Cuatro años perdidos
(Editorial de la revista Aldapa, nº 38, diciembre de 2003)
En estos días se ha conocido una de las mejores noticias que podía recibir el Casco Viejo: las escuelas se quedan en San Francisco. Se descarta así el traslado a Teresianas, un edificio insuficiente para la demanda que existe en el barrio y con graves deficiencias en cuanto a la seguridad de los alumnos.
Es una gran noticia y todo el barrio brinda por ella. Sin embargo, resulta increíble que el Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra hayan tardado cuatro años en darse cuenta de la evidencia. En todo este tiempo, han hecho oídos sordos a las protestas de la apyma y de la mayoría del Casco Viejo hasta que, de repente, se han dado cuenta de que, efectivamente, los alumnos del Casco Viejo no cabían en Teresianas.
El resultado de este despropósito es que hemos perdido cuatro años, mareados todos por un proyecto surrealista cuyo destino ha sido la nada. Cuatro años sin las necesarias reformas en San Francisco, cuatro años de trabajo agotador para la apyma, cuatro años de estudios, informes y comparecencias que ya no valen para nada, cuatro años gastando dinero en el proyecto de la biblioteca y en la reforma de Teresianas... ¿Y todo para qué? Para nada.
A más de un político se le debiera caer la cara de vergüenza ante semejante ridículo. Sin embargo, nadie reconoce errores ni pide disculpas y, por supuesto, a nadie se le pasa por la cabeza dimitir. Y como seguimos a merced de los responsables de éste y otros fiascos, habrá que estar atentos y seguir el ejemplo de la apyma de San Francisco: unirse, investigar, armarse de razones y denunciar sin descanso. Hace falta mucha paciencia, a veces se cae en la desesperación. Pero merece la pena.