En
las faldas del cerro calvario y en las intersecciones de la
calle final Sucre- Tarija y adyacentes a la calle Topater, el
lugar fue conocido con el nombre de “Llamacancha” donde un
agricultor, apodado “EL Niñito” (de personalidad
afeminada), al momento de recoger estiércol de ganado vacuno,
se sorprendió al ver una imagen sagrada en una de las rocas
conocidas como waca – watana.
Una
ves identificada como “VIRGEN DE ASUNCIÓN”, motivo que su
descubridor convocara a los pobladores a una identificación de
fe religiosa, dad la circunstancia de la proximidad del “15 de
agosto”.
Los
pobladores atribuyeron de milagrosa la aparición de la virgen y ante el temor de la destrucción de la imagen,
la cubrieron con un toldo, expresando su reverencia con cánticos
y oraciones.
Posteriormente,
existió el temor de cambiarla de lugar y más aún, reducirla
de tamaño, entonces la Virgen se apareció en suelos al hombre
que la encostró, manifestándole: “Que no debe permitir que
la lleven a otro lugar, de lo contrario lo iba a pagar con su
vida”, por lo que puesto a conocimiento de los empeñosos se
frustró el propósito, y reconociendo como una premonición,
optaron por realizar una gran fiesta levantado arcos de platería
en el lugar, resultando su primer “pasante” su descubridor.
Mas
tarde, al adquirir una connotación profunda por los creyentes
en su fe, fue trasladada a una capilla ubicada
en el actual escuela “Jaime Mendosa”. Ese cambio
provocó la ira de la Virgen y a los 15 días del fallecimiento
de aquel que reveló su imagen, la población soportó las
inclemencias tormentosas de vientos huracanados que provocó el
descajamiento de árboles y techos domiciliarios.
Es
de advertir que en los inicios del acontecimiento de la fiesta,
el afán señorial del alférez
se veía coadyuvado por todas aquellas personas que
fueron sometidas al “Rodeo” y constituirse en protagonista
de la festividad religiosa.
Se
observa en el lugar de la “Llama Cancha” el derroche de
alegría en improvisadas carpas donde se consumían bebidas
espirituosas, prolongándose hasta primeras horas del alba.
Hoy
el ícono natural rupestre ha adquirido contornos
transcendentales precisamente por la intensidad de la fiesta y
que gracias a la fe se ha encumbrado en un sitial de inspiración
cristiana, de todo un pueblo que junto a su juventud, su
belleza, su danza y su música, la a erigido como su Santa
patrona con ese compromiso de reeditar su magnificencia
constantemente por el resto de los años venideros. |