Había un pastor que sólo sabía contar
hasta diez y tenía a su cargo un rebaño numeroso. Para saber si le
faltaba alguna oveja, inventó un sistema que ponía en práctica todos los
días a la caída de la tarde. Agrupaba a sus animales de dos en dos,
luego de tres en tres, después de cuatro en cuatro, más tarde de cinco
en cinco y, por último, de seis en seis: en todos los casos le sobraba
una oveja. Las agrupaba entonces de siete en siete, y todos los grupos
le quedaban con idéntica cantidad de ovejas. ¿De cuántas ovejas se
componía el rebaño?
Solución |