetivo es Siria, considerada como la encrucijada comercial más importante del Antiguo Próximo Oriente.  En el puerto de Ugarit, se daban cita las naves comerciales del Mediterráneo, y desde allí se expandía el comercio de productos que, por supuesto, también llegaban a Egipto. Países como Afganistán comerciaban con piedras preciosas, que luego recorrían las distintas rutas comerciales. Si a Egipto no le llegaba con rivalizar con la tierra de Mitanni, aparece el Hatti con una oleada de sangre que hace tambalear los cimientos de las regiones fronterizas con el Nilo. Entra en escena un implacable guerrero, Suppliluliuma. Este hombre, de corte totalmente sanguinario, urde un plan de batalla que arrincona no solo a Siria, sino al pueblo de Mitanni. De esta forma, Tunip, Nuhashe, Alepp  Alaak abandonan el cortejo de Mitanni y sufren la furia hitita. En una segunda campaña, Suppliluliuma cruza el río Eufrates y se adentra en la tierra de Isuwa. Sus ejércitos marchan hacia el sur. El objetivo, Mitanni. En un rápido movimiento totalmente estratégico, la tierra es ocupada.  Con el eje central bloqueado, el norte de Siria cae totalmente bajo el dominio de Suppliluliuma.

Los historiadores coinciden en que tras esta conquista, se produce una reacción en cadena que destroza el estatus económico de esta zona. Mitanni, aliado de Egipto desde el reinado de Thutmosis IV, se convierte en un enemigo brutal encarnado en la nueva fuerza militar, los hititas. Así pues, en un corto período de tiempo, ni siquiera los egipcios pueden salvar a los mitanni de  la desaparición absorbidos por el poder hitita.

Sin embargo, el rey Supliluliuma, no se atreve a enfrentarse con Egipto. La Tierra Negra mantiene todavía el control de la mayoría de emplazamientos asiáticos que, desde las campañas de Thutmosis III, llevaban las fronteras de Egipto más lejos de lo que jamás habían llegado.

La fortaleza de Qadesh había sido desde siempre un punto estratégico en el control de esta zona. Tributaria de Egipto, cayó bajo el dominio hitita, lo que provocó una reacción militar que se extiende en el tiempo hasta los años de Ramsés II.  Pero, antes de que el Sol de Egipto se embarcara en su primera gran aventura militar, ya el rey Ajenatón tuvo que hacer frente a los hititas por el control de Qadesh. El ejército del faraón, posiblemente bajo las órdenes de Horemheb, tuvo que ponerse en marcha para tratar de evitar la pérdida de esta zona. Aunque no lo conseguiría, puesto que la ciudad pasó a manos hititas, puede decirse que esta acción del soberano de Atón inició unas enemistades que, como se ha dicho, terminarían con Ramsés II y el primer tratado de paz de la Historia.

Es precisamente, con Ramsés, donde podemos constatar más detalles del ejército hitita. Se sabe que sus vestimentas eran distintas a las del resto de la zona, así como las armas a emplear. El propio Sol de Egipto, Ramsés II, los declara como "afeminados" ante su aspecto, no solo por su indumentaria, sino por la cabellera extremadamente larga que lucen en los momentos de la batalla. El reino hitita supuso un firme desafío al poder de la época, no solo al egipcio, sino a todos aquellos que temían hallarse en su punto de mira. La historia de los hititas termina, como no podía ser de otra forma, bajo el yugo de un pueblo temible que asestó su golpe más mortal bajo el reinado de Ramsés III. Alrededor del año 1150 antes de Cristo, los Pueblos Del Mar aplastaron el Hatti, derribaron las murallas de Hatusa, la capital hitita, y exterminaron a la casta militar que había poblado las llanuras de Anatolia. En aquellos días, esta prole guerrera, los Pueblos del Mar, quebraron el mapa político del Antiguo Próximo Oriente, lo cual hizo avanzar a Egipto un paso más adelante para su caída final.

 
 
 
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