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ACTUALIZADO: 12.01.2001 09:51:34 -0500

  Análisis

Este otro 28 

Como marco de una jornada inmejorablemente pacífica, el sol se había despertado con mucho entusiasmo, tanto que mostró una sabrosa inclemencia hasta que los líderes repitieron el mismo discurso: nada de minería en ningún lado de Piura.

por Redacción factortierra factortierra@yahoo.es

Diseño de las camisetas repartidas por Diaconía para la Justicia y la Paz, una de las instituciones ligadas a la Iglesia Católica, que están trabajando al lado de Tambogrande.

Es normal que la gente del valle de San Lorenzo se despierte temprano. Sólo que el amanecer del 28 de noviembre de 2001 tiene un sabor distinto. La gente se trepa de los camiones, y de todo vehículo que desde el día anterior ha marcado en los cristales, el día de júbilo para Tambogrande.

Reclamo con júbilo, ¿por qué no? Total, ya no hay el miedo de la época de Fujimori. De otro lado, este gobierno tampoco está haciendo las cosas tan bien que digamos, que no sienta un poquitín de remordimiento por aquello que está causando el descontento popular en todo el Perú.

“¡Mira la gente de Tejedores!”, dice un viejo cargador del mercado de Tambogrande, señalando al fondo de la entrada principal a la ciudad, donde campesinos portando una banderola desteñida.

La hermana Magdalena Tagliviani, religiosa de la congregación de Notre Dame de Namur, no es tambograndina. De hecho, ella viene del Reino Unido. Sin embargo, su trabajo pastoral a favor de las comunidades más pobres del distrito le han conferido mejor conocimiento que nadie de la zona, y de los problemas más urgentes.

Su casa, en la parta alta del cerro Santa Cruz, es uno de los pocos lugares donde el caso Tambogrande se encuentra mejor documentado que en ningún otro lugar.

Cuando Manhattan quiso establecer un punto de perforación cerca de su casa, no dudó en salir a encarar a los técnicos; mucho menos calló a la hora de cuestionar a la empresa minera que busca crear un tajo abierto, a lo largo de casi toda la ciudad de Tambogrande –la casa de las hermanas de Notre Dame de Namur incluida—; y apoyó como pudo acciones de resistencia.

Ella está dentro de la marcha, junto a otros campesinos y habitantes del distrito que se resiste a adjetivarse como ‘minero’ y prefiere seguir siendo ‘agrícola’.

No responder a provocaciones

A diferencia de la marcha del 28 de febrero pasado, la presente tuvo una mejor organización y no hubo ningún tipo de incidentes violentos. Eso sí, mangos –como los que lleva el joven de la foto—a discreción.

Nueve meses atrás, a la misma hora, un grupo de tambograndinos planeaba ir hasta el cruce de la vía Sullana-Puente Internacional para recibir a delegaciones de quejosos que llegan desde las comunidades al norte de la ciudad, y del vecino distrito de Las Lomas.

Avanzando la mañana, el grupo decidió marchar; pero a mitad de camino, hubo un altercado entre ellos y los policías que desde el día anterior reforzaron la seguridad en el campamento de Manhattan, su cuartel desde hacía dos semanas atrás.

El día anterior, un grupo había pasado similar predicamento, y se produjo una revuelta que terminó por destrozar los modelos de casas en los que serían reubicados los tambograndinos que se vieran afectados por la construcción del tajo abierto. El resultado de este día no variará mucho.

Horas después, el grupo, ya reforzado por otras personas del misma ciudad y el área aledaña, declaraban haber tomado el campamento completo con la secuela de destrucción que ya es conocida.

Hay cierto temor que ahora se repita la historia, pero las instituciones de apoyo, como Diaconía para la Justicia y la Paz, así como colectivos civiles como CREA Pueblo, o PVA-GGB han sido muy enfáticos en el tema de mantener la calma por encima de todas las cosas.

Aunque la gente no marchará en su Tambogrande, el escenario se presenta más peligroso toda vez que una multitud revuelta en una ciudad como Piura, el objetivo de la marcha, terminará creando más confusión y víctimas que los tres cientos afectados el 28 de febrero pasado.

CREA Pueblo había recibido información de que “el negro Arévalo”, uno de los personajes ligados a Manhattan, preparaba una contramarcha, con el objetivo de generar el caos y dejar sentado que el pueblo de Tambogrande es violento. Por eso las recomendaciones, hasta el momento de partir, de no responder a las provocaciones.

“¡A Piura! ¡Agro Sí, Mina No!”, gritan, mientras uno de los hombres, con un distintivo verde en su brazo izquierdo (que dice “Seguridad”) se persigna.

