Como en su momento anuncié en mi artículo (El
"isleño" Valencia: Eterna Juventud), el pasado día 7 de noviembre,
Domingo Santana Armas ("Valencia") cumplió los 88 años de su fructífera vida.
Debido a múltiples ocupaciones, coincidentes con dificultades adicionales, no
pude visitarlo en tan señalada fecha, en su humilde hogar ubicado en "Casa
Ayala"; sin embargo, al día siguiente, abusando de la proverbial generosidad del
amigo Enrique Rodríguez, lo visitamos y además de desearle todo género de
felicidades, aprovechamos para hacer algunas precisiones de algunos temas del
libro sobre su vida, que próximamente verá la luz(1).
Después de recibir su cordial bienvenida, repasamos algunas
partes ya narradas y redactadas y de conjunto decidimos precisar -y abundar-
sobre las experiencias vividas por Domingo el día después de ser detenido (Texto
recogido en el libro: El día 22 de julio, es decir cuatro días después de la
manifestación de protesta, Domingo "Valencia" fue detenido en su puesto de
trabajo, vendiendo verduras, junto a su compañero Manuel Henríquez. Fue
conducido al cuartelillo de Tamaraceite donde permaneció dos días; en varias
ocasiones, lo trasladaron a "los Giles", en lo alto de Casa Ayala, donde fue
golpeado y torturado -"Nos daban y machacaban y en los pies nos golpeaban con
la culata del fusil")...
Le pedimos a Domingo que nos llevara al sitio donde lo habían conducido los
torturadores y -si es que aún existía- la "instalación" donde las torturas se
habrían practicado. No dudó un momento "Valencia" en responder a nuestra
solicitud de forma afirmativa y con gran resolución -rasgo inconfundible de este
hombre de carácter indomable-, rápidamente los tres nos pusimos en camino hacía
un paraje que, por su hermosura
(foto 1 en el encabezado), constituye un verdadero contrasentido con las
inhumanas prácticas que seres degradados moralmente, practicaron a sus
congéneres y compatriotas.
Foto 2
En este lugar fueron torturados Domingo Santana Armas y su compañero Manuel
Henríquez
En aquél hermoso sitio, en la zona conocida por "Los Giles",
un poco más allá de "Ladera Alta", se levanta una
edificación -antiguamente rodeada de siembras de tomates y
utilizada en el apartado de los mismos- hoy en ruinas (foto 2). Según nos contó
Domingo, aquél era el lugar -al que hizo referencia en su historia- donde conducían a los detenidos, al igual que le ocurrió a él y a su compañero
Manuel Henríquez, para ser torturados de manera criminal.
Quizás el tranquilo ambiente reinante en ese momento, o tal
vez producto de una profunda reflexión, debido al esfuerzo que ha hecho para
recordar momentos y sucesos que es posible que su subconsciente haya querido
sepultar, hizo que "el isleño Valencia" nos refiriera -como si fuera un sueño-
un episodio hasta ese momento no contado:
Foto
3
Domingo frente a la casi derruida instalación
"Al segundo día de estar presos, cuando nos condujeron
a este sitio infernal para torturarnos, recuerdo que en el camino apareció un
conejo. El teniente que estaba al frente del grupo de fascistas que nos traían,
pidió un fusil; con él y con una puntería envidiable, hizo blanco en el pobre y
asustado animal que dando un salto en el aire, quedó muerto al instante.
Después, aquél torturador inescrupuloso, se dirigió a nosotros y nos dijo: ¿Han
visto lo que le pasó al conejo?; pues si ustedes no nos dicen lo que les estamos
preguntado, van a recibir el mismo trato y saltarán como el conejo"...
Continuamos andando por el lugar hasta llegar al
antiguo Camino Real Tenoya-Guanarteme,
en la zona conocida por Camino Los Lisos, (Los Giles) y de pronto Valencia
se detiene; mira hacia un lugar cercano y nos dice indicándonos con el índice de
su mano derecha y como si leyera una ficha almacenada en el archivo de su
recuerdo: "En ese lugar que ahí ven se aplicó la Ley de Fuga a Antonio José
Mendoza Santana -nacido en la Isleta- trabajador del carbón en el Puerto de La
Luz; casado con María Santana Ramírez, que también había sido detenida junto a
él. Sucedió estando yo en la cárcel. El cuerpo fue encontrado en este camino"
Después de hacer el largo recorrido por aquellos bellos
sitios y de recordar no tan bellas experiencias, adornado todo con comentarios
acerca de la necesidad de recuperar de verdad la Memoria Histórica, de reparar
los crímenes y los daños causados a muchas familias y personas (el "juicio" a
Valencia, por ejemplo, no ha sido todavía declarado ilegal); de comentar que la
Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Arucas, había confirmado
que los restos encontrados en el Pozo del Llano de Las Brujas correspondían a
entre siete u ocho cuerpos, aproximadamente; de los obstáculos que se le estaban
poniendo al "Auto" del Juez Garzón, calificado en su momento por la Asociación
Foro por la Memoria como "un hito en el proceso de la recuperación de la
memoria histórica democrática de España", aunque obviamente muchas personas
lo veían aún insuficiente, regresamos a Casa Ayala y continuamos visitando
algunos otros sitios de gran remembranza para Domingo, pero esa... esa será otra
historia.
(1) El libro "El isleño Valencia. Memorias y reflexiones",
-en el que el personaje central es el propiio Domingo Santana Armas ("Valencia"), quien
fuera el "represaliado" más joven de la dictadura franquista en Canarias- cuenta
en forma extraordinariamente resumida, algunos
aspectos de su vida -nacimiento, niñez, juventud, momentos de felicidad y
tristeza hogareña- así como la forma en que vivió, en primera persona, los
acontecimientos relacionados con el Golpe de Estado franquista del año 1936, su
detención y tortura, el paso por los campos de concentración del régimen en la
isla de Gran Canaria y su lucha inclaudicable por un mundo mejor.
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