Marcas de Canteros

         IGLESIAS

 

ARAGÓN:

      HUESCA

Iglesia de Santiago de Agüero

 

CASTILLA:

      BURGOS

San Pantaleón de Losa 

      PALENCIA

Brañosera

      SEGOVIA

San Pedro de Gaillos

 

GALITZIA:

      OURENSE

Santa Cristina do Ribas do Sil

 

LEÓN:

         LEÓN

Santa María de Sandoval

      ZAMORA

San Claudio de Olivares

Santiago el Burgo

 

NAVARRA:

Santa Maria de Eunate

 

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    Muchos de los canteros y  de los Magíster muri  tenían una firma o marca de cantero, como forma de identificarse como autor de la obra, ya sea de la construcción en sí, o de la talla de la piedra en cuestión.  

        Como muchos de los signos usados por el hombre, estas marcas de cantero, tenían, a veces, otro significado, a parte del evidente. Así  la firma segunda de la segunda línea, del dibujo, representa el abacus, un bastón de mango en espiral, usado tanto por los magíster muri, como por el Gran Maestre del Temple; las marcas de la izquierda son algunas de las representadas en la iglesia de Santa Maria de Eunate   La primera de esa segunda fila, se encuentra en más iglesias, siempre relacionadas con el Temple.  La primera y la segunda de la cuarta fila representa la torre del ajedrez.  

    En relación con la Masonería, el  francmasón es en origen el “escultor de piedra franca”, es decir el escultor de la piedra que puede ser tallada y esculpida. Antes que los arquitectos se formaran en las Universidades, los antiguos gremios de masones o albañiles, constituían entidades reconocidas oficialmente, con derechos políticos y poseían la doctrina secreta del arte de la construcción. Los miembros de estos gremios viajaban libremente por Europa, manteniendo entre ellos estrechos lazos fraternales y de hospitalidad. Cuando el neófito solicitaba el ingreso, recibía un signo o marca de cantero, que debía reproducir en todos sus trabajos, y que era su marca de honor.

                                     ( “La Masonería Española, 1.728-1.939” , Consellería de Cultura, Educacio i Ciencia Generalitat Valenciana, Alicante 1.989).

            Mediante el trabajo de la piedra y su elaboración, la materia pétrea es elevada al ámbito de lo simbólico y de lo significativo. Los propios instrumentos adquieren un significado iniciático debido a los secretos transmitidos por los Maestros. La leyenda los considera herederos directos de los constructores del Templo de Salomón, depositarios de un saber ancestral. Por lo cual lo compases, escuadras y plomadas estén representadas en las marcas de cantero. Después de Constantino, la única modificación ocurrida en estos gremios fue la sustitución de las divinidades paganas por el culto cristiano, pero las tradiciones técnicas, el propio ritual, incluso el secreto profesional y la iniciación se transmitieron sin cambio alguno. 

  Al principio de la época románica, es decir entre los s. VIII y el s. IX, las logias de canteros se organizaron alrededor de la Orden Benedictina, que las transformaron en verdaderas escuelas de arquitectos. 

      A finales del s. X y principios del s. XI los arquitectos y canteros de la época, que comenzaban a firmar sus obras con marcas y signos, se reagruparon en sociedades casi secretas y puramente laicas y fundaron en el Sacro Imperio Romano Germánico, la poderosa Bauhutte, todo ello sin renunciar a su vinculación con la Iglesia. La Bauhutte se creó como federación de las logias de los talladores de piedra, asociadas a las cuatro grandes logias de Estrasburgo, Colonia, Viena y Berna. La de Estrasburgo fue reconocida como la Gran Logia Suprema y el Maestro de Obras de su catedral ejercía la autoridad sobre todas las asociaciones locales dependientes de las otras logias mencionadas.

     Hasta mediados del s. XIX, las marcas de cantero no recibieron atención. La hipótesis más   generalmente aceptada, expuesta ya en el mencionado siglo por M. Didron y Viollet-le-Duc, es que las marcas de cantero son signos lapidarios pertenecientes a la categoría de signaturas personales de los canteros, aparejadores y Maestros de Obra, que en muchos casos servían para señalar el trabajo realizado por cada uno, para así determinar el estipendio correspondiente.  Bajo su aparente fantasía, se encuentra una composición uniforme sabiamente encubierta. Para el arquitecto austriaco, Franz Rziha, cada marca está compuesta de fragmentos de una de las cuatro matrices originales correspondientes a las cuatro logias afiliadas a la Bauhutte. Como esta de la derecha de San Miguel de Escalada (León), reducida según su teoría. Aunque muchos de los signos no pueden ser explicados según este modelo, por ejemplo todas las figuras de animales, hombres o incluso algunas geométricas. La mayoría de las marcas aparecen varias veces en los edificios, excepto algún signo extraño, que solo se presenta una vez en todo el conjunto arquitectónico.

     En su pequeño libro "Firmado en la Piedra" Juan Luis Puente, del que he cogido los últimos fragmentos de esta página, nos muestra un signo extraño y bello que se encuentra en la capilla románica del complejo de San Miguel de Escalada, que se ilumina al medio día y que está en una de las piedras basales. Mide ocho centímetros y él describe como un doble arco que alberga una flor de loto sobre una decoración de pequeños lotos. En las fotos de abajo lo encontramos, sobre la matriz de la logia de Viena (izd.) y en su ubicación real. A mí me sugiere un horno, con las llamas del fuego y un atanor o una campana extractora encima.

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