Mucho más de mil marchando

Se calcula que hacia las once de la mañana, tres mil personas integraban la marcha formando una fila de 1,2 km. La toma muestra cuando la multitud ingresa al óvalo Grau (tal como lo vería el héroe), actual escenario de la resistencia antiminera.

Cerca del punto de reunión en Piura, el óvalo Cáceres está una de las sedes de la Policía Nacional. Rusell Paredes, jefe de la dependencia, había anunciado desde el día anterior que faltaba poco para capturar al asesino de Godofredo García Baca –el sábado se recuerdan ocho meses de su aún no explicado crimen—lo que fue interpretado por los organizadores, como un intento de bajarle el tono a la marcha.

Radio Cutivalú lo había incluido en su lista de titulares matinales, pero al final, como para que se pierda en el resto de noticias, pues la intención estaba bien clara.

Nadie más se hizo eco al respecto. El alcalde de Tambogrande, Alfredo Rengifo, había dicho más temprano a la misma emisora que aunque no había sido invitado estaría allí pase lo que pase: “No importa quién lo haga, estamos luchando por el mismo objetivo de evitar la explotación minera en nuestro distrito”, nos dijo.

El alcalde también está gestionando la aplicación de la consulta en su distrito para decidir si se desarrolla o no la actividad minera, ante la Oficina de Procesos Electorales (ONPE), donde todavía no hay una respuesta clara. Pero de que el pueblo se hará escuchar, se hará escuchar, aseguró la autoridad a NPC.

Rengifo anduvo acompañado durante toda la marcha por Bruno Fossa, uno de los agroempresarios de San Lorenzo, y anterior candidato al ayuntamiento local. Más a la derecha del actual alcalde, estaba Antonio Bravo, del Frente de Defensa de Piura, sempiterno asistente a las marchas de este y todos los tipos, según las malas lenguas.

Los cálculos actuales hablan de unas tres mil personas marchando (Cutivalú habló de cinco mil a seis mil), incluyendo los rezagados de la comunidad de Malingas y los estudiantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Piura, que integraron ya cuando la manifestación estaba a mitad de camino.

Poco antes, cuando la multitud pasaba frente al Mercado de Piura, dos sujetos quisieron desordenar la situación siendo rápidamente reducidos –pacíficamente, por si acaso—por el personal de seguridad, que básicamente estuvo compuesto por las personas, vamos a describirlas así, de cabeza más fría y ciertos dotes de liderazgo.

Cerca de la Plaza Merino, dos jóvenes comenzaron a gritar como quien no quiere la cosa “Vayamos a Manhattan”. La gente no les oyó, por lo que cabe preguntar, no sin poca malicia, ¿son realmente violentos los tambograndinos, o responden en defensa propia...?

Es la primera marcha donde los organizadores utilizan mecanismos adicionales de comunicación como teléfonos celulares, como para detectar la menor irregularidad. Y hacían falta, pues se trataba de cubrir una marcha que medía, en la avenida Grau, la segunda más importante de Piura, 1,2 km.

Representatividades

La voluntaria canadiense Chantal Bombardier sujeta un letrero que dice “Escuchen a la gente. Ellos no la quieren” en relación a la minería.

Es la primera marcha donde también se vio mucha representatividad: el lío no era de Tambogrande solamente, y cada lugar contribuyó a agregarle un sabor local, así Chulucanas articuló la demanda de iniciar el Proyecto Agroenergético del Alto Piura.

El proyecto busca trasvasar las aguas del río Huancabamba a la cuenca del río Piura, para regar unas 42 mil hectáreas en la parte alta y generar unos 900 giga vatios anuales de energía eléctrica para el departamento completo, cuya demanda actual apenas es la mitad de toda esa cantidad, según el ayuntamiento local.

No se debe olvidar que Chulucanas fue una de las promotoras activas de la lucha antiminera, siendo la primera en tomar una posición política a ese nivel, incluso antes que la misma Tambogrande lo hiciera.

Algo curioso fue observar otros grupos que antes ni siquiera se habían visto, como la Coordinadora Independiente, un movimiento contracultural de jóvenes que propone una oposición al sistema basada en la creación de un estado de derecho sin capitalismo ni globalización, así como un sistema de valoración personal basado en los méritos propios.

Y entre la gente que llevaba mangos, limones, papayas y sandías pintadas, dos voluntarias canadienses decían en inglés que, aunque ellas venían del norte, no apoyaban la minería en Tambogrande. Chantal Bombardier llevaba una que pedía escuchar a la gente que no quiere esa actividad. Y como rúbrica la bicolor con la hoja de arce.

