ECCE HOMO
Friedrich Nietzsche

 O la regeneración de conceptos

 

"Las palabras más silenciosas son aquellos que levantan tempestades; las ideas que, sobre patas de paloma, vienen a dirigir el mundo”.
 Mal se recompensa un maestro cuando no se pasa de ser su discípulo.

 Friedrich Nietzsche.

 

Porque soy tan sabio.

 La fortuna que tengo de existir, lo que quizá constituye mi carácter, se debe sin duda a la fatalidad que le es inherente.

 Para poder comprender algo de mi Zaratustra, quizá hay que encontrarse en una situación semejante la mía, con un pie " más allá de la vida”.

 Dominar la piedad es para mí una noble virtud. Ya he descrito, con el título de la tentación de Zaratustra, el momento en que éste escuchó un grito que pedí ayuda y cómo le tentó la compasión, ese último pecado que le quedaba por cometer para no ser fiel asimismo. Allí es donde se manifiesta el verdadero dominio de nosotros mismos; allí es donde hay que conservar la grandeza de nuestra misión, limpia de todas las bajezas, mucho más bajas y ruines porque nunca proceden de eso que se llaman desinterés. Esta es la prueba, tal vez la última prueba, que deberá enfrentar Zaratustra: la verdadera demostración de su auténtica fuerza.

 El humanismo no consisten simpatizar con el próximo, sino en soportarlo junto a ti. El humanismo es la constante obligación de vencerse uno mismo.

 

Porque soy tan inteligente.

¿Por qué se mas que nadie algunas cosas? Jamás he perdido el tiempo inútilmente. Por esta razón no me dedique directamente estudiar, por ejemplo, las verdaderas dificultades religiosas.

 Los conceptos de " Dios ", de " inmortalidad del alma ", " la salvación ", " el más allá ", son conceptos a los cuales yo no he dedicado mi atención ni tiempo, ni siquiera cuando era niño, quizá porque nunca he sido suficientemente pueril para serlo. Soy demasiado curioso, demasiado problemático, demasiado pedante para contentarme con una respuesta burda, el ateísmo no es en mi resultado de algo, mucho menos un acontecimiento de mi vida; el ateísmo para mí es una cosa instintiva.

 ¿Acaso estaré celoso de Stendhal? Me robó la mejor ocurrencia propia de un ateo, una frase que yo habría podido decir: " La sola excusa de Dios es que no existe”. Yo mismo he dicho cierto pasaje: ¿Cuál ha sido hasta ahora la mayor objeción contra la existencia? Dios... ".

 Lo que nunca he perdonado de Wagner es haber condescendido con los alemanes, el que se haya convertido en un alemán del Reich. Alemania corrompe toda la cultura que toca.

 Yo quiero que lo más mínimo de una cosa, sea la que sea, se haga distinta de lo que es fuente, yo mismo no quiero cambiar... De esta manera siempre he vivido, nunca he tenido un deseo. A mis 44 años puedo afirmar que jamás me preocupe de los honores, de las mujeres y del dinero. Lo cual no quiere decir que me hayan faltado...

 

Porque escribo tan buenos libros.

 Una cosa soy yo, otra mi obra. 

Cierto día, el doctor Heinrich Von Stein se lamentaba con franqueza en no haber entendido una sola palabra de Zaratustra. Le respondí que me pareció muy natural. Comprender seis frases de este libro, es decir, haberlas vivido, eleva un nivel humano superior al de los hombres contemporáneos. ¿Cómo, pues, teniendo este concepto de distanciamiento podría desear que me leyeran los hombres modernos que conozco? Mi victoria es justamente opuesto a lo que constituyó el triunfo de Schopenhauer: yo digo " ni soy ni ser leído”.

 En el caso de Zaratustra sucede un fenómeno extraordinariamente sencillo: no se comprende una sola palabra de lo que dice el autor, y que el director se hace la ilusión de que ahí donde no entiende, " no hay nada "... Esta es por último término mi experiencia ordinaria y, si se quiere, el carácter original de mi experiencia. El que cree haber entendido cualquier cosa de mi, se forma una idea a su propia imagen y semejanza, un idea que la mayor parte de las veces están absoluta contradicción conmigo.

 La figura de Zaratustra fuente entendida como el tipo "idealistico" de una especie superior de hombres, mitad santos y mitad genios.

