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Luna silenciosa
English variant
una oración sale de mis labios cuando pienso en ti
la memoria de tus tiernos besos haciendo círculos que mi mente interprete y guarda como guardo los narrativos ya hechos: de dos cuerpos sin identidad encontrados en el río, atados juntos, víctimas de una pasión terrible que merece ser grabada en una obra de gran ficción;
pero, te cuento, qué feliz soy estar intoxicada por la sensación de nubes y vientos y tormentas todos tuyos porque soy toda tuya afuera con relámpagos adentro con llantos dulces
unas palabras inaudibles salen de mis labios cuando me acerco a ti
el deseo: la palabra de carne estremecida la vida: la palabra de la muerte extinguida la devoción: la palabra de la fe encendida el amor: la palabra de la incertidumbre vencida
si el encuentro inicial no fuera un milagro el fuego espiritual que nos encendió, sí -- este milagro de dulces tempestades que por tantos años deseaba a pesar de mi angustia existencial -- de tener mi sangre paralizada y un cuerpo triste
¿qué habré hecho con mi espíritu inquieto que habrá ido volando sin parar buscándote deseándote en círculos grandes de la ilusión de encontrarte algún día en algún lugar?
En el aeropuerto, te expliqué "me muero de calor" una prueba de los límites de la representación; yuxtaposiciones del cuerpo y la filosofía, te hablo con palabras torcidas y con gestos inútiles que no llevan más que una sugerencia sútil.
La libertad consiste en la imposibilidad de comunicarnos con frases ya derrotas por la incertidumbre irreducible a un patrón sencillo.
Pero, quizás no sé. El deseo es un avión estacionado al lado del diccionario del aforismos aceptables; nos convertimos en metáforos para conquistar la distancia entre acciones y explicaciones.
Desde el primer beso cada respiro mio ha sido tuyo con recuerdos de tus piernas, tus brazos, tu cuerpo insistiéndo en que sea tuya, tuya, tuya
en una cama agarrada por la necesidad me hice tu flor, tu sueño, tu inseguridad
y desde aquel entonces cuando pienso en ti, lo sé, lo sé, lo sé
que mis labios forman oraciones
y que Dios nos dirige bendiciones para ti y para mí y para las palabras y los pensamientos inarticulables en un mundo de contradicciones indominables pero dulce qué dulce.
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