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La página
«Policiales Regionales» del Diario Acción en Internet
registra los más resonantes casos policiales de varias localidades
aledañas, Moreno, Luján, Mercedes, 25 de Mayo, Carmen de
Areco, Suipacha, S.A. de Giles, etc. actualizados día a día.
A través de ella podemos llegar a tener conciencia no sólo
de los hechos policiales en sí, sino también de la enorme
cantidad de accidentes fatales -que ocurren, precisamente día a
día- debidos frecuentemente a negligencia e imprudencia, tanto
en las rutas, como de naturaleza doméstica, sobre todo referentes
a la falta de precauciones vinculadas a la energía eléctrica.
Sin embargo muchos responden a una falta de conciencia; este año
la página se pobló de lamentables hechos ocasionados por
el uso de pirotecnia y si bien en nuestra localidad no se registraron
hechos graves, los mismos bien pudieron haber sucedido aquí. Estremece
enterarse de manos y dedos amputados; caras desfiguradas y orejas perforadas,
sobre todo en menores; sin referirnos a lesiones irreversibles en la vista.
En nuestra localidad tuvimos la involuntaria ocasión de «gozar»
de esta estruendosa, irritante y riesgosa forma de «entretenimiento»
desde tiempo más temprano antes de fin de año.
La pirotecnia es sinónimo de todo lo mencionado y aún más,
es sinónimo de dolor. Dolor físico y psíquico. No
hay más que pensar en aquellos menores que, por cinco segundos
de «entretenimiento» tendrán el trauma de una desfiguración
de por vida o transitar el infierno de dolorosas y reiteradas operaciones
quirúrgicas, si no queremos hablar, de los costos de tiempo y dinero
que acarrean.
«Jugar» a la pirotecnia es potenciar y aumentar voluntaria,
imprudente e innecesariamente- los riesgos de expocisión a alguno
de estos sufrimientos.
Se podrá justificar que se consume pirotecnia «inofensiva»,
de simple ruido. Pero esto es estimular y enseñar a los jóvenes
a «jugar» con otras de mayor riesgo. Por ejemplo, hubo varios
casos de menores que intentaron encender artefactos abandonados sin tener
conocimiento de su manipulación, las consecuencias fueron sencillamente
horribles. Que no nos enteremos de estos casos, no significa que no existan
y mucho menos que disimulemos que no existen o minimicemos - «total
es un simple» petardo- sus riesgos.
Así lo entendieron en San Andrés en Giles, donde a través
de un proyecto enviado por Aldo Nascimbene en diciembre de 2000, el H.C.Deliberante
prohibió la venta de pirotecnia a pesar del rótulo "Venta
Libre" y aún así, solo podrían comercializarla
aquellos locales habilitados sujetos a numerosos requisitos, por ejemplo,
el estar ubicados como mínimo a 500 metros de cualquier estación
de servicio. Al respecto, en General Rodríguez es habitual que
algunos comercios expongan su «artillería» en venta
en plena vereda, durante todo el día y al rayo del sol.
El riesgo de la pirotecnia va más allá de su peligrosidad
física, sino que vulnera además la salud y derecho a la
tranquilidad de los demás. Nadie debe estar obligado a someterse
a las constantes y estruendosas detonaciones que sufrimos por esta diversión
-sin horarios- que ignora los derechos y obligaciones de buena convivencia
y respeto por los demás.
No solamente deben respetarse los derechos de los habitantes permanentes
sino también los de la gran cantidad de visitantes que se acercan
a General Rodríguez en busca de paz y tranquilidad, sobre todo
en esta época.
La pirotecnia irrita y perturba al que trabaja, al que descansa y sobre
todo a la enorme cantidad de animales domésticos que, sin voz para
reclamar por esta barbarie, la sufren también. Y no exageramos
al referirnos también al grave riesgo a que se ven expuestas aquellas
personas enfermas que precisan reposo o peor, que padecen dolencias coronarias.
Algo tan importante como controlar con severidad su uso, por parte de
las autoridades y sobre todo, por los padres, significará enseñar
a los jóvenes -y comprender nosotros mismos que ella significa
una pequeña sí, pero definivamente acción de violencia-
el respeto que merecen los demás y que ellos mismos estarán
en condiciones de exigir.
La pirotecnia no puede ser considerada como un mal menor o de temporada
y, en el caso de que no constituya un grave riesgo a la salud, sí
vulnera los derechos a no soportarla, en esta y precisamente, la que se
jacta de ser la «Capital del Buen Aire».
Periódico
Acción de General Rodríguez,
Viernes
9 de Febrero de 2001
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