 Cuando quiero imaginarme el tipo perfecto de uno de mis lectores, pienso siempre en un monstruo de verdad y de curiosidad, que nunca posea simultáneamente esa agilidad, esa picardía y esa prudencia que constituyen las cualidades del aventurero y del explorador nato. Finalmente, a quien me dirijo especialmente de lo que dicho en el Zaratustra. ¿A quién es el único a quién quiere contar Zaratustra su enigma? 

“A ustedes, intrépidos investigadores, tentadores, y a quien alguna vez se embarcó con astutas velas por mares espantosos....
A ustedes ebrios del enigma, a quienes les gusta la luz vacilante, cuya alma se siente atraída por el sonido de las flautas hacia todos los abismos peligrosos....
 Porque no quieren buscar con mano perezosa un hilo conductor, y ahí donde pueden adivinar, no gustan de abrir las puertas. "

 

El origen de la tragedia.

 El conocimiento de lo real, la aprobación de la realidad, son para el hombre fuerte una necesidad tan grande como la son para el débil.

 La doctrina del " eterno retorno ", o sea de una circulación repetida, incondicionada y eterna, esta doctrina de Zaratustra podría quizá haber sido y enseñada por Heráclito. Por lo menos la Stoa, que heredó de Heráclito casi todas sus ideas fundamentales, presenta vestigios de esta doctrina.

 Las consideraciones intempestivas

Mi sabiduría consiste en haber sido muchas cosas, y haber estado en muchos lugares, para poder llegar a ser uno, para poder volverse uno. Ya tenía que ser también por algún tiempo un sabio.

 

Así habló Zaratustra
Un libro para todos y para nadie

 Nosotros, los hombres nuevos, los que carecemos de nombre, los difíciles de comprender; nosotros, que hemos nacido prematuramente para un porvenir no demostrado aun, necesitamos para un fin nuevo, un medio nuevo, es decir, una salud nueva, una salud más vigorosa, más aguda, más resistente, más arriesgada, más alegre que cuanto ha sido hasta ahora toda salud.

 Zaratustra posee un derecho eterno para decir: " Yo trazo alrededor de mis círculos y fronteras heredadas. Cada vez al menos los que escalan conmigo montañas que cada vez más elevadas. Elevo una cadena de montañas cada vez más sagradas".

 Zaratustra comprende que les especie más elevada de todo lo que existe justamente en este espacio tan extenso, en esa capacidad para alcanzar las cosas más contradictorias. Escuchen cómo se definen mismo y renunciarán a buscar otro ser semejante:

 "El alma que posee la escaleras má extensa y que puede descender a las más profundas simas..."

"El alma más vasta que puede correr a mayores distancias, perderse y vagar dentro de sí misma; la que es más necesaria, la que se precipita por el placer en el azar"

"El alma que se sumerge en lo que ha de ser, el alma que posee, que quiere entrar en voluntad y en el deseo"

"El alma que huye de sí y se alcanza asimismo en el más amplio círculo"

"El alma más habría, aquélla la que la necesidad invita más dulcemente; la que más se ama a sí misma, en la que todas las cosas tienen su corriente y su contracorriente, su flujo y su reflujo..."

 Mi pobreza consiste en que mis manos no descansan jamás de dar; y mi envidia consistente en ver siempre pupilas encendidas esperanzas y noches iluminadas deseo.

 El hielo me rodea; se me abrasan las manos al hacerlo. Me consume la sed vuestra sed. Es de noche: ¿por qué de ser luz? ¡Y sed de tinieblas! ¡Y soledad! Es de noche: ahora, cual una fuente, brota mi anhelo, mi anhelo de hablar. Es de noche: a esta hora suenan más fuerte todos los surtidores. También mi alma es un surtidor. Es de noche: sólo a esta hora surgen las canciones de los que se aman. Y también mi alma es la canción de uno que ama.

 Y estoy en un momento en que pesa sobre mí una responsabilidad inexplicable, en un momento en que no se me debiera escatimar ninguna palabra amable, ninguna mirada respetuosa. Porque lo que llevó en mis espaldas es nada más y nada menos que el futuro de la humanidad..

 

Por qué soy un destino

Conozco mi destino. Algún día mi nombre ira unido algo gigantesco, al recuerdo de una crisis como jamás la ha habido en la tierra, el recuerdo de las más profunda colisión de conciencias, el recuerdo de un juicio pronunciado contra todo lo que hasta el presente se ha creído, demandado y santificado. No soy un hombre, soy dinamita. Sin embargo, no tengo nada de fundador de religiones, pues estas son cosas de la chusma; yo necesito lavarme las manos después de haberme relacionado con una persona religiosa. No quiero " creyentes”. Soy muy perverso para ello. No creo en mí mismo siquiera.

