La vigencia de Gardel
Estamos ante un artista de proyección internacional, que es un caso único en el mundo, en cuanto a vigencia y perpetuidad popular, y en ese sentido sólo es comparable a los grandes maestros de la Música Clásica (hermosa, por cierto), aunque, claro está, este último género no está catalogado dentro de lo popular, si bien sus temas perduran en el tiempo.
La vigencia de Gardel a esta altura asombra, y es respetada y analizada incluso por sociólogos, que tratan de comprender en qué se basa tal fenómeno de popularidad y permanencia en el tiempo; sobre todo teniendo en cuenta la época en que Gardel hizo su obra, contando con un rudimentario sistema de "marketing" y publicidad, lo cual hace más meritorio su legado artístico, al contrario de la actualidad, en que las multinacionales apoyan a géneros foráneos y estrellas de menor calidad musical, que sin embargo son capaces de llenar estadios y provocar delirios inexplicables en sus fanáticos.
A modo de símbolo, la foto de Gardel sonriente la podemos ver en bares, "boliches" y comercios de barrio, como un estandarte identificatorio de pueblo.
Una radio uruguaya, Clarín, lo emite 6 horas diarias (30 minutos a todas las horas pares) desde 1958, y es la radio "insignia" en ese aspecto de difusión gardeliana, incluso se lo ha propuesto como "Misión irrenunciable" (según palabras de la propia emisora), idea por demás loable.
Además, también todos los días del año, lo difunde CX 20 Radio Monte Carlo durante una hora, y hay otras emisoras encuentran un espacio cada tanto para intercalar sus temas.
Aún así, parece escasa la difusión radial de Gardel en Uruguay (o al menos en Montevideo), si tenemos en cuenta que en muchos casos se toma como excusa su origen uruguayo.
Si se piensa que nació en Uruguay (aunque no compartamos la tesis) debería irradiarse aún más su voz, ¿qué mejor motivo para hacerlo?
En televisión es un tema ya comentado en otra sección de este sitio, y es una pena que sus películas no se emitan en los canales locales desde hace varios años. Sería una buena ocasión para que la juventud lo conociera "de primera mano".
De cualquier manera, la vigencia de Gardel es absoluta, desde el momento en que hay radios uruguayas que lo emiten todos los días del año.
Hay que tener en cuenta que murió hace más de 70 años.
Otra virtud a destacar en Gardel a la hora de admirarlo, es que no era "inalcanzable" para el público; la gente se le acercaba para pedirle un autógrafo o tomarse una foto con él y accedía gustoso, dentro de lo humanamente posible. Era uno más, dentro de su pueblo.
Su vigencia se debe a varios factores unidos: por supuesto el primero de ellos es su voz, pues poseía un registro vocal poco común, que lo hace perfectamente reconocible entre cientos de cantantes.
Esa excelente condición vocal lo hacía dúctil para un género popular (tango, floklore, etc.), pero también para el canto lírico, donde Gardel incursionó sólo entre amigos, sin llegar al público ni grabar nada.
A eso hay que sumarle su particular estilo de canto y su calidad interpretativa, que lo hacen llegar a lo más hondo del alma y el corazón de quien lo escucha o ve cantar.
Por otra parte, su estampa también lo hizo eterno: su carisma, simpatía, sonrisa inconfundible y manera de vestir. Elegía muy bien su vestuario y era por demás elegante (gran mérito, porque su altura y físico no lo ayudaban), con un enorme sentido de la estética. Pocos han reparado en ello, pero la imagen de Gardel a través de su impecable y selecto vestuario ha influido a la hora de su vigencia. Cualquier vestimenta le quedaba bien y sabía como lucirla.
Su carrera triunfal también lo hizo perdurable: surgió de lo más humilde de Buenos Aires y se proyectó a nivel de Europa y Estados Unidos.
Los dos lugares más codiciados por artistas y personas públicas en los años '20 y '30 eran París y Nueva York (Hollywood recién comenzaba), y Gardel "se los metió en un bolsillo", es decir, los conquistó ampliamente, a nivel popular y diplomático, llegando incluso a grabar y filmar en ambas ciudades, algo difícil de conseguir para un artista de origen cultural latino.
Cuando alguien triunfa en algún ámbito en el Río de la Plata, se dice que "es Gardel", cuántas veces hemos escuchado "sos Gardel", refiriéndose a que es insuperable en lo suyo, sea cual sea su actividad, porque Gardel representa al prototipo del hombre rioplatense (o más bien del "porteño", es justo reconocerlo), es decir, logró proyectarse desde lo más bajo hasta lo más encumbrado.
Todos estos aspectos hacen que Gardel tenga la increíble y única vigencia que tiene.