Capítulo
II
Adiós...
_
Así que el destierro no sirvió de nada, sigues siendo la misma - Se
lamentó el joven Hermias al ver que Safo seguía disgustada con él por
haber minusvalorado a Shiroi.
_ ¡Y
tú sigues siendo un idiota!
_ ¡Ay!,
¡no sé para qué te extrañe!
_
Dudo que te acordaras de mí, estabas celebrando tu triunfo. Ahora eres
el nuevo dueño de la Insignia del Dragón - le señaló el emblema que
llevaba sobre su pecho, emblema que Vleis había llevado por dos años.
_ ¡De
ninguna manera!, no puedo celebrar una victoria que no merezco ya que
no me enfrenté a Vleis. No sabré si Kurai es capaz de vencer a Aoi hasta
que vuelva a luchar contra él - en ese momento su dragón, que jugueteaba
con Shiroi cerca de ellos, levantó la vista para ver si le llamaba su
amo - El próximo año espero que Vleis participe y pueda enfrentarlo,
entonces sabremos que somos los mejores porque habremos vencido al mejor,
¿verdad Kurai?.
El
pequeño dragón se irguió y lanzó su grito de guerra. Shiroi se lanzó
sobre él y comenzaron a jugar de nuevo.
_ Yo
lo arruiné todo... - Safo se entristeció- Tú batalla, la de Vleis...
de no ser por mí...
_ Yo
no estoy enojado. Al final he salido ganando. Tengo un año más para
prepararme a desafiar a Vleis, y en cuanto a él, ya sabes que le da
igual llevar la Insignia o no.
_
Gracias... temía que me guardaras rencor...
_ Para
nada, eres mi dolor de cabeza favorito - Hermias acompañó la frase con
un abrazo cariñoso - Después de haber pasado tantos años en la academia
contigo no hay nada que puedas hacer que me moleste o me sorprenda.
_ Eres
tan bueno como Vleis y Cárax. Ellos siempre me perdonan y me apoyan.
Soy muy afortunada al tenerlos a los tres. - con cierto aire infantil
besó a Hermias en la mejilla.
_
Bueno, por algo somos los aspirantes número uno de la academia.
_ Sí...
algún día seremos Altos Señores... Aunque yo no tengo prisa... pero...
creo que es lo que Vleis más desea en la vida...
_ ¿Y
qué hay de Cárax?
_ A
él le da igual si entra o no en el Alto Consejo con tal y le permitan
trabajar en las Cámaras Vitales. ¿Y tú?... ¿También estas ansioso...
o te da igual...?
_ Bueno,
puesto que mi destino es ser un Guerrero, lo único que deseo es tener
la habilidad suficiente para proteger nuestro Reino. ¡Quiero que el
Reino de los Señores del Sur siga siendo el más fuerte y más prospero
de An-ki!
_ Nuestros
ancestros se han encargado ya de eso.
_ Sí,
pero a nuestra generación le corresponde mantener el orden que ellos
establecieron.
_ Sí...
pero...
_ ¿Qué?...
_
Me gustaría que nuestro momento de tomar las riendas del Reino llegara
más tarde. _ Te entiendo... Los dos jóvenes quedaron sumergidos en una
atmósfera de melancolía. La razón la sabríamos más tarde cuando Safo,
Cárax y Vleis intercambiaran a solas sus impresiones sobre el momento
decisivo en que se encontraban.
_
¡De nuevo en casa! - exclamó Cárax al entrar a una gran habitación en
la que los tres vivían dentro de la Academia de Aspirantes.
_ Sí...
pero hemos vuelto sólo para decir adiós al equipo...- Acotó Vleis con
acento fatalista, haciendo que todo el lugar dejara de lucir hermoso
y quitando la tranquilidad a sus corazones.
_ ¡Ya
basta, Vleis! - le gritó Cárax negándose a resignarse a su destino -
Aún estaremos juntos uno o dos años más...
_ Eso
depende de los que el Alto Consejo haya decidido para cada pareja.
_ Nosotros
tres aún estamos asignados a la academia, así que nada cambiará por
ahora.
_ Sí
cambiará, ya que a partir de esta noche estaremos ligados a otra persona.
- al decir esto Vleis se echó sobre un montón de almohadas apiñadas
en su ala de la habitación. Estaba atormentado.
_ Míralo
por el lado positivo, Vleis, gracias a la Ceremonia de Compromisos nos
regresaron de la tierra. ¡¿Te imaginas si hubiéramos pasado allá una
semana más?! ¡¡¡Me muero!!!.
_ Cárax,
¿no te preocupa la Ceremonia?,- Vleis se levantó y fue acorralando contra
la pared a su amigo mientras su tono de voz subía de intensidad a cada
frase que esgrimía- ¿Acaso no ves que nuestras vidas van a cambiar?
¿que tendré que soportar a una pareja y a su familia y mil formalidades
que solo sirven para quitarme el tiempo, tiempo que sólo quiero pasar
con ustedes... no lo ves?
_
¡Ya entendí, ya entendí!...