 Transmutación de valores: he aquí la fórmula para designar un acto de supremo autoconocimiento de la humanidad, acto que se ha hecho carne Higinio en mí. Todas las formaciones de poder de la antigua sociedad saltarán por los aires, porque todas se basan en la mentira. Habrá guerras como jamás se registraron en la tierra. Sólo a partir de mi habrá en el mundo una gran política. 

“Quien quiera ser creador en el ámbito del bien y del mal, deberá primero destruir que romper los valores. Así, para realizar el mayor bien hay que cometer el mayor mal; en esto consiste en la bondad creadora.

 Ya tendré la ocasión que demostrar las consecuencias tan funestas que ha tenido para toda la historia el optimismo, ese engendro de los individuos óptimos. Zaratustra fue el primero en comprender que el optimismo es tan decadente como el pesimismo y quizá más perjudicial. He aquí sus palabras:

 “Los hombres buenos nunca dicen la verdad; enseñan falsas artes y falsas certidumbres; han nacido y se han albergado en los embustes de los buenos. Todo ha sido fundamentalmente deformado y pervertido por los buenos. Felizmente, el mundo está creado sobre la base de los instintos en donde la bestia de rebaño de buen corazón encuentra su propia felicidad. Exigir que todos completamos en " hombres buenos ", en animales de rebaño de ojos azules, en seres benevolentes, en almas hermosas, implicaría quitarle a la existencia su carácter grande, supondría castrar a la humanidad y reducirla una miserable y conjunto de individuos insignificantes."

 "Pues bien, es lo que se ha enseñado a hacer. A eso precisamente se llama moral. En este sentido Zaratustra tan pronto llama " últimos hombres " a los buenos, como los considera el principio del fin; pero, sobre todo, afirma que es la especie humana " más peligrosa ", pues imponen su existencia tanto acosta de la " verdad " como costa del porvenir."

 "Y es que los buenos no pueden crear: siempre son el principio del fin; crucifican al que inscribe nuevos valores en tablas nuevas; sacrifican el futuro y en aras de ellos mismos; crucifican todo el futuro de los hombres. Los buenos por siempre fueron el comienzo del fin... y cualquiera que sea el prejuicio que ocasionan los calumniadores del mundo, el daño producido por los buenos es mayor. "

 “En cuanto ustedes, los hombres superiores con los que me he topado, deben saber que me suscitan una duda, que me hace contener la risa: la duda de si no llamaran " demonio " a mi superhombre. Soy de tal manera extrañó en su alma, este superhombre les parecerá terrible a causa de su bondad. "

 ¿Se puede permanecer indiferente hasta dice., no ya como individuo, no ya como pueblo, sino como humanidad?... se ha enseñado despreciar a todos los instintos más fundamentales; se ha concebido esa mentira la que llaman " alma " o " espíritu " para arruinar el cuerpo; se ha difundido la idea de que la sexualidad, condición previa de la vida, es algo impuro; se ha situado la raíz del mal en la más íntima necesidad de autodesarrollo, en el egoísmo riguroso. Por el contrario, se ha considerado que el valor supremo, aún más, el valor en si radica en los signos característicos de la decadencia y de lo que va en contra de los instintos, en el " desinterés ", en la pérdida del centro de gravedad, en la " despersonalización " y en el " amor (en el vicio diría yo) al prójimo”.

 El concepto de " Dios " ha sido inventado como antítesis de la vida; en él se sintetiza, en una unidad aterradora, todo lo que es pernicioso, veneno, falaz, toda la enemistad contra la vida. El concepto de " más allá ", de " mundo verdadero " no ha sido inventado más que para menospreciar el único mundo que existe, para no conservar de nuestra realidad terrena en ningún objetivo, ninguna razón de ser, ningún fin.

 El concepto de " alma ", de " espíritu ", y a fin de cuentas, también de " alma inmortal ", ha sido inventado para despreciar el cuerpo, para poner lo malo, para hacerlo " sacrosanto ", para apartarlo de todas las cosas que merecen ser tomadas en serio la vida: las cuestiones de alimentación, de alojamiento, de régimen intelectual, descuidadas a los enfermos, la limpieza, la temperatura, la más espantosa indolencia.

 ¿Me han comprendido? Dionisos frente al crucificado...

 

 
Mi sabiduría consiste en haber sido muchas cosas, y haber estado en muchos lugares, para poder llegar a ser uno, para poder volverse uno.
Friedrich Nietzsche.

 

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