Margie Orsi, profesora residente en Toronto, sostiene que muchas personas no están ni enteradas del problema, pero piensa que si se comienza a difundir esto, es probable que muchas corporaciones multinacionales y el mismo gobierno canadiense pierdan piso. La causa, dice, “son los dictados que el Fondo Monetario Internacional impone a los países del Tercer Mundo”.

Ella está produciendo un documental con asistencia de uno de los editores de NPC sobre el tema para presentarlo a sus alumnos, cuando vuelva a su país, probablemente en enero.

Nuevos compromisos

Monseñor Óscar Cantuarias se dirige a la multitud que paró la marcha para desagraviarlo de una campaña destinada a separar a las instituciones de la Iglesia Católica. No les acompañó en la manifestación, pero tampoco les dio la espalda.

“¡Aguanta! ¡Aguanta!” A la altura del parque donde fue juramentada la independencia de Piura, el 4 de enero de 1821, la gente para bruscamente para decirle al Arzobispo de Piura y Tumbes, Óscar Cantuarias Pastor, que tiene todo el respaldo frente a una campaña que busca separar a las instituciones de la Iglesia y que había comenzando por la Juventud Agraria Rural Católica (JARC).

El domingo, en Tambogrande, varios jóvenes de esta institución denunciaron extrañas visitas a sus comunidades de personas que querían “dialogar” con ellas sobre la minería. En la mayor parte de los casos, comunidades prevenidas han echado en términos cordiales a los visitantes.

Muchos de ellos andan por acá reafirmando lo dicho. Algunos se han confirmado el año pasado y asumen estas participaciones como una prueba de que han adoptado un compromiso cristiano activo, lo mismo que Monseñor Cantuarias, quien el día anterior había sido criticado por un medio local de “utilizar el púlpito” para llamar la atención sobre la necesidad de rechazar el proyecto minero.

“¡Que nos acompañe!”, gritó una anterior dirigenta de clubes de madres, pero el prelado se excusó, a lo que Francisco Ojeda, presidente del Frente de Defensa de Tambogrande y el Valle de San Lorenzo, concluyó diciendo que “lo estamos desagraviando”.

Fue hace nueve meses atrás cuando Cantuarias, tras el asalto al campamento de Manhattan, exigió la salida de la empresa por haber provocado desunión entre la comunidad. Días después, un consternado Roberto Obradovich, gerente de la empresa en Perú, salía a decir que lamentaba esas expresiones, a las que consideraba carentes de información.

Aquella misma tarde, en Tambogrande, Ojeda proclamaba la victoria sobre la minería –semejante espaldarazo el de Cantuarias—ante una multitud que horas antes se había tomado la justicia con sus propias manos.

En esta ocasión no era la plaza principal de Tambogrande, pero tampoco era escenario desconocido. Un discurso de casi media hora bajo un inclemente sol.

“Voy a hablar de tres temas: la consulta popular, los documentos que han aparecido y la intangibilidad del valle”, resumió a NPC, apenas segundos antes de comenzar a hablar todo un monólogo donde la revelación importante fue una grabación de Eliane Kurp, la primera dama, a la que se le arrancó un apoyo casi sin querer a la consulta popular, y el pedido a la administración Toledo a respetar la voluntad del pueblo (¿el presidente dirá ahora que su esposa también está conspirando contra él?).

Para Ojeda, uno de sus mayores pasos ha sido retirarse de la mesa de concertación promovida por Defensoría del Pueblo, y cuya segunda reunión está cerca, a la que acusó de estar coludida con Manhattan, actitud que no es compartida por el sector intelectual de la resistencia, por considerar que de esa forma los hermanos Quijandría legitimarían el EIA.

Bajo ese punto de vista, urge que el Frente reconsidere su posición y regrese a pelear una nueva batalla, donde, en base a los documentos publicados la semana pasada (que Ojeda interpretó de otro modo), la Defensoría sería utilizada como trampolín, pero no estaría involucrada dentro alguna negociación en particular. Queremos creer eso.

Poco antes, Julio Castro, de CREA Pueblo, criticó duramente a “los señorones” que sólo servían a pie juntillas a los poderosos aún a costa de su propio pueblo. Fue uno de los primeros en mostrar un rostro de satisfacción, mientras nos enseñaba una ampliación fotocopiada del mapa del Perú.

“La parte en negro corresponde a los suelos más fértiles”, explica. Piura los concentra en buena parte respecto del resto de la costa peruana, y aún el resto del país.

Por la tarde, la evaluación oficiosa preliminar era de satisfacción: cero revueltas, cero problemas, pero una in cuantificable satisfacción: decir a todo el que pudiera escuchar ‘en Piura, no queremos minería’. 

NPC Tambogrande contribuyó a este informe. ©2001 NPC


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Presentación especial

Ten-Pack – Galería de la marcha

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