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Asignarle la historia del aguamiel o
del pulque al tequila es como escribir una biografía falsa. El mezcal azul y el tequila
tienen su propia historia. El origen no es del todo indígena ni español, es una mezcla
de las muchas que se dieron después de la conquista. Junto con el tequila van el mezcal
azul y el azúcar de caña, sus trapiches y artefactos destiladores. Con el modelo
azucarero-alcoholero se juntó el mezcalero-tequilero. Los criollos, los mestizos y las
haciendas, el nuevo prototipo de lo mexicano se incubaba mientras que nacía el tequila y
quedaba atrás el vínculo mexica-agave. En los códices mexicanos quedaron gravadas las
representaciones de Metl (agave) y Mayahuel (diosa del agave) y sus rituales. No sucedió
lo mismo con el tequila y el mezcal pues, como productos posteriores, quedaron plasmados
en el arte popular, la literatura, el cine y la identidad regional y nacional, con los
charros y el mariachi. |
La selección varietal del agave ya
no se destinó a un producto de origen indígena, el mezcal azul fue seleccionado de,
entre un grupo numeroso de otros agaves-mezcales, como la planta que daría los mejores
resultados en los procesos agrícola e industrial de producción del tequila. Un binomio
inseparable.
Según José María Muriá (1990) la
significación de la palabra tequila tiene varias versiones, aunque las más acertadas
son: el lugar en que se corta o un sitio donde se efectúan cierto tipo de
labores. Se deriva del nahuatl téquitl: trabajo, oficio, empleo, fatiga, y tlan:
lugar. La primera versión se relaciona muy estrechamente con las labores del campo pues
recuerda el corte o cosecha del agave tequilero. El cultivo de éste mantiene desde hace
un siglo (constatado en Pérez 1887) una marcada especialización de las labores
agrícolas, sobre todo en su región de origen. La cultura del agave tequilero requiere
una mano de obra especializada en las labores y el uso de herramientas específicas, lo
cual apenas ocurre con otros agaves mezcaleros que se utilizan para obtener destilados.
Por lo tanto, el segundo significado también estaría vinculado con su cultivo. Estas
labores específicas son resultado de una interrelación profunda entre los
habitantes de la región y el cultivo.
El nombre de Tequila también lo
llevan la ciudad, el municipio, el valle y el cerro que denomina esta región (Muriá,
1990). el vino de mezcal allí elaborado, por lo tanto, no podría llevar otro
nombre que tequila, con el que lo nombraron los consumidores locales desde el siglo pasado
(Pérez 1887; Muriá 1990). Aunque en la actualidad, la elaboración de tequila ha
aumentado en grandes dimensiones en la región de Los Altos de Jalisco, sobre todo en el
municipio de Arandas.
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