Capitulo 5

    La opera había finalmente terminado y el resultado había sido un total éxito. Los aplausos aún no terminaban, mientras que la nueva diva se dirigía rápidamente a su vestuario, mientras pasaba mentalmente todo lo sucedido. Al principio ella había estado sumamente nerviosa, ya que era la primera vez que actuaba en público, menos un papel principal. Para colmo, Lina le había dejado claro, tanto a ella como a Filia, que si el público se quejaba y llegará a pedir un reembolso, se encargaría personalmente de darles un castigo ejemplar. Esto no le ayudo en mucho para calmar sus nervios, menos aún con los comentarios de Martina, que lo único que hacia era ridiculizarla en frente de todo el mundo, diciendo que era una simple novata, sin voz, ni nada y que por su causa la obra sería un completo desastre. Pero esa noche había demostrado lo que era ella capaz y había dejado al público asombrado con su dulce y melodiosa voz, el cual no sólo cayo rendido ante sus pies, sino que vitoreó emocionado cada una sus solos. Pero eso no fue nada, comparado con el suave murmullo de "Bravi, bravi, bravissimi..." que había escuchado luego que las cortinas se habían cerrado, dejándola sola en el escenario.

    Estaba tan contenta que casi no vio a su amiga Sylphiel, lo que produjo un ligero choque entre ambas.

-Sylphiel, disculpa, no te había visto - con lo cual le ayudo a levantarse - Perdóname, ¿estás bien?.

- Si, descuida. Déjame felicitarte, lo hiciste muy bien.

- Gracias, pero debo darte las gracias a ti, ya que tu fuiste quién me recomendó con la Srta. Filia - y con esas palabras le dio un fuerte abrazo.

- No tienes que agradecerme nada - dijo sonriente Sylphiel - Yo ya te había escuchado anteriormente y sabía que eras la persona indicada - comentario que fue respondido con una leve muesca de vergüenza - No en serio, pero dime, ¿por qué vas tan apurada a tu camerino?, ¿te pasa algo?.

- No, nada, es que hoy lo oí nuevamente...

- ¿A quién?

- A mi tutor, a mi Ángel de la Música...

- ¿Otra vez con esa historia?, no existen esas cosas.

- Mi madre me lo decía cada noche, mientras me arropaba antes de dormir - y una triste sonrisa apareció en su rostro - y me dijo que luego que ella muriera vendía hacia mí para enseñarme... - Sylphiel quiso decir algo, pero fue interrumpida - Ahora se que es verdad, lo he escuchado y él me ha estado enseñando todas estas noches mientras estaba sola... su dulce voz me inspiraba y ahora...ahora... ¡él me felicitó!. Ahora, discúlpame, que tengo que hacer unas cosas - con esto se despidió y se dirigió rápidamente a su camerino, dejando una perpleja Sylphiel atrás.

    Mientras tanto Lina no podía estar más feliz y contenta, ya que sus peores temores se habían disipado y sólo veía el gran éxito que habían tenido esta noche y las futuras ganancias que tendría luego del descubrimiento de esta nueva diva. Tan contenta estaba que abrazó a Filia, incluso a Goudy, pero ese abrazó duró menos y termino con un ojo morado del pobre maestro, luego que este digiera un comentario sobre lo poco se sentía el busto de Lina mientras esta la abrazaba.

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