Prólogo
- Vendido al Conde Wilfred por 600 monedas de Oro - Gritó el rematador, mientras hacia golpear su bastón. Su alegre rostro se dirigía ahora a la no tan alegre compañera que tenía a su lado. - Pasemos ahora al siguiente objeto, por favor. Como pueden ver es uno de los vestidos usados en la obra clásica de Abelardus de la Rose, "Los Pacientitos que Decoraron el Oriente", el cual es modelado para uds. - Una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro, mientras la rubia modelo se paseaba por el escenario, a punto de explotar de la rabia. -Muy bien, comencemos amigos míos con 1000 monedas de Oro y recuerden que todo el dinero recaudado es para las obras destinadas a arreglar esta Casa de Opera.
Estás últimas palabras hicieron que una de las personas que estaba en lo que quedaba del Balcón de Honor, apretara con fuerza sus dedos, mientras una pequeña nube de humo comenzaba a salir de su cabeza.
- Ya, ya, tranquilízate, después de todo te vas a ahorrar una fortuna, ima... - el dialogo de su compañero fue cortado con una fuerte llave al cuello, la cual casi hizo que perdiera su cabeza.
- Por lo menos tu socio lo hace bastante bien- dijo otro de los que allí se encontraba presente.
- Más le vale, ya que parte de todo esto es su culpa - Le respondió enojada, mientras continuaba aplicando su llave -Y a propósito, ¿Qué hacen uds. dos aquí?.
- Bueno, los dos pensamos que sería lo mejor que viniéramos a ver como andaban las cosas - dijo una pequeña y dulce voz - Además de asegurarnos que todo estuviera bien.
- Si, después de todo lo que paso la otra vez, no me gustaría ver que lo que queda del teatro fuera destruido - complemento se compañero - Y sería mejor que le sueltes, sino vas a quedar viuda.
Después de comprobar que la cara de su pobre víctima era de un color azul intenso, decidió soltarlo.
- Excelente, vendido en 5000 monedas de oro - Todos quedaron en silencio, pues nadie había ofrecido tal suma - Y el comprador es.... bueno, eso es un secreto... - y con eso le hizo un guiño a la modelo, la cual se sonrojó por un instante, para luego irse furiosa. - Muy bien, ahora pondremos en venta está mascara, la cual se dice que perteneció a aquel espectro que merodeo por este teatro. Si, me refiero a ese misterioso personaje, el cual dejo tras de si un misterio aún no resuelto y que tuvo una importante participación en el famoso desastre de la opera...
Con esas palabras, pequeños recuerdos vinieron a su mente, mientras que desde el balcón de honor observaba esa mascara y como es que su vida había cambiado hace sólo unos pocos meses...