Estilos georgianos de mobiliario.
Durante el principio del periodo georgiano el mobiliario se desarrolló
siguiendo dos líneas características. El doméstico estilo Reina Ana
continuó con cambios menores en el diseño, sobre todo un tallado más
elaborado, hasta mediados de siglo. La caoba importada creció en
popularidad y reemplazó al nogal francés que se hizo escaso en la
década de 1720. La caoba no sólo tiene una bella variedad de colores
sino que su dureza la hace ideal para la talla detallada.
La segunda tendencia en el diseño de muebles estaba muy
italianizada. Se asocia particularmente con William Kent, un
arquitecto muy dotado, decorador de interiores y diseñados de
muebles. A través de su integración en la construcción, decoración y
amueblamiento de las casas produjo los primeros interiores plenamente
integrados de Inglaterra.
Sólo los muebles muy grandes podían servir a sus opulentos
interiores y, como sus prototipos italianos, su mobiliario era monumental
más que confortable. Sus butacas se convirtieron en tronos y sus camas en
elementos arquitectónicos dominantes. Otros artistas adaptaron las ideas
de Kent a un estilo de mobiliario menos espectacular y más confortable
para las grades mansiones de las décadas de 1730 y 1740.
Influencias rococó.
A mediados de siglo la ornamentación extravagante típica del
estilo rococó tan favorecido en el continente, empezó a aparecer en las
casas inglesas.
Muchas maderas ricamente coloreadas se hicieron populares por sus
propiedades decorativas. La ornamentación se empleó abundantemente, casi
cada superficie se adornó con decoraciones pintadas, talladas, moldeadas
y grabadas en relieve. Se favorecieron la marquetería pictórica y el
entarimado geométrico, así como la pintura de escenas pastorales
idílicas utilizando nuevos barnices coloreados.
Algunos ebanistas imitaron el mobiliario importado de China, pero
estas adaptaciones se parecen poco a los originales. Sin embargo,
enriquecieron el diseño británico con nuevos elementos, como el lacado y
los techos en forma de pagoda, por ejemplo.
Otra frivolidad que se puso de moda de la recuperación de los
estilos "góticos" aunque se parecían poco a los diseños
medievales auténticos. Los motivos góticos, como los arcos apuntados y
las flores de lis, se aplicaron libremente a todo tipo de mobiliario; esto
no era sorprendente en un período típicamente frívolo más que purista.
¡El gótico y los motivos chinos se combinaban a veces en la misma
pieza!.
Autores.
Thomas Chippendale (1718-1779)
Todos estos motivos se incorporaron al repertorio de Chippendale, el
ebanista más renombrado de Inglaterra. Su influyente libro de diseños,
el "Directorio del caballero y el ebanista" publicado en 1754,
era una guía para los compradores así como un directorio de diseño para
los ebanistas y ayudó a extender sus ideas ampliamente.
Chippendale produjo algunas de las butacas más confortables del
siglo XVIII, con asientos y respaldos tapizados y amplios. un aspecto más
cuadrado reemplazó a las curvas de los primeros años de siglo, las patas
encorvadas dieron paso a las cuadradas y el listón central del espaldar
se talló a menudo con motivos elaborados rococós, góticos y chinos.
Robert Adam (1728-1792)
Adam desarrolló su propio estilo de mobiliario para que se adaptara a sus
interiores, inspirados clásicamente, de líneas más simples, más
claras. Las patas de las butacas se hicieron más elegantes y ligeras. El
mobiliario de pared dominaba su obra: mesas coronadas por delicadas
espejos tripartitos, candelabros y cómodas. Urnas sobre pedestales
flanqueaban las mesas suplementarias y el aparador moderno se desarrolló
sobre este conjunto.
Sheraton & Hepplewhite
Ni una sola pieza de mobiliario se ha autentificado como hecha por
Sheraton o Hepplewhit, pero sus nombres se utilizan para categorizar dos
estilos del diseño georgiano más tardío. Los respaldos ovales de las
sillas, con formas de corazón, de aro y especialmente de escudos son
típicas del estilo de Hepplewhite, junto con los motivos de príncipe de
Gales. Sus sillas ligeras lacadas o pintadas con asientos de mimbre
eran muy populares.
Las artes del contrachapado, la incrustación y la marquetería
alcanzaron mucha fama en ese tiempo. Gustaban las maderas coloreadas, a
menudo con una decoración pintada por artistas renombrados o con paneles
de cerámica insertados.
A medida que avanzaba el siglo XVIII el gusto viró hacia una
simplicidad mayor en las líneas y en la decoración ejemplificada en la
obra del ebanista Thomas Sheraton. Utilizó poco los motivos decorativos
de Adam y produjo contrachapados contrastantes de formas ovales o
romboidales adornadas con líneas negras y ribetes. Volvió a introducir
las formas delicadas rectangulares o cuadradas en los espejos, en los
respaldos de las sillas y en los sofás. Los respaldos de las sillas eran
más bajos que los anteriores y los brazos subían hacia arriba para
encontraste el respaldo en la parte superior. La construcción simple de
muchos de sus diseños los hacía baratos y fáciles de reproducir.
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