Existe la
bella y conmovedora tradición sobre el suicidio colectivo chiapaneca.
Se dice que en el proceso de conquista de su región se dio una heroica
batalla donde prácticamente se acabó la población,
no porque los españoles les hayan dado muerte sino por la decisión
propia de los chiapanecas de quitarse la vida antes que aceptar la dominación.
Advertidos los conquistadores de la dificultad de someter a estos valientes indígenas, iban muy bien armados. Comandados por el capitán Diego de Mazariegos - quien llegó a Chiapas en 1528 por órdenes de Hernán Cortés, cuatro años después que el capitán Luis Marín - , los españoles eran numerosos y contaban con caballos, piezas de artillería e indígenas mexicas y tlaxcaltecas que traían desde Tenochtitlán. A esta fuerza se añadió el apoyo de varios pueblos vecinos, enemigos de los chiapanecas. Estos últimos les hicieron frente y pelearon con su característica bravura arrojando flechas, lanzas, piedras. Se habla de que las tropas españolas tuvieron bajas importantes, pero debido a su superioridad en armamento y número de comatientes, obligaron a los chiapanecas a refugiarse en su ciudad principal. Se refiere que ésta se encontraba cerca del Peñón de Tepetchía, en el cañón del Sumidero, resguardada por las imponentes y verticales paredes rocosas que conforman la cañada. Ahí se libró la última y célebre batalla.
Al encontrarse
francamente perdidos y cercados por el enemigo, familias enteras de chiapanecas
se arrojaron desde la cima del precipicio y cayeron en las aguas del río,
que se teñían de rojo, optando por morir antes de sucumbir
a la dominación. Ante este hecho, el capitán español,
conmovido y aterrado, hizo cesar el fuego y rescatar los pocos sobrevivientes.
Dice un extenso poema épico de Galileo Cruz Robles, escrito en 1928, sobre la batalla del Sumidero :
Es el Chiapa, su esposa y el producto de aquel amor que fue grande y sincero y que al perder el último reducto se arrojan con valor al Sumidero!
Y mientras tanto, sigue el sacrificio de aquel grupo de héroes y bravos que prefieren lanzarse al precipicio a la vergüenza de vivir de esclavos.
Cuentan que los pocos sobrevivientes chiapanecas de la numerosa población fueron llevados a las orillas del río para fundar un nuevo pueblo : Chiapa de los Indios, hoy conocido como Chiapa de Corzo, y sus descendientes son los chiapacorceños. Esta famosa batalla quedó para siempre en el blasón de armas que el empredaor Carlos V concedió en 1535 a Chiapa de los Españoles, fundada en 1528 por el conquistador Mazariegos y que actualmente es San Cristóbal de las Casas. Por existir estas dos ciudades coloniales, se derivó de Chiapa el plurar "Chiapas", nombre actual del estado.
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Ultima modificación: 9 de agosto de 1998