Cuando
en el año 1935 aquel camión Fiat, recorría los caminos ostentando el
nombre de «La Serenísima» en su caja que don Antonino había hecho grabar
en le vehículo sin ningún aviso previo, estaba mostrando al país una
marca cuyo nombre llevaba una gran carga afectiva, pues tomó ese nombre
de la denominación que se le daba al gobierno de la república de Venecia
de los años 1100 al 1600 por entonces potencia marítima cuyos estandartes
flameaban en los mares del mundo.
Tal vez Antonino vislumbró para su empresa ese destino de grandeza.
O tal vez, simplemente, asoció la pureza del significado d la palabra
en su verdadera acepción idiomática, con lo que debía de tener la
calidad del producto por él elaborado.
Existe
otra versión reflejada por el artículo que Clarín dedicó el domingo
13 de diciembre de 1998 a La Serenísima: «La Serenísima surgió de
una profunda admiración por la paz. Ese nombre era el de la escuadrilla
de aviones -en italiano con doble ese- que comandaba el poeta italiano
Gabriel D'Annunzio. Un 9 de agosto de 1918, durante la Primera Guerra
Mundial, el poeta protagonizó una hazaña que inmortalizó su nombre
tal vez más que sus versos.
Al
mando de la escuadrilla sobrevoló Viena, capital del imperio austro-húngaro,
lanzando sobre la ciudad miles de panfletos en favor de la paz.
Fue esa heroica acción la que ganó la admiración del joven Antonino
Mastellone -que para esa época estudiaba para ser maestro quesero-
quien se prometió así mismo que el día que tuviera algo propio lo
bautizaría de ese modo.
Así,
desde 1929, La Serenísima identificó a la empresa originariamente
productora de ricotta y mozzarella».
Los
dos primeros furgones utilizados para el reparto de los productos
de La Serenísima. Se tratan de derecha a izquierda de
un Fiat modelo 32 y de un Crevrolet modelo 36
LA
SOCIEDAD
El
denodado esfuerzo de años, no fue gratuito, produciendo en los hermanos
Mastellone quebrantos en la salud de ambos que pudo, de no ser por
una solución adoptada por don Antonino poner a la incipiente empresa
en trance de desaparición. En efecto, las dificultades de salud
que aflijieron a los Mastellone le hizo comprender a Dn. Antonino
que debía insuflar en su fábrica sangre nueva, por lo tanto, decidió
formar la primera sociedad de responsabilidad limitada que registra
la empresa, denominada La Serenísima SRL, con un capital de 40000
pesos. Dicha sociedad fue integrada por don Antonino Mastellone,
José De Blasio, Genaro Monti Sorrentino y Pascual Mastellone, constituyéndose
en el año 1942.
Antonino,
Teresa y el pequeño Pascual
EL
DESARROLLO
El
nivel sostenido que llevaba la quesería motivó el aumento dela confianza
de los tamberos de General Rodríguez, quienes diariamente entregaban
sus productos a la fábrica. Entre ellos cabe mencionar conocidos
apellidos de la zona: Bressani, Olaizola, O. Vicente, Porchetto,
Pérez, Giachino, González, Iribarne, Bellagamba, Del Carre, Giussani,
Casas, Santini, Taboada, W. Bressani, E. Lespuru, Rapetti entre
otros que constituyen el inicio de una larga lista que llegó a contar
con 139 productores locales y 4184 en total a lo largo de toda la
cuenca lechera que abarca las provincias de Buenos Aires, Córdoba
y Santa Fe.
Este
desarrollo trajo aparejado la división del trabajo de los socios.
de tal manera, Antonino y De Blasio tomaron a su cargo el funcionamiento
de la planta elaboradora, debiendo incorporar al efecto a varios
obreros y Pascual y Monti Sorrentino por su parte se encargaron
de la distribución. Sin producirse variantes relevantes, este esquema
de trabajo continuó hasta el año 1949 en que se disolvió la primera
sociedad.
La incorporación
de los hijos de la familia al trabajo de la fábrica fue haciéndose cada
vez más intensa. Ya no solamente Pascual, sino que sus hermanos Mateo,
Victorio e incluso José -en tareas adecuadas a su corta edad- tenían
asignados sus responsabilidades dentro de ella. Por entonces, los primeros
socios agotados por jornadas que superaban las 16 horas diarias de labor
y reconociendo que se necesitan nuevas energías en esta creciente empresa,
abandonaron la actividad. Fue así que don Pascual y José De Blasio se
retiraron de la sociedad, lo mismo que Monti Sorrentino, quedando don
Antonino al frente de una sociedad netamente familiar, integrada por
su esposa e hijos.