_ ¡Sólo
espero que mi pareja sea inteligente o al menos callada! - suplicó dramáticamente
Vleis mientras elevaba sus manos al cielo. Aoi saltó a su hombro y le
lamió la cara - Mi pequeño, también espero que se lleve bien contigo
y que nosotros nos llevemos bien con su dragón. - al oír esto Aoi se
tapó el rostro con sus manos y se arrojó a los brazos de su amo- También
a ti te preocupa, ¿verdad?.
_ Hemos
vivido tantos años juntos...- murmuró Safo sentada en su rincón- En
todos mis recuerdos alegres están ustedes... nosotros seis somos más
unidos que una familia. - las lágrimas comenzaron a salir de sus preciosos
ojos verdes. Los dos muchachos y los tres dragones se olvidaron de sus
propios temores e inquietudes y fueron a animarla.
_ ¡Safo
estas hecha una llorona desde que fuimos a la Tierra! - se burló Cárax-
Deja de llorar, todo será mejor de lo que pensamos, ya lo tengo calculado.
- Y, dispuesto a exponer sus teorías, hizo que todos se sentaran para
escucharlo.
A
través de un cristal proyectó ante sus amigos los rostros los aspirantes
que estudiaban en la academia, a medida que iba hablando estos rostros
se agrupaban o separaban dependiendo de sus palabras.
_ Nuestras
parejas serán de nuestra misma generación. Hay ocho equipos en esta
academia, cada equipo tiene tres integrantes, Eso significa que se formarán
doce familias.... Hay 6 chicas que pueden ser nuestras compañeras y
6 chicos entre los que estará el compañero de Safo. Los conocemos a
todos. Hemos vivido desde niños con ellos aquí, y nos llevamos bien
con todos, así que no hay de qué preocuparse.
_ Es
verdad. -recapacitó Vleis- Todas las chicas son agradables... pero...
_ ¡Pero
nada!, además, podríamos quedar con Safo y así seguiríamos juntos...
_ ¡Idiota!,
¿No ves que los dos no podemos ser pareja de Safo?... ¡Pase lo que pase
el equipo se romperá!... - La frase categórica de Vleis volvió a provocar
un terrible silencio. - Además, - continuo asomándose a una ventana
y contemplando el ocaso- estábamos destinados a separarnos, cada uno
ha elegido un escaño distinto. Tú eres aspirante a Científico, Safo
es aspirante a Hechicera y yo lo soy a Sabio... ni siquiera podemos
soñar con estar asignados a la misma tarea, como Hermias y sus compañeros
que son todos aspirantes a Guerreros...
_ A
menos que seamos aceptados como Altos Señores, entonces formaremos el
Alto Consejo y estaremos juntos...
_ Hasta
que eso pase, Cárax, - le dijo Safo mirándole a los ojos- ¿soportarás
la separación...?, porque yo no creo que pueda soportarla.
_
Safo, preciosa, nosotros tres y Hermias somos los aspirantes más destacados
de la academia, dentro de unos años seremos Altos Señores...
_
En realidad, será dentro de unas décadas. Nuestros padres aún tienen
mucha vida...
_ ¡Vleis,
¿podrías ser más positivo?! ¿quieres que Safo llore otra vez?... no
me gusta verla llorar y tampoco me gusta verte disgustado... ¡ya basta!...
¡me están estrangulando el corazón! - y comenzó a llorar lleno de rabia-
¡odio llorar..!
_ Caráx...-
ahora era Vleis el que sentía oprimido el corazón- ...Yo... quisiera
poder decir algo que cambiara las cosas, pero... - cierto brillo travieso
apareció en el rostro del joven y comenzó a caminar por la habitación
mientras declamaba teatralmente- ...la realidad es que hemos caminado
por nuestra vida alegremente, sin detenernos a considerar que nuestro
camino se vería cortado un día como hoy. Estamos pagando el precio de
nuestra inconciencia. Y ahora, cuando ya no hay tiempo, me atormentó
preguntándome si he valorado lo suficiente cada instante con ustedes,
si dejé escapar algún detalle, si pude ser mejor compañero y más agradecido...
si acaso...
No
pudo terminar, una lluvia de almohadas calló sobre él. Safo y Cárax
se habían hartado de su actuación.
_ ¡¡¡¡Siempre
haces lo mismo!!!! -
le recriminaron - Buscas los peores momentos para soltar esos discursos
fastidiosos...
_ Bueno,
es la mejor manera de levantarles el animo...
_ ¿Con
tanta palabrería?
_ No,
con algo de diversión...¡Aoi! - su dragón saltó junto a él en
el acto- ayúdame en esta batalla- al instante, lo transformó en un Casfanago,
semejante a un chimpancé pero con cara de ave, el cuerpo cubierto de
plumas y con fuertes y hábiles manos que le sirvieron para enterrar
bajo una avalancha de almohadas a los agresores de Vleis.
Por
supuesto que estos respondieron transformando a sus dragones en otros
animales y comenzando una batalla de almohadas al estilo de las que
tenían cuando eran niños.
Por
unos instantes volvieron a reír y a sentirse llenos de entusiasmo...
estaban juntos... Aunque fuera por pocos instantes, aunque fuera por
un día o un año más... estaban juntos...
Pero...
¿Por qué temían separarse?... ¿Qué era lo que estaba pasando en la vida
de los tres jóvenes?.