Capitulo 2

    Ya han pasado un par de días desde que la Srta. Inverse y el Sr. Xellos se han establecido como los nuevos dueños de la Casa de la Opera, y durante tan poco tiempo ya han sucedido un sin número de cambios y arreglos. Entre estos se encuentra la preparación de la nueva opera, llamada "La Odisea de Van", una obra clásica y de gran popularidad, la cual fue basada en la historia de un Rey de un reino vecino y viejo aliado de Saillune. Todo parecía ir perfectamente, y al parecer las advertencias del antiguo dueño parecían simples mitos sin importancia, lo cual fue rápidamente olvidado por Rina, mientras buscaba nuevas divas y tenores.

    Entre sus nuevos contratos, podemos mencionar a dos personas. La primera, es la gran diva de la Opera de Soanna: Martina Soanna Mel Navratilova, más conocida como "La Martina". A pesar de sus grandes dotes artísticos, su personalidad era extravagante y no tardó mucho tiempo en sacar de quicio a Rina con sus interminables exigencias. Lamentablemente para Rina, ya había firmado un contrato por unos 5 años, así que no le quedaba otra cosa que aguantarla. Finalmente, Rina delegó todo lo que tuviera que ver con Martina a Xellos, a quien no le quedo otra cosa que aceptar, so pena de sufrir algún castigo de Rina.

    La segunda nueva contratación es el tenor y director de orquesta, Zangulus, quien además es el esposo de Martina. Para satisfacción de Rina, este individuo no era tan extravagante como su esposa, pero lamentablemente él se auto nombró el máximo rival del Maestro Goudy, y se decidió a demostrarlo a toda costa, lo cual trajo un sin fin de enfrentamientos entre ellos. Rina realmente ya no sabía que hacer con este grupo de gente, y se preguntaba constantemente si había sido una buena idea haber cambiado de rubro.

- Amiga Rina, ¿puedo hacerte una pequeña consulta?.

- ¿Qué quieres Xellos?, ¿no ves que estoy ocupada con estos papeles?.

- Es que encontré algo interesante en unos papeles, pero si no te importa...

- ¿Qué cosa?.

- Es sobre un vencimiento de contrato.

- Mira, si es de esa Martina, cancélalo de una vez y luego déjame echarla a patadas de aquí...

- ¿Aún sigues enojada por la decoración que ella hizo del escenario? - dijo inocentemente Xellos, pero la pura mirada de Rina contesto la pregunta. 

- Bueno, bueno, amiga Rina, ya sacamos los adornos de ese tal Zomelgaster del escenario...

- ¿Y tú crees que eso lo arregla todo? - ahora la voz de Rina sonaba áspera y dura, lo cual hizo que un pequeño escalofrío recorriera la espalda de Xellos - ¿Sabes tú lo que me ha costado la gracia de esa Martina? - ahora realmente sonaba peligrosa, y eso significaba que pronto correría sangre. 

- Bueno, bueno,¿cambiemos de tema? - Rina simplemente lo quedo mirando y la expresión de sus ojos eran capaces de destruir al mismísimo Shabranibudu - Pues bien encontré este contrato de un tal Fantasma, el cual vence en cinco días más y me preguntaba si tú ibas a renovarlo o no...

    Una explosión hizo sacudir todo el edificio.

    Mientras tanto, la Srta. Filia, quien ya se había acostumbrado a esas constantes explosiones, seguía ensayando con sus alumnas del coro. Este año habían llegado muchas candidatas, de las cuales ella había seleccionado un reducido grupo y que entrenaba constantemente. De entre ellas se encontraba una joven muy talentosa y que prometía llegar a ser una gran diva. Esta joven poseía una voz dulce y tierna, cargada con una inocencia casi angelical. Filia no podía sentirse más satisfecha con Sylpheel. Lo que no significaba que estuviera muy feliz, pues ya no soportaba a La Martina, no porque fuera mala cantante o no se aprendiera sus líneas, eso no sería tanto problema, pero que se pusiera a interpretar a su manera los musicales, eso sí que no. Para colmo de males debía también lidiar con Zangulus, quien también tenía sus propias ideas. Finalmente estaba ese tal Xellos, a quien de solo oírlo ya le hacía que su sangre hirviera y un loco deseo de aplastarlo con su mazo se apoderaba de ella.

- Muy bien niñas, de nuevo desde la tercera estrofa - dijo Filia-  Y por favor  Srta. Meg, recuerde no exagerar las notas agudas y ud. Srta. Peg cuide sus bajos - miró a todo el grupo y dio la señal de que partieran. 

    Todo iba bien y cuando ella se sentía llena de gozo por lo bien que lo hacía, se escuchó un gran grito, seguido de la acostumbrada llegada de una enojadisima Martina y esposo. Filia sólo suspiró una vez, y sin pensarlo sacó su mazo y atacó, mientras que una sombra que nadie había notado se alejaba rápidamente.

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