La caida de Troya | ||||||||||||||||
Entona, oh musa, canto fúnebre y nuevos versos acompañados de lágrimas, deplorando la suerte de Troya, porque ahora comenzaré en su alabanza con voz clara triste canción, y lloraré su ruina y mi funesta suerte, cautiva de la guerra, merced del caballo de madera que abandonaron los griegos a las puertas, llenas sus entrañas de armas... | ||||||||||||||||
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